José Luis Mendilibar lo ha vuelto a hacer. El técnico vizcaíno, al frente del Olympiacos, se ha proclamado campeón de la Conference League para sumar su segunda corona europea consecutiva, después de la Europa League conquistada en el Sevilla la temporada pasada. Además, ha liderado al conjunto rojiblanco a su primer título continental, también el primero para el fútbol heleno en su historia. En la otra cara de la moneda, no hay consuelo para la Fiorentina tras caer por segundo año consecutivo en la final de esta competición.
Después de un inicio vibrante, el miedo a perder se apoderó de los futbolistas y limitó sobremanera el espectáculo. Después de 116 minutos, cuando el desenlace de los penaltis parecía inevitable, apareció El Kaabi, máximo goleador de la competición, para desequilibrar la final.
Reza el tópico que las finales son partidos tácticos, cerrados, incluso aburridos para el aficionado. No quisieron saber nada de ello Olympiacos y Fiorentina. Desde el comienzo del partido, ambos conjuntos impregnaron al encuentro de un ritmo muy alto y constantes alternativas.
Antes de cumplirse los cinco minutos, la jugada registrada de Podence a punto estuvo de adelantar a los griegos. El portugués condujo desde la izquierda hacia el centro y finalizó con un gran disparo buscando la cepa del palo largo, pero Terracciano dejó una estirada extraordinaria. No se hizo esperar la respuesta italiana, pero Belotti no encontró portería después de la carrera de Kouamé y el desequilibrio de Nico González.
Un centro de Biraghi después de un saque de esquina en corto, despacio pero con buena letra, acabó dentro de la meta helena, pero la posición adelantada de Milenkovic invalidó cualquier posibilidad de gol.
La Fiorentina asumía su papel de favorito con más posesión en busca de controlar los ritmos del partido. Bonaventura encontró la espalda de la zaga rojiblanca, pero un dubitativo Tzolakis salió de su portería a tiempo para desbaratar una gran ocasión. Como no podía ser de otra manera, llegó la respuesta casi inmediata de Olympiacos, a través de un cabezazo de Podence que, para fortuna de los toscanos, salió centrado, justo donde se encontraba Terracciano.
El vigor de los primeros instantes de final se fue desvaneciendo con el paso de los minutos. Ni siquiera el entretiempo consiguió reanimar la vitalidad con la que ambos equipos saltaron al césped. Pero las fuerzas decaían, lo que provocó que la consistencia defensiva disminuyera. Kouamé se encontró libre de marca en el segundo palo después de una subida de Dodo, pero el mordido disparo del marfileño fue repelido por una parada palomitera del portero italiano.
Pero los de Mendilibar, de carácter inquebrantable como su técnico, no le perdían la cara al encuentro a pesar del dominio italiano y muy cerca estuvieron de ver portería. A través de dos faltas laterales a falta de diez minutos para el final, después de muchos minutos a merced de la Fiore, los cabezazos de Iborra y El Kaabi, perfectamente vigilado durante todo el partido por la zaga ‘viola’, salieron desviados por centímetros.
El encuentro no empezó como una final, pero lo acabó como tal. Ninguno de los dos combinados parecía muy descontento con la idea de prolongar partido otros 30 minutos, así que la prórroga se hizo inevitable. Ya en el tiempo extra, Jovetic emuló a Podence en la primera ocasión con un disparo buscando el palo contrario llegado desde la izquierda, pero la respuesta de Terracciano fue la misma, una excelente intervención para mantener su portería a cero.
Tuvo también la Fiorentina su opción, pero Ikoné no acertó a contactar con el balón de la mejor manera y su remate con el tobillo fue repelido sin dificultades por Tzolakis. Cuando los penaltis se antojaban irremediables, apareció el hasta entonces desaparecido y bien marcado El Kaabi. La gran estrella de los griegos gracias a sus cinco goles en semifinales, cabeceó más con el alma que con el cuerpo un centro lateral de Hezze para adelantar a Olympiacos en el minuto 116 con su undécimo gol en los nueve partidos de competición. El marroquí desequilibró una igualada final de la Conference que no pasará a la historia por la lucidez de sus protagonistas. Si lo hará, sin embargo, para Mendilibar, el Olympiacos y el fútbol griego.
Fuente ABC