…España se sitúa en el vagón de cola, con un retroceso del -0,4%, solo por delante de Italia (-0,9%), México (-3,6%) y Grecia (-12,8%), según la OCDE.
Nuestros vecinos portugueses han visto mejorar su poder adquisitivo en un 3,1% y los franceses un 20,8%. En cabeza, las repúblicas bálticas, con crecimientos superiores al 140%.
El tamaño de la empresa, el sector, el ciclo económico, el incremento de los costes operacionales, los beneficios, las políticas de revisión retributiva, la escasez de ciertos perfiles, el convenio…son muchos los factores que pueden pesar en cada revisión salarial.
“Las organizaciones están trabajando en subidas entre el 3% y el 5% de media, para dar respuesta a los incrementos del IPC en sus empleados”, cuenta Jaime Asnai, director general de PageGroup para España y Portugal. Pero desde esta consultora de recursos humanos advierten de que el empleado debe analizar la situación de la empresa: “Hay que tener en cuenta que estos incrementos también repercuten en las organizaciones, no solo en la parte salarial, también por la parte productiva, de energías, materias primas, etc.”
No obstante, los procesos de revisión salarial no dejan mucho margen al empleado para negociar, sostiene Ana Arnau, directora de Compensación e Inteligencia de Datos de Willis Tower Watson (WTW) España: “La capacidad de negociación de un empleado a título individual depende de cuán imprescindible resulte para la compañía”. Es el presupuesto global decidido por la empresa, “que suele depender del IPC, de los resultados y de las expectativas de crecimiento de la compañía”, el primer factor que afecta a los incrementos de los sueldos, explica.
Pero no todas las empresas cuentan con programas pautados de revisión salarial. Y, ante una crisis como la vivida, la actualización de las nóminas llega con la resaca de la ola inflacionista. Para ello están las cláusulas de garantía salarial de los convenios, aclara Carlos Gutiérrez, secretario de Estudios y Formación sindical de Comisiones Obreras (CCOO), que se activan en función del índice de precios para contrarrestar la pérdida de poder adquisitivo.
El portavoz explica que “la forma más habitual y más generalizada de fijar los salarios es a través de la negociación colectiva”, con vigencia para varios años, pero ante un shock de precios “tan rápido y tan poco planificado, la negociación colectiva tarda en adaptarse. Es cuando se empiezan a introducir salvaguardas vinculadas al IPC”.
En los convenios registrados en 2023 repuntaron estas cláusulas de garantía salarial, que afectan al 23,4% de los trabajadores. Las cifras están lejos de las de 2011, cuando casi la mitad de los empleados contaban con esta cobertura, según el Ministerio de Trabajo. En el sector servicios, este porcentaje superaba entonces el 60% y hoy está por debajo del 17%. No obstante, año tras año se empiezan a recuperar e incorporar en las nuevas negociaciones.
Fuente El Confidencial