La economía europea no arranca. El Fondo Monetario Internacional ha revisado marginalmente al alza la previsión de crecimiento global para 2024 hasta el 3,1% gracias a los mejores datos procedentes desde EEUU y China, pero ha recortado su previsión para Europa, que sigue en el vagón de cola del crecimiento. En concreto, el FMI ha rebajado en tres décimas su proyección de crecimiento del PIB en 2024, hasta el 0,9%. Si sus augurios están en lo cierto, a Europa le queda otro año de crecimiento económico decepcionante en una coyuntura de consumo privado todavía resentido, baja inversión empresarial y ajuste fiscal.
España es, de los grandes países europeos, el que mejor está resistiendo gracias a los escasos vínculos comerciales que tenía con Rusia y a la baja participación de la industria en el PIB. Aún así, tampoco se libra de los recortes de previsiones. El Fondo ha recortado en dos décimas su previsión de crecimiento para España respecto del informe de octubre y ahora prevé que el PIB avanzará un 1,5% en el conjunto del año. El problema de esta actualización es que el FMI la elaboró antes de la publicación de los datos de contabilidad nacional de España, la mayoría de países europeos, Estados Unidos, China, etc.
En el caso de España, las previsiones se han quedado completamente desfasadas y previsiblemente tendrá que corregirlas en primavera. El motivo es que el crecimiento en la segunda mitad de 2023 fue mucho mejor de lo esperado, tanto por una revisión del INE de la serie desde el inicio del año, como por una aceleración imprevista en la recta final del ejercicio. Eso significa que España entrará en 2024 con un importante efecto arrastre que, por efecto estadístico, obliga a revisar al alza la previsión de crecimiento anual. En resumen: el informe de previsiones del FMI se quedó desfasado incluso antes de ser publicado. Por ejemplo, si el crecimiento trimestral del PIB durante todo el año 2024 fuese la mitad que el del último trimestre de 2023, el crecimiento anual acumulado ya alcanzaría el 1,5%
Pero más allá de las décimas del PIB, el informe muestra las tendencias económicas globales que prevé el FMI. Para España anticipa una aceleración de la economía a partir de la primavera a medida que el control de la inflación permita al Banco Central Europeo empezar a bajar los tipos de interés. Según sus previsiones, hacia final de año España estará creciendo nuevamente a tasas interanuales próximas al 2%. De cara al año 2025, el Fondo prevé que la economía española seguirá acelerando, hasta el 2,1%, nivel en el que ya se estabilizará. La demanda interna y la exportación de servicios seguirán siendo las grandes fortalezas de la economía española.
El Fondo prevé que España será la gran economía europea que más crecerá durante todo el horizonte de proyecciones. De hecho, en 2024 casi duplicará la tasa de crecimiento de la eurozona y en 2025 seguirá casi medio punto por encima. Si se cumplen estas previsiones, España alcanzará a la eurozona en 2025 en crecimiento acumulado desde el inicio de la pandemia, por lo que conseguiría cerrar la brecha de producción que se abrió por la covid.
La crisis permanente
Los datos del FMI constatan las graves dificultades de la eurozona para seguir creciendo. El conjunto de países del euro creció un pírrico 0,5% en el año 2023; 0,2 puntos por debajo de las previsiones de octubre. En 2024 la economía acelerará de forma muy leve, pero el crecimiento se quedará por debajo del 1% tras recortar el Fondo en tres décimas su previsión. Esta mejoría se debe a la leve recuperación del consumo de los hogares, que debería acelerar en los próximos meses si finalmente la inflación queda controlada y el BCE empieza a destensar su política monetaria.
De los grandes países del euro sólo Italia se libra de las revisiones a la baja del PIB, pero no mejora, sino que se queda estancada. El FMI prevé que su PIB crecerá apenas un 0,7%. El resto, todos empeoran: Alemania y Países Bajos, cuatro décimas menos; Francia, tres menos y España, dos. Alemania vuelve a ser el peor parado y después de experimentar una contracción de la actividad del 0,3% en 2023 crecerá apenas un 0,5% en 2024. Esto significa que el Fondo prevé que su economía seguirá estancada durante casi un año más.
Al contrario de lo que ocurre en Europa, el Fondo Monetario Internacional ha vuelto a mejorar sus previsiones para Estados Unidos y China. En el caso de EEUU, su economía no deja de sorprender al alza y en esta ocasión la revisión de las previsiones para 2024 asciende a 0,6 puntos porcentuales. Según el Fondo, crecerá un 2,1% en 2024 después del 2,5% registrado en 2023. Esto significa que, EEUU creció cinco veces más que la eurozona en 2023 y en 2024 volverá a duplicar la tasa de crecimiento europea.
El Fondo también ha mejorado la previsión de crecimiento de China en 0,4 puntos porcentuales, hasta el 4,6%. Esta revisión al alza se debe a que los registros de la segunda mitad de 2023 fueron mejores de lo que esperaban los expertos del Fondo, lo que permite entrar con un importante efecto arrastre en 2024. Además, la política fiscal expansiva aplicada por Pekín permitirá un crecimiento algo más dinámico. En cualquier caso, para China son datos pobres de crecimiento, que podría quedarse por debajo del 5% por primera vez en décadas, descontando los años de la pandemia. Esta tendencia de desaceleración del gigante asiático se mantendrá en 2025, según las previsiones del Fondo, que frenará hasta el 4,1%.
Riesgos bajo control
Una de las claves de la actualización de previsiones del FMI es que los riesgos a futuro están equilibrados y esta es una novedad importante. Es cierto que existen vientos de cara que pueden frenar la recuperación económica, pero también pueden soplar de cola. El principal riesgo a la baja se vuelve a concentrar en el escenario geopolítco, ya que las tensiones en Oriente Próximo pueden reavivar la crisis inflacionista. “El conflicto en Gaza e Israel podría intensificarse y afectar a toda la región, la que produce en torno a 35% de las exportaciones de petróleo del mundo y 14% de las de gas”, explica el FMI en su informe.
Los otros tres riesgos a la baja que detecta es una persistencia de las presiones inflacionistas subyacentes que obliguen a mantener una política monetaria restrictiva, un frenazo económico provocado por la consolidación fiscal o los problemas de crecimiento de China. Pero también existen riesgos al alza. El más importante es que la inflación experimente una ralentización más rápida de lo esperado, lo que daría oxígeno a las familias y permitiría bajar los tipos de interés. También podrían afectar un crecimiento de China más rápido del esperado o un impulso fiscal en los países desarrollados superior a lo presupuestado hasta la fecha.
Existe, además, un cuarto riesgo al alza que es más estructural, la irrupción de la Inteligencia Artificial. El Fondo señala que la IA “podría estimular la productividad y las rentas de los trabajadores, siempre y cuando los países aprovechen todo su potencial”. En esta ocasión son los países desarrollados quienes están en mejor posición para aprovechar esta mejora tecnológica porque sus tejidos productivos están más centrados en “tareas con alta carga cognitiva”.
La economía europea no arranca. El Fondo Monetario Internacional ha revisado marginalmente al alza la previsión de crecimiento global para 2024 hasta el 3,1% gracias a los mejores datos procedentes desde EEUU y China, pero ha recortado su previsión para Europa, que sigue en el vagón de cola del crecimiento. En concreto, el FMI ha rebajado en tres décimas su proyección de crecimiento del PIB en 2024, hasta el 0,9%. Si sus augurios están en lo cierto, a Europa le queda otro año de crecimiento económico decepcionante en una coyuntura de consumo privado todavía resentido, baja inversión empresarial y ajuste fiscal.
Fuente El Confidencial