Indicación concentrada en no más de tres síntomas –insomnio, ansiedad y dolor–, requisitos de inscripción “muy laxos” y baja proporción de pacientes con diagnósticos que cuentan con evidencia de efectividad terapéutica son los principales resultados de un primer análisis de 10.000 inscriptos en el registro oficial para cultivar cannabis con uso medicinal.
En paralelo, según pudo saber LA NACIÓN, la mayoría de las más de 90.000 solicitudes de inscripción pendientes de aprobación incluyen la prescripción de uso de profesionales con más de un centenar de pacientes, de acuerdo con otras irregularidades en el funcionamiento del Programa Nacional de Cannabis, que depende del Ministerio de Salud de la Nación.
En los últimos días, ONG y activistas interesados en ser proveedores de cannabis y sus derivados para uso medicinal y/o terapéutico, como se contempla por ley desde 2017 en el país, reclamaron por el freno del Gobierno en la autorización de más de 90.000 inscripciones en el Registro del Programa Nacional de Cannabis (Reprocann).
“Desde diciembre, el Reprocann está congelado. Hay alrededor de 70.000 personas que realizaron el trámite, gestionaron la prescripción médica y completaron todos los requisitos, pero siguen a la espera de la aprobación cuando antes no demoraba más de tres o cuatro semanas”, dijo Valeria Salech, presidenta de Mamá Cultiva Argentina, en diálogo con LA NACIÓN a propósito del reclamo de ese sector.
De acuerdo con esa base de datos, se inscribieron 374.702 personas desde que se habilitó en 2020. Tienen su credencial al día 178.391 pacientes que pueden autocultivar o personas relacionadas que pueden cultivar para su representado. A la vez, se pueden registrar cultivadores solidarios (son 30.205 los registrados) que producen para quienes están en tratamiento, profesionales habilitados (médicos y odontólogos) y ONG.
Luego de la multitudinaria marcha, Pettovello y Torrendell recibieron al rector de la UBA
Cambios
Con la creación del Reprocann, durante la gestión de Alberto Fernández, los motivos de prescripción médica se multiplicaron más allá de la epilepsia refractaria (resistente al tratamiento), que fue el diagnóstico original con el que padres pedían al Congreso nacional que sancionara un marco legal para incorporar el aceite de cannabis al tratamiento de sus hijos. Mamá Cultiva Argentina lideró aquellas demandas.
Con las sucesivas actualizaciones reglamentarias durante la gestión en Salud de Ginés González García, primero, y Carla Vizzotti, luego, se puede cultivar entre una y nueve plantas por paciente (los cultivadores pueden producir para 150 usuarios). Para eso hay que estar inscripto en el Reprocann y que un profesional médico u odontólogo declare la utilidad de consumir cannabis. El año pasado, el permiso anual se extendió a tres años.
Esto requisitos, para las actuales autoridades de Salud, son “muy laxos” y no terminarían por favorecer a los pacientes que podrían beneficiarse. En los últimos meses, se detectaron en distintas localidades del país plantaciones de marihuana que funcionaban con inscripción en el Reprocann como fachada.
Reordenar, no cerrar
Si bien desde la cartera que dirige Mario Russo insistieron ante la consulta de LA NACIÓN que no cerrarán el programa, señalaron que está a la firma del ministro una resolución para reordenar su funcionamiento, en especial con las solicitudes en la categoría de ONG. Para los particulares, en tanto, se impulsaría que los médicos que prescriben el uso de cannabis presenten una evolución de sus pacientes.
En una reunión, con al menos seis de las ONG más representativas, se presentó un diagnóstico de situación y los cambios que se introducirán al Reprocann, según coincidieron las partes.
Tras ese encuentro fue que las organizaciones salieron a denunciar trabas en las autorizaciones para cultivar plantas de cannabis y demoras en la renovación de credenciales de usuarios, cultivadores y ONG. Declaraciones de Manuel Adorni, vocero presidencial, en rueda de prensa sobre la revisión de más de 90.000 solicitudes pendientes de alta impulsaron aún más las críticas.
Hasta hoy, según respondieron desde la cartera sanitaria, las ONG no presentaron objeciones a los cambios que el Gobierno introducirá al Reprocann tras el encuentro con Leonardo Busso, secretario de Calidad en Salud, de quien depende el Programa Nacional de Cannabis. Participaron también autoridades de la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina (Sedronar) y de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat).
Por las entidades, según se pudo reconstruir, estuvieron presentes hace tres semanas en el ministerio la Fundación Yungannabisla, la Asociación Civil Evolución Verde, la Asociación Civil Acción Vida Mejor, Madres Cultivadoras Argentinas, la Asociación Civil Cultivo Mi Medicina y Plantar y Crecer Libre.
