Entre febrero de 2023 y el mes actual los precios de soja y del maíz acumularon fuertes bajas, arrastrados por la corriente bearish (bajista) que se consolidó en el mercado de Chicago.
Los precios de la soja en la plaza estadounidense acumularon una caída de US$77 por tonelada o su equivalente del 15% en el segmento citado, al pasar de 503 a 426 dólares por tonelada. En el mismo período la oleaginosa en la Argentina acumuló una baja de US$124 por tonelada, equivalente al 31%, tras variar de 402 a los actuales 278 dólares por tonelada.
Como vemos, el descenso de la soja en la Argentina fue mucho mayor al registrado en Chicago. Esto es así pues nuestro mercado operaba con el valor de la oleaginosa “sobre-priceado”, es decir, la exportación y las aceiteras pagaban por arriba del precio de paridad, lo que provocaba márgenes de negocio negativos.
Y un dato que refleja el impacto del 33% de retenciones a las exportaciones de poroto de soja es la diferencia de 148 dólares por tonelada que existe entre el precio de la soja Chicago (US$426) y el valor en la Argentina (US$278). Un simple cálculo matemático muestra que la diferencia entre nuestro mercado y el externo es del 34,74%, cifra muy similar al 33% de las retenciones.
En el caso del maíz, la baja en Chicago llegó a los US$102 por tonelada, o su equivalente del 39%, al pasar de US$264 por tonelada en junio de 2023 a US$162 en la actualidad. En nuestro país la caída fue de US$93 por tonelada, equivalente al 36%, tras una variación interanual de 261 a 168 dólares por tonelada.
En el análisis frío del mercado, hoy el maíz en Chicago se cotiza a US$162, mientras que en la Argentina lo hace a US$168 por tonelada. Es decir, el grano argentino se negocia con US$6 por tonelada de prima. Como vemos, la tendencia bajista de nuestro mercado estuvo muy en línea con la tendencia negativa registrada en Chicago.
Tanque más pesado
Mientras los precios de la soja y del maíz acumularon bajas en dólares del 31 y del 36%, respectivamente, el valor del gasoil, uno de los principales insumos del productor, aumentó el 148%. Hoy en el campo se paga $1000 por litro de gasoil, equivalente a US$1,17 por litro, mientras que un año atrás su valor era de US$0,47. Esta suba del combustible tendrá un impacto directo en todas las actividades ligadas a la comercialización: fletes, gastos de cosecha, pulverización, almacenamiento y secado de granos.
Por caso, veamos cuál fue el impacto del aumento del gasoil en el costo del llenado de un tanque de combustible de un camión, en su equivalente grano. En febrero de 2024 un productor necesita 3490 kilos de maíz para llenar el tanque, mientras que un año atrás ese mismo tanque lo llenaba con 900 kilos del cereal. En el caso de la soja, hoy un tanque se llena con 2110 kilos, mientras que el año pasado lo completaba con 590 kilos. Este es un ejemplo y una muestra del fuerte cambio que se está produciendo en la relación insumo/producto.
El agricultor enfrenta la peor de las situaciones, una caída del precio de los granos que cosecha y vende, con un promedio del 33% en dólares, y un aumento en el costo de sus servicios y en el de la comercialización, que oscila del 70 al 100%. En concreto, los productores tienen que vender una mayor cantidad de granos para pagar los mismos servicios respecto de un año atrás. Así, se reduce la ganancia del agricultor; se elevan los rindes de indiferencia, y se ingresa en zona de quebrantos si no se logra una cosecha muy buena.
El autor es presidente de Pablo Adreani y Asociados
Fuente La Nacion