En la era del WhatsApp y otras herramientas instantáneas para compartir una foto de recuerdo del lejano país que uno visita, las tarjetas postales pueden parecer una reliquia obsoleta. Pero las sofisticadas tecnologías de internet no pueden competir, en cambio, con el valor artístico y algunas otras curiosidades de estas cartas ilustradas, que se desvelan en Benidorm en una exposición peculiar, seleccionada entre la colección de 2.700 piezas del periodista Edelmiro Trillo.
Este mes de diciembre se cumplen 150 años de la edición en España de la primera de estas originales misivas, que en aquella ocasión era un «Recuerdo de Madrid». Pronto se convirtió en un «medio de comunicación que sirvió para difundir la imagen y capturar momentos significativos y lugares representativos», tal como resaltan desde el Ayuntamiento de Benidorm.
De hecho, a Edelmiro Trillo se le considera «el primer turista vacacional» por su carácter aventurero y bohemio, que recorrió medio mundo y coleccionó tanto estas cartas siempre personales como discos y fotografías, unas dos mil imágenes con muchos momentos vividos en el Benidorm al que siempre estuvo vinculado.
Para conmemorar esta efeméride, la Concejalía de Patrimonio Histórico y Cultural que dirige Ana Pellicer, ha organizado en el hall la Biblioteca Central la muestra ‘Mundopostal: 150 años de la primera postal española’.
En algunos paneles explicativos se describen algunos datos anecdóticos de este sistema postal, como el lenguaje «secreto» de los sellos o el uso militar de la tarjeta. ¿Cuál era ese código propio casi de una intriga de espías? Pues según la posición en que se estampaba el sello, arriba o en diagonal y otras variaciones, el destinatario podía interpretar que se le pedía amistad o incluso si se le preguntaban «¿me amas?». Sin saberlo, hace más de un siglo ya fueron precursores de algo tan usual hoy en día como el «me gusta» en redes sociales.
Sin duda, una forma discreta e inocente de transmitir los sentimientos más íntimos a la vista de todos, que viajaban en un soporte físico cientos o miles de kilómetros, pasando de mano en mano por el servicio de Correos. Otros mandaban mensajes cifrados en el reverso del sello, en clave más de espionaje, lo que también suscitó incluso la persecución de las autoridades, como en el Imperio Austro-húngaro.
Menos nobles y entrañables resultaban las utilidades que encontraron otros en tiempos de guerra, como la civil española, cuando se editaron postales con una misión propagandística, para intoxicar a la opinión pública con falsedades para influir en el ánimo de la gente.
Más allá de recuperar este hito del 150 aniversario de la primera ilustrada -porque anteriormente eran de cartón y sin imágenes– «la muestra sirve para dar a conocer y poner en valor material que forma parte del patrimonio municipal, en este caso procedente de la colección de Edelmiro Trillo donada por sus familiares al Ayuntamiento». La exposición, que puede verse ya en el hall de la biblioteca hasta el 1 de marzo de 2024, está compuesta por una selección de «las casi 2.700 tarjetas que componen la colección de Trillo, entre las que hay postales con origen en distintos países, como España, Francia, Alemania, Marruecos o Sri Lanka fechadas entre 1893 y 1970».
Pellicer ha señalado que esta muestra «lleva en un viaje fascinante a través del tiempo, en el que se puede constatar la evolución de estas pequeñas obras de arte y su importancia cultural». Así, el espectador «apreciará la diversidad de estilos artísticos que han dejado una marca en la historia visual de España y el paso del blanco y negro a las coloridas cuatricomías de mediados del siglo XX».
Fuente ABC