«Nos ampara la razón y el derecho». Así de contundente se expresa Juan José Sánchez Colilla, abogado toledano que, junto con el empresario hostelero Mariano Díaz-Chirón Salamanca, es propietario del inmueble conocido como La Solanilla, que pertenece a la mercantil El Punte de La Cava, S.L. Esta compañía, constituida en 2005 por ambos, es la que busca desarrollar urbanísticamente esta zona de Toledo situada en uno de los márgenes del río Tajo, donde está proyectado construir un macrohotel de cinco plantas que, aunque ellos destacan las bondades que puede traer a la ciudad, ha levantado una fuerte polémica entre algunos vecinos y asociaciones culturales y ecologistas.
Unas organizaciones que se han unido para crear la plataforma ‘No al hotel de La Cava’, con la que están recogiendo firmas y uniendo fuerzas para presentar las alegaciones oportunas a este plan urbanístico que entienden que es perjudicial para este entorno y para la ciudad. Algo que podrán hacer hasta el próximo 9 de noviembre, y no más tarde como pedían, ya que la Concejalía de Urbanismo del Ayuntamiento de Toledo les ha respondido que «la ampliación podría perjudicar derechos de terceros». Por lo tanto, esa será la fecha que coincidirá con el día en el que los responsables del proyecto han adelantado a ABC que lo darán a conocer a los agentes sociales y culturales de Toledo en un acto ante los medios de comunicación, a las 12.00 horas en la sede de la Federación Empresarial Toledana.
Allí estará, junto a su socio y a los arquitectos José Antonio Rosado Artalejo, Ignacio y Lluc Álvarez Texidor, Juan José Sánchez Colilla, que esta semana ha atendido a este diario para exponer cómo esta la situación y ha explicado los pormenores de este proyecto que lleva como título ‘Plan especial de reforma interior de mejora de la ordenación estructural y detallada El Puente de La Cava’. «A principios de los años setenta, cuando todavía nos bañábamos en el Tajo, la familia Díaz-Chirón explotó un negocio de hostelería, con licencia municipal, denominado Restaurante La Huerta. En la actualidad, todavía a la orilla del río, se pueden ver las ruinas del kiosko y los porches», recuerda el abogado toledano, que dice que justo donde está proyectado su intervención urbanística hay un inmueble casi en ruinas, «no tanto por el paso del tiempo como por la acción del hombre».
Sánchez Colilla se queja de que ese edificio «ha sido y sigue siendo refugio para okupas y lugar de reunión de drogadictos que han dejado jeringuillas y basuras esparcidas por toda la finca». Es por ello que defiende las bondades de su proyecto para «dar vida a una zona degradada» junto al río Tajo. «Desconocemos quiénes son los componentes de la plataforma ‘No al hotel de La Cava’ ni cuáles son los verdaderos fines que persiguen recopilando firmas, argumentando que La Solanilla es el ‘jardín del Edén’ en flora y fauna, con nutrias, ginetas, zorros, etc.»
Aguas residuales y okupas
«Nosotros, que llevamos más de 45 años en el sitio, no hemos visto ni uno solo de esos animales, pero lo que sí hemos visto y denunciado ante la Confederación Hidrográfica del Tajo es el vertido directamente al río de aguas residuales sin depurar proveniente de las viviendas de los alrededores; hemos denunciado ante el Juzgado de Instrucción a los okupas, en algunas ocasiones más de veinte o treinta a la vez y hemos llamado a los bomberos porque se ha producido un incendio debido a la maleza y a los troncos secos que se acumulan en la finca y son el combustible perfecto en años de sequía», afirma.
Los administradores de la empresa ya presentaron en 2005 varios anteproyectos para La Solanilla y en el Plan de Ordenación Municipal (POM) de 2007 ya se recoge la finca como una unidad urbanística propia, en concreto la UA-12, ficha del planeamiento de desarrollo del suelo urbano en el Puente de La Cava. Ahí, según la documentación aportada, ya se establecía un uso global terciario hotelero y, tal y como indica Sánchez Colilla, «entonces nadie se opuso en fase de alegaciones, al menos que nosotros sepamos».
Ahora, dieciséis años después, el Plan Especial de Reforma Interior de Mejora (Perim) del Puente de la Cava, que fue aprobado por la Comisión de Urbanismo del Ayuntamiento de Toledo en la sesión celebrada el pasado 24 de julio, supone que la finca sea declarada urbana de uso terciario, lo que conllevará el desarrollo de esos terrenos y su integración, puesto que actualmente están en estado de abandono.
Con ello, el municipio obtendrá una importante superficie de suelo dotacional público de 13.713,99 metros cuadrados para zona verde, equivalente al 74,61% de la superficie total del ámbito ordenado. Estas zonas verdes se han ubicado en zonas de protección de cauces, serán ajardinadas por la promotora y cedidas al ayuntamiento, incluyendo iluminación, riego, dotación de mobiliario urbano, sendas peatonales y una rampa accesible.
A juicio del responsable del proyecto, «con el Perim se consigue el desarrollo de un vacío urbano y la cesión para el municipio de un importante tramo de la ribera del Tajo con un gran valor ambiental y paisajístico, que fortalecerá el principal objetivo del planeamiento de la ciudad de incorporar e integrar el río en continuidad o como complemento de otras actuaciones como la Senda del Tajo».
Además, según informa, «se ha cuidado la integración de la futura edificación en el entorno y paisaje, estableciéndose los volúmenes máximos edificables y las condiciones de materialización de la edificabilidad, lo que permitirá la permeabilidad de vistas entre la carretera de Navalpino y el río Tajo». En cualquier caso, en el Perim no se define que la construcción definitiva vaya a albergar un establecimiento hotelero o cualquier otra actividad que permite el uso terciario, aunque los propietarios reconocen que «el sitio invita a instalar un hotel en la volumetría proyectada, que respeta totalmente el paisaje y el entorno, lo que daría vida a esa zona del río y, sin duda, no defraudaría a los toledanos».
Con todo ello, Sánchez Colilla asegura que «el Perim de La Cava cumple con todos los requisitos desde el punto de vista legal, jurídico y administrativo y ha sido redactado por un excelente equipo de arquitectos toledanos que sienten y quieren a su ciudad como el que más». Profesionales que, junto con la propiedad, expondrán su proyecto el 9 de noviembre para darlo a conocer a los ciudadanos, a la prensa, a las asociaciones empresariales y a los sindicatos UGT y CCOO, ya que otro de los argumentos que esgrimen es que, si finalmente se hace el hotel, se podrían crear unos 150 puestos de trabajo. Habrá que esperar a ver en qué queda la cosa.
Fuente ABC