AREQUIPA, Perú. – La Corte Suprema del Arte fue un programa radiofónico muy popular y polémico en Cuba, concebido para fortalecer y renovar las filas del medio durante los años 30 y 40 del pasado siglo.
Surgió en un momento en el que se buscaba introducir nuevas figuras, conocidas como “estrellas nacientes”, para proporcionar un relevo a los artistas veteranos, cuyos honorarios eran demasiado elevados. Todos los participantes eran aficionados, y el veredicto del público determinaba al triunfador.
El espacio no fue un evento completamente innovador en su momento, ya que anteriormente existió un espacio llamado “Programa de Aficionados” en la radioemisora CMW, donde René Cañizares llevó a cabo un experimento similar.
En ese caso, un jurado conformado por artistas profesionales seleccionaba las mejores actuaciones de aquellos que buscaban iniciarse en el mundo artístico. Sin embargo, el “Programa de Aficionados” no prosperó debido a la falta de iniciativas.
La Corte Suprema del Arte salió por primera vez al aire el 1 de diciembre de 1937, en los estudios de la emisora CMQ, a la sazón propiedad de los empresarios Ángel Cambó y Miguel Gabriel.
En sus inicios, el programa ocupaba un solo espacio semanal, pero debido a su creciente popularidad, pasó a emitirse diariamente durante dos horas. Los sábados, los seleccionados de las jornadas anteriores competían entre sí.
En la etapa inaugural del espacio radial, los aspirantes eran sometidos a una selección previa a través de ensayos, pero con el tiempo, la masificación del espectáculo llevó a que los aficionados se presentaran sin evaluación previa.
En esta nueva fase se incorporó el elemento de la “campana”, un timbre que sonaba para interrumpir la actuación cuando el aspirante no cumplía con las expectativas artísticas. De ahí nació la popular frase “le tocaron la campana” que aún hoy se utiliza para indicar que alguien se ve incapacitado de alcanzar su meta porque otro se lo impide.
El auge del programa llevó a que se trasladara de los estudios de la emisora al escenario del Teatro Nacional de Cuba. Además, se llevaron a cabo concursos en otras ciudades de la Isla. Los ganadores del certamen eran contratados por la emisora CMQ como artistas profesionales en sus presentaciones radiales.
El programa fue también un reflejo de la fuerte competencia comercial que en esos años comenzaba a hacerse sentir en la radio entre ejecutivos y marcas patrocinadoras del contenido.
Con todo, la Corte Suprema del Arte desempeñó un papel crucial en el impulso de la zarzuela en Cuba, proporcionando nuevos talentos a los grupos dedicados a este género.
Asimismo, sus micrófonos fueron la cantera de donde emergieron destacados cantantes que posteriormente alcanzaron gran popularidad, como Carlos Embale, Elena Burke, Olga Guillot, Rosita Fornés, Tito Gómez y la mismísima Celia Cruz.
Fuente Cubanet.org