
La preocupación de los gobernadores por el sostén de las finanzas provinciales crece día a día ante la fuerte caída de las transferencias nacionales, que alcanza al 12% en el flujo de dinero por coparticipación y supera el 64% en el caso de los envíos discrecionales.
Los números explican la necesidad de los mandatarios provinciales de arrancarle al Poder Ejecutivo nacional algún tipo de promesa de que en el corto plazo habrá herramientas para compensar el faltante.
Un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) indicó que las transferencias automáticas (coparticipación y leyes especiales) caerán 12,2% (real, o sea descontada la inflación), que equivalen a $ 277.150 millones.
Por su parte, un trabajo de la consultora Politkón Chaco precisó que las transferencias discrecionales sufren una merma real de 64,2%.
Las transferencias automáticas son las que las provincias reciben diariamente de la recaudación de AFIP por tributos coparticipables y en consecuencia los gobernadores saben al instante que les va a costar cerrar las cuentas públicas del mes.
En lo que respecta a los giros por coparticipación, las jurisdicciones más afectadas en enero son Buenos Aires (-14,6%), Salta (-12,4%) y Misiones (-12,2%). En el caso de Mendoza la reducción es de 11,7% y de Río Negro -11,5%.
Por otro lado, las jurisdicciones con menor caída serían CABA (-9,7%), La Pampa (-10,9%) y San Luis (-11%) y Córdoba (11,1%).
Con este cuadro de situación Córdoba cede recursos por un estimado de $ 21.122 millones, mientras que Mendoza pierde $ 10.421 millones y Río Negro $ 6.177 millones.
Estas reducciones significan un ajuste obligado para las provincias porque son consecuencia de la caída del nivel de actividad que se verifica en la recaudación de impuestos nacional, que además se replica en el pago de tributos locales.
Históricamente estos “faltantes” se cubrían con ayudas del gobierno central, que justamente son las que Javier Milei está dispuesto a cortar para obligar a las provincias a poner sus números en caja.
Estos auxilios se enmascaran en lo que se denomina transferencias discrecionales y necesitan de una firma especial del Ministro de Economía de turno con obvio aval del presidente.
Hasta el 28 de enero, los giros discrecionales habían sido de $ 49.431 millones, que en términos nominales representan un aumento de 31,3%, pero que ajustados por inflación significan una contracción de 64,2%.
En este sentido, las dos jurisdicciones más castigadas fueron la Ciudad de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires.
A la Capital Federal Milei le envió $ 3.551 millones, que con el impacto de la inflación significa una disminución de 78,2%.
Un panorama similar sucede con la provincia gobernada por Axel Kicillof, a la que se le enviaron fondos por $ 14.725, que equivale a una contracción de 78,1%, similar a la de Ciudad.
A Córdoba, se le habilitaron en forma discrecional $ 2.881 millones, que descontando la inflación significa una disminución de 43,4%.
A su vez, a Mendoza se le firmaron cheques por $ 1.901 millones, monto que equivale a una caída real de 38,1%.
Curiosamente una de las provincias mejor tratadas es La Rioja, cuyo gobernador Ricardo Quintela amenaza con emitir cuasimonedas. Desde Economía le enviaron $ 1.022 millones, apenas un 0,9% por debajo de un año atrás. La única con saldo positivo al 28 de enero es Misiones con $ 2.926 millones, que equivalen a un alza de 6,4%.
Fuente Mendoza Today