NUEVA YORK.- Desde el estallido de la guerra entre Israel y Hamas hace casi 100 días, el presidente Joe Biden y sus asesores han luchado por mantener la guerra contenida, temerosos de que una escalada regional pudiera atraer rápidamente a las fuerzas estadounidenses.
Ahora, con el ataque liderado por Estados Unidos contra casi 30 sitios de los rebeldes hutíes en Yemen el jueves, ya no hay dudas de si habrá un conflicto regional. Ya ha comenzado. Las preguntas más importantes ahora son la intensidad del conflicto y si se podrá contener. Éste es exactamente el resultado que nadie quería, presumiblemente incluido Irán.
“No estamos interesados en una guerra con Yemen. No estamos interesados en ningún tipo de conflicto”, dijo el viernes John Kirby, vocero de la Casa Blanca. “De hecho, todo lo que el presidente ha estado haciendo ha sido tratar de evitar cualquier escalada del conflicto, incluidos los ataques del jueves”, añadió.
La decisión de Biden de desencadenar ataques aéreos, después de resistirse a los llamados a actuar contra los militantes hutíes con base en Yemen, cuyos repetidos ataques al transporte marítimo en el mar Rojo estaban comenzando a pasar factura al comercio mundial, es un claro cambio de estrategia.
Después de emitir una serie de advertencias, dijeron los funcionarios, Biden sintió que su mano se vio forzada después de que el martes una andanada de ataques con misiles y drones estuviera dirigida a un buque de carga estadounidense y a los buques de la Armada que lo rodeaban.
“Esto ya es una guerra regional, que ya no se limita a Gaza, sino que ya se ha extendido al Líbano, Irak, Siria y Yemen”, dijo Hugh Lovatt, experto en Medio Oriente del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores. Washington, añadió, quería demostrar que estaba dispuesto a disuadir las provocaciones iraníes, por lo que visiblemente colocó a sus portaaviones y cazas en posición para responder rápidamente. Pero esas mismas posiciones dejan a Estados Unidos más expuesto.
En el transcurso de 12 semanas, los ataques contra intereses israelíes, estadounidenses y occidentales provinieron del Líbano, Irak y Siria, lo que provocó respuestas modestas y cuidadosamente dirigidas por parte de las fuerzas estadounidenses e israelíes. Estados Unidos también emitió advertencias a Irán, que según los estadounidenses está actuando como un coordinador flexible.
Lo notable del ataque de represalia en Yemen fue su amplitud: empleando aviones de combate y misiles lanzados desde el mar, las fuerzas estadounidenses y británicas, respaldadas por un pequeño número de otros aliados, atacaron una gran cantidad de sitios de misiles y drones hutíes.
Cálculos
Biden está caminando por la delgada línea entre la disuasión y la escalada, y sus asistentes admiten que el cálculo no tiene fundamento científico. Teherán y sus aliados, incluido Hezbollah en el Líbano, han sido cuidadosos en su apoyo a Hamas, manteniendo sus acciones dentro de límites, para evitar una respuesta militar estadounidense más amplia que podría amenazar el ejercicio del poder de Teherán en el Líbano, Irak y Siria.
Pero está en duda cuánto control tiene Irán sobre sus representantes, y sus líderes también pueden estar malinterpretando las líneas rojas estadounidenses e israelíes.
Los hutíes, una pequeña tribu en Yemen respaldada por Irán, han estado entre los más agresivos en ir más allá, tratando de bloquear rutas comerciales internacionales a través del mar Rojo e ignorando las advertencias estadounidenses y occidentales de desistir.
Los funcionarios hutíes dicen que el único objetivo de sus ataques es obligar a Israel a detener su campaña militar y permitir el libre flujo de ayuda hacia Gaza.
Noticias desde Yemen:
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🔻👉Los rebeldes hutíes de Yemen dijeron el sábado que los recientes ataques aéreos lanzados por Estados Unidos y Gran Bretaña contra sus posiciones no los disuadirían de continuar sus ataques contra Israel, y prometieron lanzar más ataques pronto. pic.twitter.com/RDCz2V8LpQ— aapayés (@aapayes) January 13, 2024
Los diplomáticos occidentales dijeron que había habido renuencia a contraatacar a los hutíes, en parte para evitar alterar una tregua en la guerra civil yemení y en parte debido a la dificultad de eliminar por completo su amenaza. Pero los repetidos ataques de los hutíes a barcos, su fuego directo contra helicópteros estadounidenses y su ataque del martes a un buque de carga estadounidense dejaron a Estados Unidos con lo que los funcionarios dijeron que no era una opción real.
Estados Unidos lanzó un nuevo ataque este sábado contra los hutíes. “Las fuerzas estadounidenses llevaron a cabo un ataque contra un radar de los hutíes en Yemen”, según un comunicado del Mando Central del Ejército. Los medios de comunicación de los hutíes habían señalado previamente que el ataque golpeó la base aérea Al-Dailami de la capital, Saná, controlada desde 2014 por este grupo.
Pero una mayor participación militar estadounidense también contribuye a la percepción en el mundo en general de que Estados Unidos está actuando aún más directamente en nombre de Israel, con el riesgo de dañar aún más la posición estadounidense y occidental a medida que aumenta el número de muertos en Gaza. Israel ahora defiende su conducta contra la acusación de genocidio ante un tribunal internacional.
