Javier Milei reconoció el fin de semana que un nuevo programa con el FMI permitiría financiar la salida del cepo. Y remarcó que incluso los dólares podrían venir de “otros fondos”, algo que señaló también el ministro Luis Caputo a El Cronista la semana pasada tras su participación en el AmCham Summit, la reunión que organizó la representación local de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos.
Caputo estuvo reunido el viernes con un representante del Tesoro de Estados Unidos, Brent Neiman, un emisario de Janet Yellen, quien tiene la llave para allanar el nuevo préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Los reparos en el frente internacional se mantienen: qué capacidad mostrará el gobierno de Javier Milei para pasar las reformas por el filtro del Congreso -ahora con la suma del rechazo al Decreto de Necesidad y Urgencia en el Senado y el próximo test en Diputados- y el nuevo intento de ley ómnibus reducida con capítulo fiscal aparte. Se cumplen los primeros 100 días de Gobierno y hasta ahora, no hay DNU ni ley ómnibus. Tampoco acuerdo con los Gobernadores y el Pacto de Mayo aparece fuertemente condicionado.
El revés en el Congreso muestra “lo difícil que resulta para el Gobierno avanzar en la construcción de acuerdos que puedan dar un mayor enforcement a las reformas que quiere impulsar. Con la retirada de la Ley de Bases y con medio rechazo del DNU, después de 100 días de gestión el Gobierno no cuenta con la estructura legal que deseaba para respaldar el cambio de régimen propuesto“, enfatizó un análisis de la consultora LCG.
La salida del cepo
La otra duda cómo será la salida del cepo. El FMI quiere evitar que sus fondos vuelvan a financiar la salida de capitales especulativos como sucedió en 2018. La dolarización, mientras tanto, parece haber bajado el tono a una competencia de monedas, aunque el Presidente nunca la descarta.
En ese marco, preocupa la reciente baja de tasas, que tiene hoy como “impacto más relevante la licuación de activos en pesos, como estrategia del Gobierno para generar las condiciones de un eventual levantamiento de los controles cambiarios“, indicó la consultora Equilibra, que advierte que una tasa “tan rezagada” contra la inflación desalienta el ahorro en pesos, algo que también le reclamó el FMI al Gobierno junto con la apreciación del tipo de cambio real.
Los economistas de LCG coinciden en que la estrategia de “defenestración del peso” apunta también al proceso de licuación para restar presión a una eventual corrida al momento de levantar las restricciones. “Pero seguir bastardeando el peso tendrá costos a largo plazo si se pretende que este vuelva a ser el destino de los ahorros argentinos”, enfatizaron.
Fuente El Cronista