El señor António Guterres, lamentablemente secretario general de la ONU, como el dicho sobre el zorro, pierde el pelo, pero no las mañas.
Según declaró su portavoz Stéphane Dujarric el martes 20, “el secretario general sigue esperando que el Consejo de Seguridad encuentre una manera de hablar con una sola voz sobre esta cuestión” (el alto el fuego en Gaza).
El mencionado portavoz agregó que Guterres continúa intentando lograr ese alto el fuego que se le metió entre ceja y ceja, hablando con cuanto político y delegado puede, a puertas cerradas para que el público mundial no se entere. Aclaramos que ese alto el fuego sirve únicamente a los intereses de Hamás y Jihad Islámica.
También opinó que la declaración del delegado de Israel Gilad Erdan tratando a la UNWRA como una organización terrorista, algo que quedó bien a la vista con los hechos, “este tipo de declaraciones incendiarias no le hacen bien al trabajo humanitario que se intenta hacer en Gaza y otros sitios de Medio Oriente”.
Remachó las afirmaciones (falsas) pidiendo mayores financiaciones tanto a países como a instituciones privadas, alegando que “la UNWRA sigue siendo la columna vertebral de la labor humanitaria que se realiza en Gaza con un importante costo para el propio personal” … “no sólo de la labor humanitaria sino también para el desarrollo, socioeconómico y educativo para los refugiados palestinos, en Líbano, Siria, Jordania y la Cisjordania ocupada”.
Las realidades actuales son:
- El Secretario General ha demostrado constantemente que es antisemita nato, tal vez innato, porque jamás se preocupó de apoyar a otros como apoya a los enemigos de Israel. Jamás trabajó tanto para un cese de fuego en la invasión rusa a Ucrania, o en las diferentes guerras tanto en Asia como en Africa -con muchos más muertos- durante su mandato en ese cargo.
- Lo que no puede lograr por medios legales y estatutarios en la ONU trata de lograrlo a puertas cerradas hablando con personalidades políticas.
- Intenta descalificar al delegado israelí tratando de “incendiarias” sus declaraciones, porque no puede hacer otra cosa frente a verdades indiscutibles.
- Trata de “labor humanitaria” que empleados de UNWRA con sueldos abonados por la ONU manejen tanques y disparen con cañones y ametralladoras contra el ejército israelí pero también contra los propios ciudadanos de Gaza para arrebatarles las cargas de ayuda humanitaria que entran del exterior de Gaza.
- Trata de “desarrollo socioeconómico” los millones en efectivo encontrados en los túneles subterráneos de Hamás bajo la superficie de Gaza, que de ninguna manera estaban al alcance de los gazatíes no integrantes de Hamás sino al servicio de los terroristas.
- Trata de “desarrollo educativo” los libros de texto con los que se educa en el odio a los judíos y ejemplares del libro Mi Lucha de Hitler en árabe, impresos y subvencionados por UNWRA.
Como broche de oro unifica los problemas de Gaza con los refugiados palestinos en Líbano, Siria, Jordania y Cisjordania. Ante esto nos preguntamos por qué existen refugiados palestinos -que son árabes musulmanes- en países árabes musulmanes, donde la mayoría nacieron, y ahí es cierto que viven en “verdaderas cárceles al aire libre” como se decía muy equivocadamente de Gaza.
El señor Guterres debería saber -seguramente lo sabe- que la solución más simple para todos estos problemas no es UNWRA ni es un país palestino que ya lo tienen pero jamás lo quisieron, porque Cisjordania y Gaza está gobernada por palestinos. Que se maten entre ellos es problema palestino, evidentemente Guterres no lo puede evitar y busca culpar a Israel que nada tiene que ver.
Queda evidente que los problemas de fronteras, la existencia de ciertos asentamientos judíos o la propiedad de Jerusalén no son causa de nada de esto sino temas a tratar entre las partes cuando haya partes que quieran tratarlos. Del lado israelí ya la hubo, y la habrá cuando se vea de la otra parte gobernantes realmente dispuestos al diálogo.
Del lado contrario está escrito eliminar a Israel y a todo judío en tres documentos claros: el Corán, el acta de constitución de Hamás y el pacto nacional de la OLP. Mientras los palestinos musulmanes no renieguen de esos documentos no habrá paz en Medio Oriente.
Mauricio Aliskevicius
Fuente Aurora