El momento en que se reparte el roscón entre la familia es uno de los más divertidos del día de Reyes. A todos, seguro, nos ha pasado alguna vez que el trozo que tiene que ser el tuyo lleva algo entre la nata y que si lo han visto otros endosar ese plato a otro se convierte en una difícil misión. La haba y el rey que se esconden tradicionalmente dan mucho juego.
Lo que pocos se imaginan es que su porción pueda llegar a tener algo más valioso y esto es lo que les ocurrirá este sábado a muchas familias catalanas. Todo ello porque en Vilafranca del Penedès, un municipio a media hora de Barcelona, los pasteleros han decidido esconder premios más jugosos entre los ‘tortells’.
La iniciativa, revelada por TV3, ha surgido de las cinco pastelerías más emblemáticas de la localidad, que se han alineado para promover la venta de estos postres típicos de Reyes con una compensación difícil de superar. Así, como si de una tarjeta dorada de Willy Wonka se tratara, muchos comerán con más interés que nunca el roscón. Este será el premio para los afortunados.
Cinco anillos y cinco pulseras de oro
En concreto, entre los 5.000 roscones que prevén vender entre este viernes y sábado se esconderán, además de la haba y el rey de cerámica, diez joyas de oro de alto valor. En concreto, serán cinco anillos valorados en 650 euros y otras cinco pulseras, de unos 250 euros. Las ha diseñado Gena Moner, una joyera de Vilafranca que tuvo esta idea, que no es pionera pero sí de las primeras con tantos premios.
Las pastelerías participantes llevan varias generaciones vendiendo roscones: son la Bertran, Galí, Parés, Rius y Trens. Y sus propietarios no pudieron rechazar la iniciativa, que les ayudaría a tener un valor extra frente a otros vendedores de ‘tortells’, como supermercados o gasolineras, que ahora les hacen la competencia.
«Creo que no se habían puesto nunca tantas joyas y de tanto valor», ha relatado a TV3 la joven diseñadora, que incide en que la campaña tiene un mensaje muy claro de apoyo al comercio local. A la espera de saber quienes son los afortunados, lo cierto es que las pastelerías ya han ganado: tienen más reservas que nunca y creen que van a agotar existencias y que quienes acudan a comprar un ‘tortell’ a última hora se va a quedar sin.
Fuente ABC