Embarcado en su octavo viaje por el Hemisferio Norte desde que es presidente, Javier Milei disfrutó en España de la sorprendente popularidad de la que goza, para sorpresa de propios y ajenos. Y probablemente de él mismo. En la Madre Patria, el líder libertario despierta amores y odios, pero en absoluto indiferencia.
Reflejos de un país con muestra muchas coincidencias con esta parte del mundo. Allí se ha abierto una grieta de las que aquí conocemos de sobra. Entusiasmado, el presidente del país del 200% de inflación da lecciones de economía y libertad en el Primer Mundo mientras se llena el pecho de medallas de indefinido prestigio.
Antes de partir, Milei pasó por Rosario, en uno de los contados viajes al interior que lleva en estos seis meses. Se sabe que no le despiertan interés -y mucho menos entusiasmo- los viajes de cabotaje. Eso queda para su hermana Karina, que antes de acompañarlo a Europa pasó por Chubut, en compañía de Martín Menem, para seguir construyendo la red partidaria que se está encargando de armar de cara a 2025. También recorre mucho el país la vicepresidenta, que para la celebración de Martín Güemes anduvo por Salta, luciendo ropas de gaucho y hasta montó a caballo.
Victoria Villarruel construye sobre bases elevadas. En una encuesta conocida esta semana vuelve a aparecer sobre Javier Milei, a quien con un diferencial positivo de 50,4% aventaja por 6 décimas. Tercera, a 5 puntos, aparece Patricia Bullrich, y cuarto, con 41,9% el gobernador bonaerense, Axel Kicillof. Todo según un sondeo de Proyección Consultores sobre el que ya volveremos.
Como decíamos, Milei fue a Rosario, adonde desde tiempos de Cambiemos no había ido ningún presidente para el Día de la Bandera. Sí lo hacía asiduamente Cristina Kirchner, quien se auopercibía “fan” de Belgrano. Precisamente allí fue donde en febrero de 2012 expresó su recordado “vamos por todo”, según la lectura de labios que se hizo entonces. Ella venía de ganar la reelección por el 54% en primera vuelta. También venía de la tragedia de Once; otro jalón en la pendiente que el kirchnerismo ya había iniciado sin saberlo. Javier Milei tiene su 56% -pero en segunda vuelta-, y en Rosario mostró un perfil moderado acorde al momento: esta semana el Congreso aprobará finalmente la ley de Bases y el paquete fiscal, un punto de inflexión para su gestión. Nada de hacer olas con la oposición.
Por eso en su breve discurso transmitido por cadena nacional el presidente habló fundamentalmente de Belgrano, y si bien dio señales en el sentido de trazar un parangón con su propia gestión, se ahorró improperios y -por el contrario- en tono conciliador convocó a todos los sectores para la cita del 9 de julio en Tucumán, para firmar el Pacto de Mayo.
Será con un mes y medio de demora respecto de la fecha inicialmente prevista; con leyes más flacas de lo originalmente escrito; pero un valor singular para esta administración que verá así consagradas sus primeras dos leyes. Un número escueto, pero exponencial si se tiene en cuenta la cantidad de reformas que abarcan ambas leyes. Qué características tendrá lo finalmente aprobado es la incógnita que se develará promediando el jueves que viene, si se cumplen los plazos previstos: martes, plenario de comisiones para dictaminar sobre la ley de Bases; luego reunión de Presupuesto y Hacienda para hacer lo mismo con el paquete fiscal; y el jueves, el debate de ambos temas en el recinto de Diputados.
Queda libre el miércoles por si la discusión del martes en el plenario de Legislación General, Presupuesto y Asuntos Constitucionales se extiende más de lo previsto, y obliga a postergar el dictamen para Medidas Fiscales.
No debería ser; ahora solo se trata de emitir un dictamen que conjugue lo sancionado en Diputados, con las reformas del Senado. Tal vez no sea solo un dictamen sino varios, pero la discusión no se circunscribirá a un “por sí o por no” entre lo que hicieron una y otra cámara, sino en si es válido o no que Diputados reponga artículos que la Cámara alta rechazó. La discusión ya está planteada incluso en el seno de los propios bloques dialoguistas. Por caso en el radical, Fernando Carbajal -alineado con Facundo Manes- ya ha dicho que la Cámara baja no puede insistir con Moratoria previsional, Ganancias, ni Bienes Personales. “Lo que el Senado rechazó, quedó afuera. El sistema es bicameral, ambas cámaras deben aprobar. Lo rechazado queda afuera”, sostiene el exjuez formoseño.
