Total News Agency realizó una entrevista de la Embajadora Florencia Miao-hung Hsie, Directora General de la Oficina Comercial y Cultural de Taipei.
Situación:
La relación de Taiwán con China es tensa, pero siempre el gobierno de Xi Jinping suele generar perturbaciones y en este caso es de cara a la 77° Asamblea Mundial de la Salud (AMS) que se celebrará del 27 de mayo al 1 de junio en Ginebra.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de China realizó ciertas y espinosas declaraciones sobre Taiwán. Según Beijín, Taiwán, sin el consentimiento del gobierno chino, no tiene ningún fundamento, motivo o derecho a participar en dicha Asamblea. Recordamos que Taiwán fue el primer país que alerto al mundo sobre el Coronavirus y su procedencia.
Entrevista completa a la Embajadora Florencia Miao-hung Hsie
Pregunta: ¿Qué podría opinar al respecto? ¿Por qué Taiwán aún no puede unirse a las Naciones Unidas y a sus organismos especializados como la Organización Mundial de la Salud (OMS), pese a años de esfuerzo?
Respuesta: Ante todo, me gustaría enfatizar que la República de China (Taiwán) es un país soberano e independiente. Taiwán y la República Popular China no se encuentran subordinados entre sí. Solo el gobierno democráticamente elegido de Taiwán puede representar a los 23.5 millones de taiwaneses en el ámbito internacional. La República Popular China nunca gobernó Taiwán, y Taiwán no es parte de China. Se trata de una realidad objetiva reconocida a nivel internacional, y representa el status quo de los asuntos en el Estrecho de Taiwán. Por lo tanto, Taiwán tiene el derecho legítimo de establecer relaciones diplomáticas con otros países y participar en organizaciones internacionales. China no tiene potestad para interferir o restringir este derecho.
Además, en los últimos años, China distorsionó constantemente la Resolución 2758 de la Asamblea General de las Naciones Unidas: afirma falsamente que se resolvió la cuestión de la representación de China -incluyendo a Taiwán- ante las Naciones Unidas y los organismos internacionales. A través de este desprestigio, China busca limitar y excluir ilegítimamente la participación de Taiwán en el ámbito internacional.
No obstante, la Resolución 2758 solamente estipula que la República Popular China es la representación de China en las Naciones Unidas. En ninguna disposición se menciona a Taiwán, ni se establece que Taiwán es parte de China, ni otorga derechos para que China represente a Taiwán en el sistema de las Naciones Unidas. Por lo tanto, esta Resolución no está relacionada a Taiwán.
A lo largo de los años, China ha distorsionado este documento y se sirvió de él como base legal y práctica para imponer su “principio de Una Sola China”, al afirmar que la Resolución 2758 resolvió la cuestión representativa política, legal y procedimental de Taiwán en la ONU. Esto resulta completamente inconsistente con la historia, y carece de sustento legal alguno.
Por esta interpretación errónea de la Resolución 2758, Taiwán sigue sin poder participar en los organismos internacionales. A pesar de su destacado desempeño y respuesta frente a la pandemia de la COVID-19, así como su papel como un punto importante de trasbordo en viajes aéreos internacionales, Taiwán no forma parte de la Asamblea Mundial de la Salud (AMS) ni de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI); y por consiguiente, no puede compartir sus experiencias y hallazgos profesionales con socios internacionales para abordar problemas globales urgentes de manera conjunta.
Por ello, Taiwán hace un llamado a la comunidad internacional a no permanecer indiferente, mientras China distorsiona con mala fe la Resolución 2758 e intenta igualarla al “principio de Una Sola China”. A fin de salvaguardar la paz y la estabilidad en el Estrecho de Taiwán y el orden internacional basado en el derecho, instamos a la comunidad internacional a rechazar solemnemente los argumentos falsos de China y frenar su ambición de modificar unilateralmente el status quo en el Estrecho de Taiwán.
P: Ante el incremento de tensión en el Estrecho de Taiwán, ¿cuál es la expectativa de Taiwán respecto de la comunidad internacional para esta situación? ¿Qué rol y acciones debería adoptar Taiwán, como integrante de la comunidad internacional?
R: La paz y la estabilidad en el Estrecho de Taiwán son indispensables para la seguridad y prosperidad internacional. Si se generara un conflicto allí, el impacto alcanzaría a todo el mundo. Por lo tanto, la preservación de la paz y la estabilidad en el Estrecho de Taiwán es de interés para todos los países.
Taiwán, como miembro responsable de la comunidad internacional y una fuerza para el bien en el mundo, ha declarado en múltiples ocasiones su determinación de mantener el status quo en el Estrecho de Taiwán. Asimismo, bajo la premisa de dignidad, igualdad y sin adoptar posiciones políticas predeterminadas, Taiwán está fortaleciendo el diálogo y el intercambio con China.
Sin embargo, China ha desplegado persistentemente estrategias de zona gris y otras maniobras con el fin de convertir el Estrecho de Taiwán en sus aguas internas. Busca crear una base legal para aeronaves militares en la zona de identificación de defensa aérea de Taiwán y activar unilateralmente la ruta de vuelo M503.
Para disuadir cualquier intento de China de invadir a Taiwán, la comunidad internacional debe continuar oponiéndose y condenar abiertamente las alteraciones unilaterales del status quo por parte de China en el Estrecho de Taiwán y ayudar a Taiwán a mejorar sus capacidades de autodefensa.
P: Embajadora, se suele decir que “lo que no te mata, te hace más fuerte”. Le pedimos una última reflexión para compartir con nuestros lectores en relación a la gran capacidad de resiliencia, esa capacidad de recuperación del pueblo taiwanés ante las amenazas constantes de China a Taiwán.
R: El pueblo taiwanés ha enfrentado durante muchos años la ambición y la amenaza de China de unificar Taiwán por las fuerzas armadas, y ha demostrado una valentía que no se amedrenta ante la coerción china. En respuesta a las crecientes tensiones a través del Estrecho, el pueblo de Taiwán permanece vigilante, pero no entra en pánico. Actualmente, la vida cotidiana de los taiwaneses sigue su curso normal. El pueblo de Taiwán no busca la guerra, pero estará siempre preparado para defenderse ante una eventual invasión. Cuanto más reprima China, más se unirá el pueblo taiwanés. Esta es la resiliencia del pueblo taiwanés.