SAN LUIS POTOSÍ, México.- Sarahí Martínez Palacio, una madre de 38 años que vive en Antilla, Holguín, pidió ayuda para su hijo, que padece Síndrome de Lennox y está delicado.
En una entrevista concedida a CubaNet, la madre reveló que la condición de Lázaro Miguel Belén es crítica. Tiene una traqueotomía hecha, no puede controlar su esfínter y presenta un retraso mental severo. La madre, que vive en condiciones precarias, apeló a la buena voluntad de los cubanos para conseguir medicamentos y ayuda de cualquier tipo para su hijo de 19 años.
El síndrome de Lennox, un tipo de epilepsia grave y muy poco común, puede provocar diferentes tipos de convulsiones, algún grado de discapacidad intelectual y retraso del desarrollo.
Para controlar un poco la enfermedad depende de valproato de sodio, lamotrigina y clonazepam, que no se mantienen estables en la farmacia cuando entran. Únicamente ha podido comprar alguno de ellos en cantidades limitadas y le han durado solo un mes.
Gracias a que ha visibilizado en las redes sociales su caso, ha logrado recibir alguna ayuda con los medicamentos que de otra forma no tiene.
Aunque las autoridades se lo han prometido, en las farmacias no existe y no tiene dónde conseguirlo.
Según contó su madre a CubaNet,“Por supuesto, no habla, no camina, siempre está postrado en la camita”
Varias veces su salud se ha agravado. El pasado año, estuvo en terapia intensiva y salió del hospital con la traqueotomía luego de haber contraído una bacteria que le provocó neumonía.
La madre, que vive en condiciones precarias, confesó que a causa de una linfangitis no pudo continuar trabajando y ahora su contexto empeoró.
Sin medicamentos pero también sin alimentos
Conseguir alimentos se ha vuelto para ella una odisea. Hace años a su hijo le quitaron la leche pues ya tiene 19, y luego le prometieron darle al menos 10 litros al mes, pero por la escasez nunca se lo cumplieron.
Para obtener un poco de carne tampoco tiene garantías, pues demora meses en llegar a la bodega.
Gracias a la solidaridad de sus vecinos es que puede alimentar a su hijo, “un poquito por aquí, otro por allá”, pues los altos precios de los alimentos no le dan tregua.
Su vivienda, sin persianas, solo tiene una puerta delantera y otra trasera y es “un infierno” tanto en verano como en invierno, añadió. Un techo de zinc y madera apenas los protege. Las filtraciones cuando llueve han llevado a la madre a trasladar la cama del pequeño a la cocina.
Entre el frío y la vigilia en que se mantiene por las noches porque el Lázaro se orina, Martínez Palacio no descansa.
Las barandas de la cama, ya deterioradas, no funcionan como barreras. La madre contó que recientemente el hijo tuvo un ataque de epilepsia y se cayó, sin nada que lo protegiera. Cada día Lázaro enfrenta hasta tres crisis de epilepsia.
Desapamparada del gobierno, la madre recurre a la visibilización de su caso ante la desidia de las autoridades que no le garantizan la atención a su hijo.
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Fuente Cubanet.org