La presión de los mercados para que el gobierno levante el cepo se está acrecentando. La brecha cambiaria pasa a ser un tema financiero recurrente con los vicios que siempre trae aparejado ese indicador, con incentivos a postergar liquidaciones de exportaciones, y las sub y sobrefacturaciones tan clásicas como recientes con el kirchnerismo. A tal punto llegaron esos vicios que se transformaron en una nueva unidad de negocios K, paralelas a las que ya existían relacionadas con el dólar oficial.
El equipo económico es consciente de la necesidad de levantar las restricciones cambiarias lo más rápido posible. No hay amor al cepo: hay miedo a flotar. El dólar se ha cargado muchos funcionarios en la historia del mercado reciente. De las restricciones enumeradas por Javier Milei el martes, en la previa al desfile por el 9 de Julio, la eliminación de los pasivos remunerados del BCRA está en marcha. Hay negociaciones ya encaminadas con los bancos para desarmar los “puts”, las opciones de venta de títulos al BCRA que tienen los bancos. Hay heridas abiertas: hubo una sanción de la CNV al Banco Galicia por más de u$s 20 millones por manipular precios de los títulos, inflarlos, para luego ejercer los puts a un valor más elevado. Los puts tienen varias aristas venenosas.
No fue mencionado por funcionarios pero para el levantamiento de las restricciones cambiarias el equipo económico apunta a contar con un acuerdo nuevo con el FMI. Sigilosamente los funcionarios del Ministerio de Economía están manteniendo contactos con el staff del organismo. La embestida de Javier Milei, sin mencionarlo, a Rodrigo Valdez, director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, no frenó el contacto entre las partes. Las embestidas van y vienen, lo que importa es un acuerdo. Y las dos partes lo necesitan. ¿Tiempos de la negociación? Se ingresa en el verano en el hemisferio norte pero los tiempos apuntan a fines de agosto o principios de septiembre. Encajaría justo en los meses de sequía de divisas del BCRA y la necesidad de contar con respaldos adicionales.
Hay posibilidad de contar con fondos frescos para la Argentina pero nunca para intervenir en el mercado cambiario. Hay mecanismos para evitar esa utilización como ser el desembolso en DEG, la unidad de cuenta del FMI, que para su conversión a dólares requiere la aprobación del organismo. Pero igualmente un eventual desembolso del FMI adicional serviría para mostrar dólares en la vidriera del BCRA. Las reservas brutas son las que miran analistas y da margen para que dólares en cartera de la entidad que preside Santiago Bausili puedan terminar para frenar saltos indeseados en el tipo de cambio.
El propio staff del FMI no se opone a que persistan algunas restricciones o topes como ser inicialmente al giro de utilidades al exterior. Todo forma parte de las negociaciones. Tampoco hay margen para un fracaso del actual plan económico argentino dentro de la estructura del FMI. La Argentina ya se cargó a varios funcionarios del Departamento del Hemisferio Occidental y por ello la cautela del chileno Rodrigo Valdés a la hora de estampar una firma con la Argentina.
Para fines de septiembre, la inflación se espera que siga en descenso. Lo que miran los técnicos es la inflación núcleo, sin contar los factores estacionales o los precios regulados. ¿A cuánto puede llegar la “núcleo” para fin de agosto o principios de septiembre? No pocos analistas la ponen en 2% o menos. Y aquí entra en acción una última condición puesta por Javier Milei para el levantamiento del cepo. La inflación debe converger a cero con la devaluación. Este último agregado oficial es lo que alimentó las expectativas de que el cepo se mantenga “vivito y colenado” por varios meses más, e incluso que pase para el 2025. La teoría indica que deberían converger a cero con el congelamiento de la emisión de pesos, y de la base monetaria. El problema es el tiempo. En la Argentina la realidad es diferente a la de los manuales de texto. Por ello, la incertidumbre sobre esta última condición. ¿Se la pasará por alto en septiembre?
Otro organismo que tiene a Argentina en observación es el GAFI, organismo intergubernamental creado en 1989, para establecer normas y promover la aplicación de las medidas legales, reglamentarias y operativas para combatir el lavado de dinero, financiamiento del terrorismo entre otras. Tampoco sería un inconveniente. Así lo asegura el consultor Marcos Victorica. “Se necesitan acuerdos “Argentina-Estados Unidos” por la transparencia. La otra pata sería un acuerdo entre la autoridad monetaria norteamericana y la Argentina para diseminar qué transferencias son de parte del narcotráfico y cuáles no” agregó.
La inflación que se dará a conocer mañana por el INDEC mostrará otra avance del gobierno en la lucha contra la inflación. Es su gran activo económico. La recesión es la contracara pero también es parte de la herencia. Pero con el correr de los meses la presión por esta variable irá en aumento. Por ello la necesidad de normalizar rápidamente el mercado cambiario. Los contactos con el FMI van en ese rumbo. El fin del 2024 puede hallar al país con baja inflación y recuperación. ¿O es un sueño?
Fuente El Cronista