Ni a los más insurrectos del PSOE -los pocos que quedan- les merece ya la pena sacar los pies del tiesto con la amnistía. Moncloa y Ferraz reconocen que todo el daño que les haya podido hacer esta norma tramitada para lograr el apoyo de Junts a la investidura de Pedro Sánchez está más que amortizado y criticarlo solo supone un perjuicio personal para quien lo haga, algo parecido a darse cabezazos contra la pared.
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, referente crítico del partido ante Sánchez, defendió ayer que se abriera un expediente sancionador al secretario general del PSOE de Aragón y senador, Javier Lambán, otro conocido censor del ‘sanchismo’, después de no asistir a la Cámara Alta este martes para no votar a favor de la ley de amnistía y tampoco alinearse con el Partido Popular en su contra. En una carta a la que tuvo acceso ABC, Lambán explica que ausentarse fue la fórmula que encontró para ser fiel a sí mismo sin incurrir en una deslealtad mayor al partido al votar con el PP.
Pese a la sanción disciplinaria, altos cargos de Ferraz circunscriben esta omisión de las normas estatutarias a una decisión personal del secretario general de los socialistas aragoneses. «Javier siempre ha tenido voz propia, es extremadamente coherente con su posición», explican fuentes del PSOE de Aragón cercanas a Lambán que, no obstante, limitan su posición a una decisión personal que no se extenderá a otros senadores o diputados autonómicos.
Tampoco en la dirección federal manifestaron ayer ninguna preocupación porque pueda expandirse a otras regiones. De hecho, la decisión de Lambán forzó ayer a Page a pronunciarse y, a pesar de que siempre ha mantenido un discurso crítico con la amnistía, hecha a medida para el prófugo Carles Puigdemont, ya desde hace meses el castellanomanchego descarta liderar una revuelta de los diputados socialistas de Castilla-La Mancha para dinamitar el recorrido parlamentario.
Esta falta de contestación interna de los más críticos se desactiva por la coyuntura. Un alto cargo de la Ejecutiva federal del PSOE lo explica así: «Muchos estábamos convencidos, aunque forzados por la coyuntura, lo entendíamos como un paso coherente tras los indultos. Pero lo cierto es que ahora cualquier duda, para los más escépticos, se ha despejado». Ese ahora apela al resultado en las elecciones catalanas, pero no solo.
Moncloa y Ferraz despliegan una estrategia de fortalecimiento y cohesión interna del PSOE tras meses de desgaste por la negociación y tramitación del perdón legal a los investigados del ‘procés’ basando su defensa en el triunfo de Eneko Andueza en las urnas del País Vasco y la desahogada victoria de Salvador Illa en las catalanas, que refuerzan el relato de la política de distensión con el independentismo de Sánchez para neutralizar el ‘procés’.
Proceso plebiscitario
Junto con el buen resultado que los sondeos vaticinan para los socialistas en las europeas del 9 de junio, se trata de tres exámenes electorales posteriores a la amnistía, indultos y resto de acuerdos con los soberanistas que se convierten en un proceso plebiscitario del que Sánchez sale reforzado.
Para Ferraz es un hecho fundamental lo sucedido el pasado domingo en Cataluña y todo el partido entiende que es un aval a la estrategia emprendida tras las generales. Otro alto cargo del PSOE insiste también en esa idea: «El partido está detrás del presidente en esta decisión. Los resultados del pasado domingo nos dan la razón».
La ausencia de Lambán en la votación en el Senado no tuvo ningún impacto. El veto a la amnistía salió adelante con los 149 votos a favor del PP, Vox, UPN y la Agrupación Herreña Independiente y 113 en contra de PSOE y sus aliados independentistas. No obstante, la Cámara Alta no tiene capacidad para bloquear la tramitación de la norma, que regresará al Congreso para su aprobación y entrada en vigor.
Según explicó ayer en RNE el portavoz del PSOE en el Senado, Juan Espadas, la decisión de Lambán de no participar en la votación tendrá como consecuencia la apertura de un expediente disciplinario al expresidente autonómico y todavía secretario general de los socialistas aragoneses.
Hasta 600 euros de multa
Es un procedimiento casi automático cuando un diputado incumple la disciplina de voto. Antes de ayer por la tarde ambos se intercambiaron unos mensajes una vez Lambán le informó de que no había participado en la votación porque no respaldaba la iniciativa que el Gobierno impulsó a través del Grupo Parlamentario Socialista. Y que escogió esa fórmula para tampoco oponerse a la dirección del PSOE.
Es en el reglamento del grupo parlamentario donde esta cuestión se desarrolla. Las sanciones son graduales. En un primer momento se emite una advertencia por escrito «en el caso de ausencia a los Plenos del Grupo Parlamentario y a las reuniones internas de trabajo del mismo». El siguiente escalón es una multa de 200 euros por ausencia no autorizada a votaciones en Ponencia o Comisión. Se asciende a 400 euros por ausencia no autorizada a votaciones en Pleno. Y se llega hasta los 600 euros por ausencia no autorizada a votaciones del Pleno que requieran mayoría cualificada o tengan singular importancia y así se haya indicado previamente. Como es el caso de la amnistía.
En el caso de Lambán, al haber expresado por escrito su rechazo a participar en la votación no existe ninguna interpretación sobre su ausencia. El procedimiento es sencillo. El grupo parlamentario le cuestionará por escrito y una vez él conteste se procederá a aplicar la sanción. Los casos más recientes de sanciones por incumplir la disciplina de voto han sido Carmen Calvo y Odón Elorza. La primera por no apoyar la ley Trans y el segundo por no querer avalar el nombramiento de Enrique Arnaldo para el Tribunal Constitucional.
Otro de los expedientes más recordados fue cuando en octubre de 2016, en plena sesión de investidura del popular Mariano Rajoy y a escasos días después de que Sánchez dimitiera como secretario general tras una grave crisis interna, quince de los diputados socialistas decidieron romper la disciplina, que se había decidido para desbloquear la formación de un gobierno, y votaron ‘no’ al líder del PP.
Espadas dice que fue el único
Espadas consideró ayer que lo de Lambán se trata de un caso aislado: «Fue la única persona que no participó, el resto del grupo obviamente lo hizo con la votación por la que rechazamos el veto que planteaba el PP». Y aseguró que el asunto no genera incomodidad en el PSOE más allá de la que «tiene el señor Lambán con nosotros, con el resto de sus compañeros y con su partido». Luego añadió que Lambán sabe que su posición no es compartida por el resto de sus compañeros en el grupo socialista y, por tanto, «la dificultad la tiene ahora mismo él con nosotros para ser coherente con la posición común que debemos tener todos en un tema muy importante».
Por su parte, en sus intervención pública ayer en Valencia, Page aseguró que la sanción a Lambán es «lo habitual» porque es «la aplicación de la normativa del partido» y a pesar de que se mostró igual de crítico con la amnistía, apostilló, que no quiere entrometerse en procesos internos del partido. «No intervengo en las listas, ojalá, y no interfiero en lo que hace la ejecutiva nacional y menos aún en lo que vayan hacer los diputados y senadores de Aragón, la normativa se tiene que aplicar, yo ahí no entro, pero respeto y entiendo que la de Lambán es una decisión personal, yo tengo una discrepancia con la amnistía, no sé si es un problema de conciencia, pero sé que discrepo», dijo. Justo antes había felicitado a Illa por un «resultado muy bueno» pero también había dejado claro que la amnistía «no es perdón» sino que es «amnesia».
Fuente ABC