Mientras la política mira con recelo los próximos pasos de Javier Milei tras el éxito que representó la aprobación de la Ley Bases, el mundo financiero sigue enfrascado en el debate sobre el destino del tipo de cambio, las reservas y el cepo cambiario. Sobre este segundo tablero de arena, la pulseada entre el equipo económico y el mercado se mantiene día tras día. El Gobierno está dispuesto a defender un sendero de variación negativo frente a la inflación, mientras los inversores creen que tarde o temprano tendrá que rendirse y aplicar una corrección en el valor del dólar oficial.
El principal factor de incertidumbre pasa por la oferta de divisas. Los inversores sacan cuentas del faltante, a partir de una premisa: el agro liquida menos y el menor poder del BCRA para acumular reservas presionará sobre las cotizaciones financieras, ampliará la brecha y creará presión sobre la inflación.
¿Hay una especulación de parte del campo a la espera de que el Ejecutivo se resigne? Según la Bolsa de Rosario, en el primer semestre la comercialización de la mayoría de los cultivos está en valores positivos, por encima de lo negociado en los últimos tres años. En el caso de la soja, particularmente, tanto el área sembrada como la superficie cosechada, la exportación y la producción total, se superó este año el promedio de los últimos cinco. Hay menos embarques y una leve baja de venta al exterior, pero influida también por el hecho de que en el primer trimestre la cantidad de granos disponible todavía estaba afectada por la sequía de 2023.
Hay razones mucho más pragmáticas que pegan en esta línea. El precio en Chicago viene en descenso por la mejor expectativa de la cosecha estadounidense. Y también asoma un dato llamativo en este escenario: la industria aceitera importó 3,4 millones de toneladas de soja, el segundo mayor volumen para los primeros cinco meses del año. La presión sobre la oferta de divisas no está puesta solo por la liquidación: los sojeros también se están llevando dólares.
Lo que le falta al micromundo cambiario, es entender con más precisión los flujos de un jugador que cada vez tiene más presencia en la balanza comercial: el sector energético. En los primeros cinco meses de 2024, las exportaciones de combustibles y petróleo alcanzaron u$s 4170 millones, récord histórico. El porcentaje de este sector en la torta de ventas externas ya es de 13%. Si además se computan las inversiones, solo Vaca Muerta hará que entren este año u$s 9000 millones.
El Gobierno reiteró que su meta de acumulación de reservas en el tercer trimestre será menor, por la estacionalidad de la cosecha y porque las importaciones ya se llevan el 80% del monto a pagar. Si las exportaciones crecieron 4% en abril contra el mes anterior con el actual tipo de cambio atrasado, y hay nuevas fuentes de dólares, lo que le falta al mercado es hacer números más finos.
Fuente El Cronista