Credibilidad
Irán está utilizando representantes como Hezbollah y los hutíes para distanciarse de sus acciones y mantener su credibilidad en la región, intentando evitar un ataque directo, que podría poner en riesgo la Revolución Islámica y su programa nuclear. Pero Irán también está siendo arrastrado por esos mismos representantes.
“Irán realmente está presionando”, dijo François Heisbourg, un analista militar francés. “Es otra razón por la que no quieren una guerra ahora: quieren que sus centrifugadoras funcionen pacíficamente”. Los iraníes no tienen un arma nuclear, pero podrían enriquecer suficiente uranio hasta el nivel de armas en unas pocas semanas, desde el actual 60% de enriquecimiento hasta el 90%, dijo. “Han hecho el 95% del trabajo”.
Israel también está intensificando sus ataques contra los representantes de Irán, especialmente en el Líbano y Siria. Después del ataque de Hamas, Hezbollah inició una serie de ataques desde el Líbano, lo que llevó a Israel a evacuar a los ciudadanos cercanos al conflicto.
Después de eso, la campaña aérea de Israel mató a 19 miembros de Hezbollah en Siria en tres meses, más del doble que el resto de 2023 combinado, según un recuento de la agencia Reuters. Más de 130 combatientes de Hezbollah también han sido asesinados por Israel en el Líbano en el mismo período.
Amine Hoteit, general retirado del Ejército libanés y analista, enumeró varios objetivos de los ataques israelíes en Siria: mantener la atención allí y presionar al gobierno sirio para “cortar la ruta de suministro iraní”.
Las tropas estadounidenses desplegadas en Irak y Siria para evitar un resurgimiento de Estado Islámico han sido atacadas por milicias respaldadas por Irán 130 veces desde el 17 de octubre, según el Pentágono, con un total de 53 ataques en Irak y 77 en Siria. Estados Unidos ha tomado represalias en menos de diez ocasiones.
En cada ocasión, Estados Unidos ha dicho que su respuesta tiene como objetivo disuadir nuevos ataques y enviar un mensaje a Irán y sus representantes, que operan libremente en Irak y Siria. Pero ningún soldado estadounidense ha muerto. La preocupación es que tarde o temprano uno de los ataques cause bajas, y entonces la respuesta sería mucho más letal y podría salirse de control.
El 4 de enero, el Ejército estadounidense lanzó un raro ataque de represalia en Bagdad que mató a un líder de la milicia al que culpa por los recientes ataques contra personal estadounidense, una medida condenada por el gobierno iraquí.
Si bien el gobierno iraquí está dominado por partidos cercanos a Irán, la presencia estadounidense ha sido tolerada en gran medida por el temor de que, sin su ayuda, Estado Islámico pueda recuperar terreno rápidamente.
Pero el viernes, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Irak condenó los ataques contra los hutíes en Yemen. “Creemos que ampliar el alcance de los objetivos no representa una solución al problema; más bien, conducirá a una ampliación del alcance de la guerra”, dijo la Cancillería.
Impacto global
Si bien la atención principal se ha centrado en Hamas y en Hezbollah, la amenaza hutí al comercio tiene el potencial de tener el mayor impacto global, ya que alrededor del 30% de los buques portacontenedores del mundo pasan por el mar Rojo. Volvo, Tesla y otros fabricantes de automóviles en Europa ya han suspendido la producción durante unos días o más debido a las interrupciones en la recepción de piezas mientras los barcos navegan por el mar Rojo y el Canal de Suez.
Estados Unidos y más de una docena de otros países han creado una coalición para proteger el transporte marítimo, la Operación Guardián de la Prosperidad. Pero los hutíes han seguido intentando atacar barcos, con conexiones israelíes o no, y Maersk decidió suspender todos los envíos por el mar Rojo después de un ataque el 31 de diciembre a uno de sus barcos. Ha advertido a sus clientes que esperen perturbaciones significativas y los analistas esperan que los precios más altos aumenten la inflación global.
En discursos públicos esta semana, el líder supremo de Irán, el ayatollah Ali Khamenei, y el líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, reiteraron que no quieren una guerra ampliada. Pero Colin P. Clarke, un experto en contraterrorismo que es director de investigación del Grupo Soufan, dijo que Israel no podía permitirse el lujo de ser complaciente dado su grave error de cálculo antes del 7 de octubre de que Hamas tampoco estaba interesado en una guerra.
Los recientes asesinatos que afectaron el corazón de los vínculos de Irán con Hezbollah y Hamas han desconcertado a los iraníes, quienes los han descrito en salas de chat y redes sociales como “abofeteados una y otra vez”.
El general Sayyed Razi Mousavi, asesinado en Navidad en Damasco, había estado durante dos décadas a cargo de adquirir misiles, cohetes y drones para Hezbollah en el Líbano y milicias aliadas en Siria e Irak, según informes de los medios iraníes. Khamenei realizó el ritual de la oración de los muertos sobre su cuerpo en su funeral, un honor reservado para los subordinados más venerados.
Saleh al-Arouri, jefe político adjunto de Hamas, muerto en un ataque con drones en el corazón de la base de poder de Hezbollah en el distrito de Dahieh de Beirut, era el miembro de Hamas más cercano a Irán y Hezbollah y la persona en quien más confiaban con mensajes sensibles y facilitando financiación y conocimientos técnicos de Irán.
Steven Erlanger, David Sanger, Farnaz Fassihi y Ronen Bergman
Fuente La Nacion