José I. Rodríguez
Todas las tragedias de Israel han ocurrido en momentos de un enfrentamiento interno. El peligro para Israel no es tanto los enemigos externos sino las divisiones internas.
Las manifestaciones contra el primer ministro Benjamín Netanyahu están ahondando en una más que peligrosa división del país azuzada oscuramente por Irán y dirigida desde los túneles por un Hamás que está desesperadamente moribundo. Los ayatolas iraníes tienen mucha experiencia en crear revoluciones “invirtiendo” en generar todo tipo de enfrentamientos de una manera sutil cuando no lo pueden hacer por las armas. La influencia de Irán en las manifestaciones no se puede distinguir, pero si evidenciar por mucho que sean los mismos israelíes los que provocan los enfrentamientos sociales.
La sociedad israelí, a lo menos una parte no pequeña, está esperanzada en que la liberación de los secuestrados por Hamás se produzca por la cesión a las demandas de los terroristas sea cual sea el precio para pagar. Todos en Israel tengan la ideología política que tengan quieren la liberación de los secuestrados, pero no están de acuerdo en la forma. El precio para pagar y las consecuencias que tendría para el conjunto del país generan muchas diferencias que pudieran ser consideradas irreconciliables.
La amenaza contra Israel es existencial algo que es de vital importancia tener en cuenta a la hora de tratar el tema de los rehenes. Los secuestrados y sus familias están sufriendo lo que no está escrito y eso es más que entendible. Dicho esto, lo que no es comprensible es que se acuse al gobierno de no querer liberar a los secuestrados. El gobierno tiene que ser sensible a las demandas de los familiares de los secuestrados, pero también a las familias que tienen a sus hijos en el campo de batalla sin los cuales será imposible liberar a los secuestrados por Hamás.
La esperanza de lograr una liberación por medio de negociaciones no es real es más bien una ilusión en el desierto por el duro sufrimiento acumulado después de tantos meses de espera. Una ilusión que nace cada vez que los medios hablan de avances, posibilidades, ciertos acuerdos o las consabidas reuniones con los mediadores que no hay que olvidar que son los representantes de Hamás. La esperanza no hay que perderla, aunque la paciencia tampoco ya que la división que se puede apreciar en la sociedad israelí es un peligro real inducido también por la comunidad internacional que está presionando para que Israel en la práctica se rinda. El cese al fuego que se quiere imponer a Israel pondría en peligro la ya nombrada existencia del Estado de Israel.
Las terribles circunstancias por las que está pasando Israel pueden empeorar si se rompe el principio de unidad nacional. La comunidad judía en el mundo tiene también una voz que debe ser escuchada en los respectivos países donde está asentada y también en Israel, pero sin presionar para que Benjamín Netanyahu acepte las demandas de Hamás que en realidad están planteadas para que no puedan ser aceptadas.
La más que peligrosa táctica de Hamás es dividir a la sociedad israelí y por los resultados puede que lo esté logrando. Las imágenes de enfrentamiento entre policía y los manifestantes es un indicio de que algo peligroso está ocurriendo en el frente interno de la guerra contra Israel. Las envenenadas críticas y las sanciones de Estados Unidos a los colonos no dejan de ser otro frente contra Israel, aunque esto no es comparable con la presión que están ejerciendo el resto de los países contra el gobierno de Netanyahu.
La sociedad israelí tiene que poner su esperanza en Aquel que puede darles verdadera esperanza y no en aquellos que dicen querer la paz a costa de la humillación de Israel sin la liberación de los rehenes que tiene Hamás en sus manos. La realidad es que Hamás no liberará a los rehenes sino es por la fuerza. No hay otra esperanza para liberar a los secuestrados que la intervención conjunta de las Fuerzas de Defensa de Israel y la Defensa de las Fuerzas del Cielo. El tema de la unidad es cosa que lo tiene que solucionar la propia sociedad israelí. Hazlo saber.
Fuente Aurora