CIUDAD DE MÉXICO, México.- Para el gobernante Miguel Díaz-Canel, en el contexto de las protestas del 17 de marzo se presenciaron dos Cuba, una real y una virtual que, según él, fue ampliamente manipulada.
Este jueves, durante la primera edición del programa oficialista Desde la Presidencia, donde participaron también el ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, y la vocera oficialista Arleen Rodríguez Derivet, Díaz-Canel, una vez más, responsabilizó a los medios independientes y al gobierno de Estados Unidos de haber urdido un plan “desestabilziador” contra Cuba.
En un recuento de los hechos ocurridos el pasado domingo, desde su perspectiva, hubo un diálogo y un intercambio de las personas que participaban en las protestas, motivadas por la escasez de alimentos y los extendidos apagones. El gobernante contó que la mayoría “entendió” y las manifestaciones de descontento se aplacaron.
Otras, a quienes achacó actos vandálicos, desacato a las autoridades y gritos de consignas, habrían estado, según dijo, bajo “presión mediática” porque “hay mucha intoxicación mediática en las redes sociales en relación con las cosas que suceden en Cuba”.
En su versión de la “Cuba real” salieron pequeños grupos de personas a protestar por un corto período de tiempo.
A esa, opone una “Cuba virtual” donde, según explicó, “construyeron un 11 de julio en toda la narrativa mediática de desprecio y odio hacia la revolución cubana, de calumnias, de mentiras”.
También aseveró que en esa “campaña de denigración” convirtieron en “hechos de más permanencia y de mayor magnitud, manipulados incluso con técnicas de inteligencia artificial, las cosas que habían ocurrido realmente”.
Así lo constató, dijo, porque había estado siguiendo los acontecimientos y horas después, desde “plataformas contrarrevolucionarias”, se hacían directas “que simulaban que todavía esos hechos estaban ocurriendo, lo cual es una mentira absoluta”.
Para él no se trata más que de una construcción “perversa” que persigue el estallido social dentro de Cuba.
Con una retórica belicista, se refirió a la cobertura dada por la prensa independiente y por influencers cubanos como “cohetes mediáticos” que son parte de las “bombas silenciosas” para “socavar” la economía.
En una crítica a los medios internacionales que se hicieron eco de las protestas, arguyó que las personas no protestaban contra el gobierno sino contra “situaciones difíciles” que se le estaban planteando al gobierno “que protege al pueblo”.
Todo, para él, fue una simulación, puro teatro: “había un libreto predenterminado” donde se enfocaban manifestaciones pacíficas, luego se aludía a represión policial, para pasar a hablar de presos políticos, de ahí a referir un estado fallido e ingobernabilidad y por último, de cambio de régimen.
“Toda una falsedad, todo un montaje, una construcción que responde a los manuales de guerra no convencional”, sentenció.
Más adelante, en referencia a los apagones, dijo que los funcionarios no viven ajenos al pueblo y viven en un entorno de trabajo y de familia donde todos se quejan de que “la situación está dura”.
Contó asimismo que existen mecanismos de estudio de los estados de opinión que les llegan en tiempo real, aunque sus familiares y allegados son la vía más directa por la que él se entera de lo que opina la gente.
Respecto a los apagones, reveló que solo el 10% de los cubanos tiene una opinión positiva sobre el contexto energético y ese mínimo porcentaje es el que reconoce el esfuerzo de los trabajadores del sector eléctrico.
“Reconocen que el país está tratando de hacerlo todo por salir de la situación”, expresó.
En su intento por minimizar la crisis, tanto el gobernante como el ministro de Energía y Minas pronunciaron con aire triunfalista que el país está haciendo cuanto puede por sortear el problema.
De la O Levy, dijo que “muy pocos países del mundo tienen el nivel de electrificación que tiene Cuba” y que en la Isla “solo” hay cortes de electricidad por déficit de generación.
nterrogado por Rodríguez Derivet sobre el déficit energético que habría detonado las protestas, el funcionario dijo que el domingo 17 de marzo “fue un día normal igual a los anteriores, con déficit, con muchas horas de apagón” pero que “no hubo mayor volumen de apagones que en los días anteriores”, cuando hubo hasta 1.500 MW de déficit.
“No fue el peor, pero fue un día malo [con apagones] de 12, de 14, de 16 horas. Los hubo. Como se dice vulgarmente: lo que había era alumbrones. Y era una acumulación de días. Nosotros estamos conscientes de eso”, también aseguró el funcionario.
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Fuente Cubanet.org