Usos
De acuerdo con el equipo que está auditando el registro, el principal problema es que el Reprocann cuenta con “requisitos de inscripción poco rigurosos”, de ahí la propuesta de “fortalecer” esas condiciones a exigir para las ONG. Otros son los amparos concentrados en unos pocos estudios jurídicos y que, en una revisión de 10.000 pacientes, 118 son pediátricos y “solo 44 cumplen con los diagnósticos afines al programa”.
Insomnio/ansiedad y dolor como motivos de indicación de uso de cannabis concentraban el 77,2% de esos 10.000 casos estudiados. Le seguían bruxismo (7,7%), migraña (4,9%), cefalea (1,3%), neuralgia (1%), pánico (1%), depresión (0,9%), insomnio/dolor (0.6%) y dismenorrea (0.5%). Epilepsia, como causa de indicación de uso, apareció en apenas un 0,4% entre casos revisados.
Colon irritable y asma comparten el mismo porcentaje, seguido de “uso responsable” (0,3%) como indicación, endometriosis (0,2%) y, con la menos proporción (0,1% en cada caso), autismo, glaucoma, diabetes, esclerosis múltiple, “no dice”, dermatitis, hiporexia (pérdida del apetito) o burnout (sensación de agotamiento asociada con el estrés laboral).
A la vez, según se expuso en el encuentro de autoridades con ONG que integran el Consejo Consultivo Honorario del programa, “más de 70.000 de las 90.000 solicitudes [pendientes] llegan con prescripciones de médicos con más de cien pacientes” y que “hay 10.873 de médicos con menos de un centenar de pacientes”. Para epilepsia refractaria, según se habría detallado en esa reunión, encontraron 160 pedidos.
Ante la consulta, desde Salud explicaron a este medio que en el primer trimestre del año, se estudiaron 4489 trámites iniciados, con una revisión diaria promedio de 40 casos.
Diagnósticos
Para el Ministerio de Salud, son alrededor de una decena los diagnósticos “con evidencia” de utilidad del cannabis en el tratamiento: epilepsia refractaria, esclerosis tanto tuberosa como múltiple, retraso mental severo o leve, síndromes de Dravet, Lennox Gastaut y West, encefalopatía, neuropatías, dolor oncológico y lesión medular traumática.
Exceptúan, en tanto, los siguientes: trastorno bipolar, depresión, esquizofrenia, síndrome maníaco, alucinaciones, delirio, trastorno esquizoafectivos o del humor, trastorno del espectro autista (TEA), psicosis, consumo problemático de sustancias, trastorno generalizado del desarrollo (TGD) y autolesiones. “Son todas patologías de salud mental en las que el cannabis puede producir eventos adversos y generar interacciones medicamentosas con otras drogas que toman esos pacientes”, explicaron sobre esa decisión desde la cartera sanitaria.
Los cambios que prevén incluir en la resolución a la firma para su publicación en el Boletín Oficial, exigiría que las ONG estén registradas “ante el organismo de inscripción y fiscalización que corresponda a cada jurisdicción” (por domicilio social y habilitación municipal del sitio para cultivar) y el Registro Nacional de Organizaciones de la Sociedad Civil vinculadas a la Salud.
A la vez, se pediría que el objeto social incluya “uno o más de los objetivos previstos para el Programa Nacional para el Estudio y la Investigación del Uso Medicinal de la Planta de Cannabis, sus derivados y tratamientos no convencionales” (artículo 3 de la ley N°27.350 y del decreto reglamentario de 2020).
Para la inscripción como asociación civil y/o fundación cultivadora autorizada, se solicitaría que “presenten la nómina de usuarios”, que a la vez deberían estar inscriptos en el Reprocann y presentar una declaración jurada. Se daría un plazo de seis meses para que esas entidades se puedan adecuar a las nuevas condiciones de inscripción.
En cuanto al Consejo Consultivo Honorario, que ya funcionaba y al que en 2022 se le presentó la nueva versión del Reprocann, en el que los profesionales tuvieron que reinscribirse para recetar, quedaría con 15 miembros titulares y la misma cantidad de suplentes, incluido un funcionario de Salud en la presidencia, seis integrantes por las ONG y representantes del Conicet, la Anmat, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), la Defensoría del Pueblo de la Nación, la Comisión Nacional de Evaluación de Tecnologías y el Instituto Nacional de la Semilla (Inase).
Fuente La Nacion