Carbajal enumera: 1) Moratoria previsional fue excluido de la votación en general. El tema fue desechado, no puede ser insistido. 2) Ganancias se aprobó en general, se rechazó en particular por 41 votos a 31. 3) Bienes Personales, se aprobó en general y se rechazó en particular por 37 a 35. “Ganancias y Bienes Personales fueron desechados por el Senado, no puede insistirse”, considera Carbajal, convencido de que “no es lo mismo modificar o adicionar un texto, que un capítulo votado en contra por el Senado. La insistencia solo opera cuando hay una aprobación con cambios, no cuando el Senado rechaza en forma expresa”.
El jefe del bloque radical, Rodrigo de Loredo, interpreta lo contrario: “Una amplísima mayoría sostiene a las claras que la correcta interpretación constitucional faculta a la Cámara de Diputados a insistir con su proyecto original cuando se rechazó del texto legal una parte del mismo. La supresión del capítulo de Ganancias y Bienes Personales configura en sí una modificación al texto y así tiene que ser interpretada”.
El constitucionalista Andrés Gil Domínguez se inscribe dentro de esa “minoría” para la que el artículo 81 de la Constitución deja clara la “imposibilidad constitucional de que una Cámara de origen insista respecto de un proyecto de ley que fue rechazado parcialmente por la Cámara revisora”.
“En un sistema bicameral federal el elemento central del proceso de formación y sanción de las leyes es la voluntad afirmativa mediante la cual se aprueba un proyecto de ley. Solo la concurrencia afirmativa puede transformar un proyecto de ley en una ley sancionada por el Congreso”, afirma.
Ex diputado y senador, pero sobre todo exconstituyente, Jorge Yoma, también sale al cruce de la posición de Rodrigo de Loredo. Para el riojano, no se puede “resucitar” la media sanción de Diputados “ignorando el rol constitucional del Senado como Cámara revisora”. En las redes le planteó al jefe del bloque radical que Diputados “tiene que expedirse por sí o por no sobre lo que el Senado les comunicó”. Terció en esta discusión el diputado radical Martín Tetaz, quien planteó que “si Diputados le dice NO a lo que aprobó Senado, queda en pie la versión de Diputados”, y lo mandó a leer el artículo 81 de la Constitución, a lo que Yoma le contestó: “Martín, hermano, no necesito leerlo. Yo lo redacté”.
Aperitivos de lo que se presume será la gran discusión que se planteará el martes en comisiones y seguirá el jueves en el recinto. El criterio que vaya a utilizarse se resolverá en definitiva con una votación, y quienes consideran que puede prevalecer lo resuelto en Diputados por sobre lo rechazado en el Senado son mayoría.
La Constitución dejó espacio para grises que darán lugar a que los jueces tomen intervención llegado el momento, y llegará el día en el que la Corte Suprema deba resolver. El Tribunal Superior es remiso a intervenir en cuestiones que deba solucionar la política… Y si la política ya lo ha resuelto con una votación, difícilmente modifique ese resultado.
Aprobadas ambas leyes, la sociedad se pondrá a esperar a ver los efectos de las mismas; si el Gobierno puede comenzar a gestionar a partir de tener sus leyes. Mientras tanto evalúa los resultados actuales con preocupaciones en las que el precio de los alimentos y otros gastos básicos del hogar (léase inflación) marcha al tope de sus problemas, con 53,9%; seguida por los bajos salarios (36,7%), la inseguridad (36,3) y aumentos de tarifas (34,1), según datos de Proyección Consultores. Y donde un 27,8% dice no llegar a fin de mes; un 36,9% admite tener que achicar gastos para llegar a fin de mes; y solo un 28,9% considera que les alcanza para lo que necesitan y un mínimo 6,3 jura que hasta puede ahorrar.
En ese contexto, el 44,7% cree que la economía de su hogar estará peor en los próximos 6 meses, contra un 34,9% que opina lo contrario.
Contra estos datos preocupantes para el Gobierno, esa misma encuesta muestra a un 49,8% viéndole al presidente “actitud para mejorar la situación del país”, contra un 37,3% que ve lo contrario; un 48,5% lo ve a Milei cumpliendo sus promesas (el 40,2 no); un 47% considera que Milei tiene un plan de gobierno (el 35,2% no) y también hay diferenciales positivos en materia de honestidad (45,9) y credibilidad (45). Están parejos quienes le ven a Milei capacidad para gobernar y los que no: 43,5 a 43; pero el balance es negativo para el presidente cuando se consulta sobre su estabilidad emocional (46,7 negativo); capacidad de diálogo (50,9) y empatía con los sectores más vulnerables (54%).
Fuente Mendoza Today