Por Christian Sanz
El 18 de julio de 2007, durante el gobierno de Néstor Kirchner, el socialista Jorge Rivas ingresó como “segundo” de Alberto Fernández al Gabinete de Ministros de la Nación. En esos días, el hombre le dijo a Mariano Grondona: “Si yo veo corrupción en la Jefatura de Gabinete, la denuncio y me voy”.
Pocos meses más tarde, ese mismo año, fue brutalmente golpeado en el marco de un incidente que el ex embajador Ariel Basteiro calificó en noticieros radiales y televisivos como “muy extraño”.
¿Lo fueron a buscar e intentaron liquidar o fue solo como dice la contradictoria historia oficial un robo violento en circunstancias confusas? Basteiro siempre tuvo dudas respecto de la historia oficial, pues cenó la noche anterior con Rivas y este le contó secretos de gabinete.
Dicen que le contó acerca de las visitas permanentes que hacía a la Jefatura de Gabinete Jorge “Corcho” Rodríguez ¿Para que? Según relató un amigo socialista de Rivas, ahora asustado de hablar en público, el hombre es amigo de las dos secretarias privadas de Alberto Fernández, conocidas como “las hermanitas Cantero”, hoy enchastradas por el millonario escándalo con los seguros que contrataba la ANSES.
Se trata de Maria y Viviana Cantero, hijas de quien era un humilde dueño de una inmobiliaria en la calle Rivadavia al 2000 en la zona de Congreso, y luego se ramificó siendo un poderoso empresario inmobiliario de la Capital, con varias sucursales de la ascendente “Inmobiliaria Cantero”.
En sólo cuatro años de la gestión de sus hijas, convertidas en las “mujeres fuertes” de la Jefatura de Gabinete, la familia Cantero ascendió en la escala social y ambas hermanas llegaron a circular en 4×4 (llegaban en el 2003 al despacho de SOMISA, donde esta la Jefatura de Alberto Fernández, en subte de la Línea A).
Una de ellas incluso tuvo un romance con el Corcho Rodríguez, siempre listo para usar sus dotes de seductor con fin de llegar a escalar. Luego, María Cantero terminó en pareja con Héctor Horacio Martínez Sosa, presunto testaferro de Alberto y uno de los implicados en el negociado de los seguros.
Los que conocen el paño aconsejan poner el foco en las inversiones del ex presidente en la compra de departamentos y propiedades que pone a nombre de testaferros y terceras personas.
La familia Cantero supo operar en ese sentido para que todo sea traslúcido y no despierte sospechas. Según comentaba la propia Viviana Cantero, las propiedades que se adquirían en la inmobiliaria familiar por pedido de Alberto Fernández, nunca sobrepasaban los 100.000 dólares para no despertar sospechas.
Las Hermanas Cantero tomaron vuelo propio, pues conocen la intimidad del otrora hombre fuerte de este gobierno, y hablan de más.
Dicen en el edificio de SOMISA que cuando la familia Cantero realizaba una operación importante como aquella de la ex ministra Felisa Micelli, utilizan la custodia de la Jefatura de Gabinete para trasladar los dineros de las transacciones y nunca la dejan olvidada en baño alguno de SOMISA.
De todo ello y mucho más podría hablar Jorge Rivas, tras la fatalidad sufrida que lo dejó en estado comatoso.
Fuente Mendoza Today