Un hit de los discursos del presidente Javier Milei siempre fue afirmar que “las fallas de mercado” no existen. Cuando visitó el Foro Económico de Davos de hecho se lo dijo al mundo: “So pretexto de un fallo de mercado se introducen regulaciones que lo único que generan son distorsiones en el sistema de precios, que impiden el cálculo económico, y en consecuencia el ahorro y la inversión”.
Sin embargo, el día que el Gobierno decidió intervenir en el mercado de la salud privada, tras el aumento de las cuotas del 150% desde la desregulación del sistema con el DNU 70/2023, el jefe de Estado estaba reconociendo exactamente lo contrario: hay momentos en los que los mercados necesitan una regulación.
Con la investigación lanzada a través de Defensa de la Competencia a partir de la denuncia de legisladores de la Coalición Cívica, el Poder Ejecutivo analizará la presunta cartelización de un sector en el que hay pocas empresas y está discutido si es sencillo salir de una compañía y optar por otra sobre todo por cuestiones de edad o de enfermedades preexistentes que complican el cambio.
En la carrera de Economía de la Universidad de Buenos Aires, el concepto de las fallas de mercado se aborda en la materia Microeconomía I y luego se aplica en otras como Comercio Internacional, Crecimiento, Desarrollo y Macroeconomía.
Los profesores que suelen dar clases sobre el tema recuerdan que en un sentido amplio se trata de una idea que ya estaba presente en tiempos de Adam Smith, que cuando hablaba de “la mano invisible” del mercado incluso ya deslizaba la idea de que había servicios básicos de los que debía ocuparse un ente superior.
La discusión analítica más fuerte sobre el tema llegó entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX, de la mano de autores como Alfred Marshall, que empezaron a profundizar en los problemas de monopolios y oligopolios. En esta familia de problemas luego se anota más tarde Paul Samuelson con la idea de las “externalidades” y también con el concepto de que hay determinados bienes llamados “públicos” que pueden requerir el cuidado de un ente estatal.
Se trata de conocimientos que comparten el 95% de los economistas del mundo, pero que al menos hasta antes de estar en funciones y de tomar la decisión de regular el mercado de la medicina prepaga el Presidente desconocía o simplemente rechazaba.
El campo de ideas de Milei
Su campo de ideas, su horizonte, está marcado por el pensamiento de Murray Rothbard, el único autor que ha desarrollado el extremo de que “las fallas de mercado no existen” o de que “los monopolios son buenos”.
Rothbard es un autor que prácticamente no se enseña en ninguna parte del mundo, salvo en algún curso marginal sobre pensamiento económico, explica Juan Carlos Hallak, profesor de la UBA con recorrido en facultades del exterior. Incluso lo pone en números: el intelectual del que Milei es fan al punto de haberle puesto “Murray” a uno de sus perros no debe llegar a aparecer ni en el 1% de las citas de los papers económicos a nivel internacional en la actualidad.
Si en la reacción frente a las prepagas se puede deducir un paulatino recorrido del equipo económico de Milei por las ideas de la materia Microeconomía I, la pelea contra la inflación está entrando en un punto en el cual cada vez más economistas que nadie podría tildar de lejanos a las ideas del mercado le empiezan a marcar al Presidente la aplicación de recetas que hasta ahora también ha rechazado, como que haya “política de ingresos”, y que también se enseñan en la universidad.
Precios y salarios
Tanto el ex ministro de Economía, Domingo Cavallo, como el ex asesor económico de Patricia Bullrich, Carlos Melconian, coincidieron en las últimas horas en la necesidad de que para poder bajar la inflación de un dígito alto a números sensiblemente menores haría falta un plan antiinflacionario que incluya una “coordinación de precios y salarios”.
Se trata de toda una herejía -otra vez- para la mirada que siempre tuvo el jefe de Estado, formado como licenciado de Economía en la Universidad de Belgrano. Pero, visto lo que ocurrió con la salud, quién sabe qué pueda pasar. En el foro del Llao Llao Milei dijo que el plan de estabilización es este que está en marcha, porque está haciendo desplomar la inflación.
Como sea, dejo el dato: “política de ingresos” se da en la materia de Macroeconomía, también en Estructura Económica y algo en Economía Laboral, siempre en la carrera de Economía de la UBA. También se trabaja en Distribución del Ingreso, pero ya en la Universidad Nacional de La Plata.
Por estas horas, para completar, se está viralizando por WhatsApp en el mundo interesado en el rumbo de la política económica la última charla de Guillermo “Willy” Laborda con Miguel Angel Broda en su podcast “Shot financiero”, donde se recorre la formación de economistas argentinos top.
El pionero de los gurúes cuenta que el hoy presidente trabajó en su estudio hace más de 20 años, y lo elogia como un “intelectual brillante” aunque con “problemas de personalidad” que lo hicieron tener roces con gente de la consultora.
Sin embargo, lo más comentado de su recuerdo del hoy jefe de Estado es lo siguiente: “Yo le daba 5 o 6 papers a las 9 de la noche y capaz que se quedaba sin dormir y a las 10 de la mañana del día siguiente veía cosas que yo había visto. Ahora, ¿cuál era el problema en ese momento, no ahora lógicamente? El puente de por qué un economista profesional estudia teoría, que es para tratar de entender mejor lo que pasa en este país “loco”, ese puente no lo pudo hacer”.
Cuando lo escuchás te quedas repitiendo la aclaración de Broda: “en ese momento”.
Fuente El Cronista