Pasase lo que pasase este viernes, la decisión de la próxima semana ya está tomada. El Banco Central Europeo bajará el próximo jueves los tipos de interés por primera vez desde diciembre de 2015. Los mercados lo anticipan, el Euríbor ya lo está adelantando y hasta los miembros del regulador europeo lo han dejado caer en los últimos días, desde el español Luis de Guindos (vicepresidente) hasta el irlandés Phillip Lane (economista jefe). El dato de inflación que se ha conocido esta mañana no estaba llamado a cambiar el recorte de 25 puntos básicos, del 4,5% al 4,25%, pero sí puede condicionar los discursos sobre el camino que emprenderá Fráncfort en las siguientes reuniones. De ser así, lo hará en un sentido de prudencia.
Los analistas no se ponían de acuerdo sobre si el índice de precios de consumo (IPC) iba a mantenerse estable o podría experimentar su primera subida de 2024. Finalmente, los precios de la eurozona escalaron en mayo hasta el 2,6%, dos décimas más que en abril. La lectura de la cifra resulta clara: el trabajo para llevar la inflación al objetivo del 2% todavía no está rematado, y es probable que durante los próximos meses se produzcan algunos altibajos como consecuencia del efecto base. Como se ve en el gráfico, durante la segunda mitad del año pasado los precios se moderaron muy rápidamente, por lo que este sesgo estadístico favorece ahora un repunte de la curva.
La institución presidida por Christine Lagarde se fijará sobre todo en la inflación subyacente, es decir, la que no tiene en cuenta los elementos más volátiles. Según la definición española de la misma -sin energía ni alimentos no elaborados-, este indicador también repuntó una décima en mayo, hasta el 2,9%. Es la primera vez que detiene su repliegue desde marzo de 2023, una cifra que también está condicionada por el efecto base. En Fráncfort preocupa sobre todo ese dato, después de un inicio de año en el que las subidas salariales han sido mayores de lo esperado, lo que podría suponer un freno para continuar los recortes de tipos en las próximas reuniones.
Pese a la atonía económica de la eurozona, causada en parte por la política monetaria restrictiva de los últimos dos años, la inflación del sector servicios ha vuelto a repuntar a las puertas del verano, hasta el 4,1%, cuatro décimas más que en abril. También destaca la contribución del precio de los alimentos no procesados, que subieron un 1,8%, seis décimas más que el mes anterior, y de la energía, que vuelve a terreno positivo tras muchos meses. Por contra, los productos industriales siguen su repliegue, y apenas son un 0,8% más caros que hace un año.
Los malos datos anuales contrastan con la ralentización del incremento de los precios en los últimos 31 días. La inflación mensual se situó en mayo en el 0,2%, frente a las subidas superiores a medio punto de febrero, marzo y abril. Es cierto que la energía, que se abarató, condiciona los datos, pero la tendencia de fondo sigue siendo inflacionista. De hecho, la inflación subyacente subió cuatro décimas en el último mes, aunque también menos que en los tres anteriores.
España, de los más inflacionistas
Por países, Bélgica (4,9%) se sitúa en cabeza, con Letonia (0,2%) a la cola, Alemania (2,8%) y Francia (2,7%) por encima de la media e Italia (0,8%) por debajo. España (3,8%) es la cuarta nación más inflacionista, al contar con el ciclo económico adelantado: lleva un año con una cierta curva al alza -salpicada por altibajos- impulsada por el efecto base, como le espera al conjunto del bloque a partir de ahora.
El ciclo de repliegue se ha truncado este viernes, y es probable que no continúe, especialmente a medida que la economía comunitaria se vaya recuperando, como ya ocurre en nuestro país. El BCE dará el próximo jueves un paso, pero, a la vista de los datos, de momento se antoja atrevido decir que va a ser el primero de muchos.
Pasase lo que pasase este viernes, la decisión de la próxima semana ya está tomada. El Banco Central Europeo bajará el próximo jueves los tipos de interés por primera vez desde diciembre de 2015. Los mercados lo anticipan, el Euríbor ya lo está adelantando y hasta los miembros del regulador europeo lo han dejado caer en los últimos días, desde el español Luis de Guindos (vicepresidente) hasta el irlandés Phillip Lane (economista jefe). El dato de inflación que se ha conocido esta mañana no estaba llamado a cambiar el recorte de 25 puntos básicos, del 4,5% al 4,25%, pero sí puede condicionar los discursos sobre el camino que emprenderá Fráncfort en las siguientes reuniones. De ser así, lo hará en un sentido de prudencia.
Fuente El Confidencial