Todos ustedes se deben recordar de la película o film “La decisión de Sophie”, cuyo tema es: «Sophie sobrevive a los campos de concentración nazis y descubre una razón para vivir con Nathan, un brillante judío americano, inestable y obsesionado por el Holocausto.»
Hoy nuestro primer ministro, el primer ministro del Estado de Israel Binyamin (Benjamin) Netanyahu, conocido como Bibi, pasa por un momento de decisión, así como Sophie en la película, Bibi también tiene ya su tiempo de decisión, y toda resolución requiere de agallas, de coraje, porque van a existir críticas, y muchas de ellas despiadas, y va a haber dolor, porque no todos estarán felices con las determinaciones tomadas.
Esas determinaciones requieren entereza, firmeza, valentía.
La situación interna del país está presionada por parte de los familiares de aquellos que se encuentran secuestrados en manos de la organización criminal Hamas, para aceptar un acuerdo con los terroristas y para que de esa forma los secuestrados regresen sanos y salvos a sus hogares. Estas marchas son acompañados por parte de grupos opositores al gobierno con una posición política diametralmente opuesta, que se iniciaron mucho antes del 7 de octubre, cuando en ese día fatídico aconteció el homicida atentado a la población civil del Estado de Israel.
A lo largo de nuestra historia como judíos, nos vimos dispersos entre las naciones del mundo confrontando con persecuciones, expulsiones, asimilación, y diversos desafíos, que crearon dentro del pueblo judío, la capacidad de tomar decisiones.
Estas capacidad de decidir nos enfrentaban a las amenazas de nuestra existencia, como lo fue a lo largo de los últimos dos mil años, como hoy luego de 76 años de existencia del Estado de Israel, también debemos enfrentar desafíos, situaciones, posiciones que también amenazan la existencia de nuestro Estado, nuestro pueblo.
Hemos probado ser un pueblo obstinado, característica que nos llevó a tomar decisiones que nos permitió superar los obstáculos y prosperar.
Sócrates (469 – 399 a.e.c), el grande filósofo griego, el mentor de Platón, tenía el hábito de hacer preguntas desconcertantes. Hasta los días de hoy el cuestionamiento persistente en busca del esclarecimiento es denominado socrático.
Debido a ese hábito, fue llevado a juicio, por lo atenienses y sentenciado a muerte. El delito fue “corromper a los jóvenes”, ya que los mismos con su cuestionamiento traían como consecuencia el desafío intelectual.
No es diferente de lo que aprendemos en el judaísmo, donde enseñar a cuestionar, a decidir, es parte de la transmisión a nuestros jóvenes, a nuestros hijos.
El judaísmo es un fenómeno sociohistórico, que a los ojos del mundo es raro: su estructura epistemológica, donde su base piramidal de pensamiento es basada en profundos y difíciles cuestionamientos, que conllevan a pensar en un movimiento dinámico en la estructura de su pensamiento, que siempre concluye en la difícil actitud de decidir. Es un pueblo que carga en su corazón con la educación de los hijos. No existe responsabilidad mayor para un padre.
El Rabino Dr. Abraham Twerski ZT”L, psiquiatra norteamericano, cuenta que, cuando era adolescente, su profesor se emocionaba y se ponía muy feliz al escuchar sus preguntas y decía que cuando más preguntaba, mejor era. Cuando confrontado con una pregunta difícil, él decía con su ingles arañado: “¡Tú tienes razón! ¡Tú tienes 100% de razón! Ahora te voy a demostrar donde tú estás errado.
Es lo que está diciendo y respondiendo Bibi, a los muchos líderes mundiales que se oponen a su conducción política a nivel Estado, a los opositores dentro del país, y a los ambiciosos políticas que, en sueños megalómanos, pretenden que el gobierno llame a elecciones, y con eso piensan que resolverían el conflicto.
Bibi les dice como delfín de la política: «Uds. tienen razón, 100% de la razón, pero le voy a demostrar donde están errados.»
Observamos la actitud petulante de Beny Ganz, destacado militar, la ambivalencia ambiciosa y egoísta del partido Shas más allá de los realizado en prol de la educación judía, y hasta el mismo Ben Gvir que a veces extiende de más sus conversaciones sumado a las marchas de los familiares de los secuestrados que desean con desesperación el regreso de sus seres queridos, tal como lo desea todo el Pueblo Judío.
Bibi tiene que decidir, y no solamente resolver la situación que se enfrenta, sino sustentar bases sólidas para que Israel por fin pueda vivir en Paz, en Armonía.
Los conflictos normalmente son lineales, tienen un punto de partida, y un punto de finalización. Pero el conflicto que vive el Estado de Israel y el Pueblo Judío en el mundo todo, es un conflicto sinusoidal, en forma de espiral, y cuanto más cercanos estamos del núcleo, más conflictiva es la colisión.
No es un conflicto territorial, es un conflicto con cargas de tinte ideológico en función de lo religioso; el fundamentalismo del Hamas, Jihad Islámica, conformada en la Hermandad Musulmana, cuyo objetivo es recuperar esa gloria que se inició con el surgimiento del Islam.
Cuando murió Mahoma en el año 632 E.C, Arabia estaba unida y lista para la Jihad, la “guerra santa” o la “lucha santa” para llevar al mundo a Alá. Muy pronto se movilizó con un temible poder en contra de los imperios bizantino y persa. Desde un comienzo, la Jihad era un principio importante del islam. A pesar de que la mayoría de las personas creen que el término Jihad solamente alude a una guerra santa, el significado real de la palabra es “lucha”.
El Premier Israelí debe actuar como un buen músico, ya que la melodía solamente puede ser comprendida desde su tonalidad, sumergiéndose en la misma. El debe tomar decisiones difíciles, pensando en el bien del Estado de Israel, en el bien del Pueblo Judío, sin duda como buen músico, comprenderá las notas, y en ese instante estará como indica el titulo del libro del Rabino Yosef Dov Soloveitchik ZT”L: “La soledad del hombre de fe”, parafraseando: “La soledad del premier Israelí”
Una decisión tan determinada, tan profunda, que contenga en su estructura el pensamiento Talmúdico, el paradigma hermenéutico, pensando en la Eternidad del Pueblo Judío, que contenga la determinación de los lideres bíblicos, la esencia y profundidad de los profetas, y la seguridad de los primigenios líderes sionistas.
Querido Premier, recuerde que cuando pasen los años y nuestros jóvenes cuestionen, y traigan a tona lo escrito en el libro Éxodo (capitulo 12, versículo 26): “Y cuando tus hijos preguntaren: ¿Qué rito es este para Uds.?”, podrás responder, construir las bases para una paz eterna de Israel, ayudar a erigir la eternidad de Israel y expresar: Esa fue mi decisión.
Shabat Shalom Umeboraj
Por Rabino M.Ed. Ruben Najmanovich
Fuente Vis a Vis