La ruptura de Podemos con Sumar y su integración en el Grupo Mixto del Congreso de los Diputados fue uno de los asuntos más comentados en los tradicionales corrillos entre políticos y periodistas que se desarrollaron este miércoles en el Salón de Pasos Perdidos, en el 45 aniversario de nuestra Ley Fundamental. Hace exactamente un año, la crónica de ABC del Día de la Constitución sobre este conflicto en la izquierda narró la presión de Podemos a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, para no perder peso en su proyecto electoral; y cómo ella y la número dos del partido morado, Irene Montero, se iban lanzando reproches a escasos metros.
Lo de las críticas cruzadas se repitió este miércoles en plena resaca posruptura. Pero mientras fueron ocasionándose estas conversaciones informales de periodistas con diputados y altos cargos de PSOE, Sumar y Podemos, se constató que los socialistas ya aprueban a Podemos como interlocutor válido. Justo lo que querían en el partido de Ione Belarra: autonomía y un canal de negociación bilateral con el PSOE, sin pasar por los filtros de Díaz.
En una de estas conversaciones informales, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, explicó que Belarra telefoneó al ministro de Presidencia, Félix Bolaños, el lunes por la tarde para aclararle los términos de la ruptura con Sumar y, según palabras de Sánchez, dijo que su voluntad no es la de boicotear al Gobierno sino la de «garantizar la estabilidad de la legislatura». Muy cerca, Bolaños también comentaba esa conversación con la líder de Podemos. El ministro no la interpretó de una forma tan entusiasta como el presidente -no llegó a decir que la líder de Podemos le había garantizado la estabilidad de la legislatura-, pero sí admitió sentir sosiego: «Me quedé mucho más tranquilo».
Preguntados por ABC, una persona del equipo de Belarra confirmó que la llamada fue en esa línea: «Le llamó para decirle que Podemos trabajará para la estabilidad del gobierno progresista y que no quieren reventar la legislatura y que la ruptura con Sumar es porque Podemos quiere hacer política».
En las salas de máquinas de Ferraz y La Moncloa algo hizo clic esta semana. Hace dos semanas, Belarra exigió conversaciones bilaterales con el PSOE para negociar los Presupuestos Generales. Sumar lo rechazó y varios ministros socialistas recogieron la reclamación con displicencia.
Sin embargo, en esta jornada, la ministra de Hacienda y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, dijo que ahora sí negociarán las cuentas públicas con Podemos. Los socialistas no quieren confrontar con Díaz ni enmendar la estrategia de Sumar, pero un importante ministro socialista quiso matizar que el PSOE sí ofreció un ministerio a Podemos. Por lo que, insistió esta fuente, «el problema es entre Sumar y Podemos, y no entre PSOE y Podemos».
También se pudo ver una conversación en muy buenos términos entre el vicepresidente primero de la Mesa del Congreso y diputado del PSOE, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, y el diputado de Podemos Javier Sánchez Serna. Apretón de manos mediante. Ambos compartieron cargo en el órgano rector de la Cámara la legislatura pasada y pueden hablar con confianza. Según pudo saber ABC, el socialista se acercó a Sánchez Serna para garantizarle la cooperación del PSOE con ellos durante el resto de la legislatura. Una muestra más de que Sánchez y el PSOE -ahora sí- han elevado a Podemos a la categoría de un aliado con personalidad propia.
Yolanda Díaz advierte de la «desafección política»
Los cinco diputados de Podemos explicaron a los periodistas que sobre todo se centrarán en las materias de Vivienda, Igualdad y Conciliación, así como se posicionarán en temas internacionales del calibre del envío de armas a Ucrania o el conflicto palestino-israelí. Asuntos en los que tienen una propuesta diferente a PSOE y Sumar. Y tratarán así de marcar posición en los temas de la agenda pública, más que intentar condicionarla siendo cinco diputados.
En una intervención a pie de micro en el Patio del Congreso, antes de empezar el acto, la vicepresidenta y líder de Sumar reprochó a Podemos que su «interés de parte» va a generar «desafección política» en el votante de izquierdas en un contexto en el que la derecha se refuerza. Díaz consideró además que la decisión de Belarra no contribuye a hacer «política útil» y avisó de que «las personas progresistas» no entenderán que se «pongan en jaque políticas públicas importantes para la vida de la gente».
Fuentes de Sumar insistieron en que los diputados de Podemos se han convertido en tránsfugas y que han incumplido el acuerdo de coalición del 23J. Podemos reprochó un «reglamento del grupo parlamentario muy restrictivo» contra ellos como otra de las principales razones para abandonar el barco. Y Sumar esgrimió que todos los partidos que integran la coalición están expuestos a esas mismas normas y decisiones, pero que solo Podemos se queja porque -aseguran- siempre han buscado romper.
Fuente ABC