Desde Muros hasta Ribeira, varias playas gallegas están desde hace poco menos de un mes repletas de lo que se conocen como pellets de preproducción —coloquialmente, lágrimas de sirena—, que se emplean para elaborar productos de plástico y tienen un tamaño de entre 3 y 5 mm. La que dio la voz de alarma fue la asociación Noia Limpa, que asegura que son «casi imposibles» de recoger y que su presencia en las rías de la Comunidad supone «una catástrofe» medioambiental.
«Pellets en las playas siempre hay», explica Tania Prego, cofundadora de Noia Limpa, a este diario, pero «más esparcidos» y «degradados» por el oleaje. Estos, en cambio, aparecen en grandes cantidades, y, tal y como indica, donde los vieron por primera vez, en la playa das Furnas (Porto do Son) el 23 de diciembre, había tal cantidad que «parecía nieve». Diez días antes se habían avistado sacos de estos pellets en las Rías Baixas con el nombre de la empresa polaca Bedeko Europe, que los produce, de los que hasta la fecha se han recogido unos 52. Según el seguimiento que hacen desde la asociación, relacionan su aparición con la pérdida de seis contenedores de mercancía en el mar a la altura de Viana do Castelo, en Portugal.
Pudieron constatar su presencia entre Ribeira y Muros, pero aún no conocen con exactitud el alcance exacto. «Es una catástrofe», lamentan. Además del peligro que suponen para el ecosistema, por su naturaleza contaminante, y para la fauna, que los confunde con comida, también lo son para los humanos porque atraen toxinas y se convierten en microplásticos, que acabamos consumiendo a través del pescado y del marisco. Además, sacarlos del medio es «casi imposible», porque «se complica en las piedras, pero también en la arena» y debe hacerse de forma manual por su tamaño.
Ante esta situación, la Xunta está trabajando en la detección y seguimiento de los pellets para su posterior retirada, como ha informado en un comunicado la Consellería do Mar. El gabinete ha confirmado que el cargamento lo perdió un buque mercante, el Toscano, mientras navegaba en aguas portuguesas. Guardacostas de Galicia vigila el litoral, pero hasta ahora no se notificaron avistamientos de este material en el mar porque no se mantienen en la superficie, lo que descarta la retirada por medios marítimos. En caso de avistamientos, la Xunta pide avisar al 112.
Además, la Consellería do Mar indicó que ya se trasladó a los municipios de las zonas afectadas «la máxima colaboración» y los protocolos de actuación, que también indican cómo recoger la información sobre el coste de los trabajos, que luego se trasladará a la empresa responsable del vertido. La empresa armadora ya mostró su voluntad de colaborar con las administraciones tanto con medios técnicos como económicos para limpiar las rías.
Fuente ABC