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Ayer os publicábamos que una de las claves del affaire Grifols es quién está detrás de Scranton Enterprises BV, firma holandesa opaca, no, lo siguiente, propietaria del 8,4% de la farmacéutica catalana y de dos filiales que, vía un complejo acuerdo societario y contable, contribuyen notablemente al beneficio de Grifols. Según Gotham, que de momento cerró ayer de facto posiciones bajistas tras hacer caja, genera un 40% de su ebitda. Pero, además del quién, está también el cómo: con qué criterios e intereses se gestiona Scranton. Pues bien, hoy contamos que el consejo de Grifols se ha comprometido a dar a la CNMV más información sobre su relación con la sociedad neerlandesa. Y si se ha comprometido a darla, cabe deducir que es porque el supervisor se la ha pedido. No olviden una cosa. Grifols es propiedad de la familia y de los accionistas minoritarios que invierten en bolsa. Y hay indicios razonables para deducir que Scranton es propiedad de la familia Grifols y los directivos y socios históricos de la compañía. Es decir, los intereses de Grifols y Scranton riman mucho, pero no tienen por qué estar siempre necesariamente alineados. Y a quien deben proteger la CNMV y los consejeros independientes de Grifols es precisamente a los minoritarios. Lean hoy a Bada en El Confidencial, el primer gestor que renegó públicamente de Grifols (en 2019).
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Fuente El Confidencial