LA HABANA, Cuba. — “Yo no sé cómo voy a pagar esto”, gritaba entre llantos un cubano que al mediodía de este viernes fue multado (por autoridades del régimen) con 22.000 pesos en las afueras de la Feria de Trabajadores por Cuenta Propia de la Virgen del Camino, en el municipio habanero de San Miguel del Padrón.
En declaraciones a CubaNet, Alexander Sánchez Acosta explicó que tres inspectoras de la Dirección Integral de Supervisión le impusieron dos multas —de 14.000 y 8.000 pesos— por ofrecer servicio de taxi en un triciclo eléctrico entre las barriadas de La Cuevita y la Virgen del Camino.
Según el entrevistado, las funcionarias justificaron la imposición de tan altas cuantías en que no contaba con la documentación requerida para esta actividad por cuenta propia. Además, señalaron que cobraba 100 pesos por persona por el traslado de personas entre estos barrios.
“Tú crees que se puede vivir así en este país. Yo no le estoy robando nada a nadie. ¿De dónde yo voy a sacar ese dinero si lo poco que hago es para comer porque aquí en Cuba un huevo vale 100 pesos? Salen a la calle a maltratar a su propio pueblo”, dijo Sánchez Acosta a este diario.
El hombre cuestionó el actuar de las autoridades contra aquellas personas que, como él, intentan ganarse la vida “honradamente”, subrayando que, mientras eso ocurre, los delincuentes continúan cometiendo fechorías con total impunidad.
“Al carterista, al ladrón, no le hacen nada, es nada más arriba del que está luchando; matando al mismo pueblo. De este país hay que irse”, enfatizó.
La mayoría de las personas que presenciaron lo sucedido arremetieron contra las inspectoras, quienes disfrutaron la imposición de la medida, según testigos.
“Iban riéndose las muy malditas. Esas personas no tienen corazón. Disfrutan hacer daño. Aunque sería bueno preguntarles, de dónde es que sacan tanto billete para comprarse tanto oro, porque estaban llenas de argollas y cadenas de oro. Eso no falla, detrás de un extremista hay un oportunista”, relató uno de los presentes a CubaNet.
Alexander Sánchez Acosta es oriundo de la provincia de Santiago de Cuba, pero, según precisó, hace alrededor de tres años emigró hacia la capital del país en busca de una mejoría de vida. Actualmente, intenta ganarse la vida “boteando” con el triciclo eléctrico, por el cual debe pagar 2.500 pesos diarios a su dueño.
“Pago 2.500 pesos diarios por este triciclo para poder subsistir, pero, además, pago 7.000 de alquiler. Yo vine para acá para ver si me podía comprar mi casita, pero todo se me va en comida”, reveló.
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Fuente Cubanet.org