El sistema de ayudas para que las familias en situación de vulnerabilidad puedan acceder a productos básicos se ha transformado en Andalucía desde este verano, al igual que en el resto de comunidades.
El Gobierno de España ha establecido un nuevo modelo que sustituye los tradicionales acuerdos económicos con entidades del tercer sector para que repartan los alimentos por la entrega de tarjetas monedero para que las personas beneficiarias adquieran los alimentos o productos de higiene básica en supermercados. El objetivo sobre el papel es eliminar lo que se califica como las «colas del hambre» y «normalizar» el uso de estas prestaciones en los establecimientos comerciales.
Como consecuencias, sin embargo, se ha producido un debilitamiento del tercer sector, se han limitado los beneficiarios a adultos con menores a su cargo y en este primer año sólo se pueden comprar artículos en una serie de supermercados que, por ejemplo, en el caso de Andalucía apenas tienen presencia en un 15% de los municipios. Con meses de retraso y tras un periodo amplio de confrontación entre la Junta de Andalucía y el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, el sistema ha completado su primera fase: la implantación en todo el territorio y, aunque con dificultades, empieza a dar respuesta a los potenciales beneficiarios.
Desde el pasado mes de julio, la Junta de Andalucía ya ejerce un papel de coordinación entre todos los los servicios sociales y de mediación con la Cruz Roja, que es la única entidad que distribuye estas tarjetas y que tiene formalizados los acuerdos con las cadenas de supermercados. Hasta el momento, según los datos de la Consejería de Inclusión Social, Familia, Juventud e Igualdad, los Servicios Sociales han aprobado la derivación de 3.896 personas beneficiarias con un presupuesto estimado de 3,9 millones de euros. Esto supone que se encuentra aproximadamente en el 21% del dinero asignado para este programa para Andalucía (19 millones de euros) y de los potenciales beneficiarios (14.000). Desde la Consejería asumen que está habiendo «dificultades» pero destacan el marco de coordinación y colaboración con la Cruz Roja para resolverlas.
En paralelo, la Junta de Andalucía trabaja en una evaluación completa en octubre de cara a reformular el modelo para el año 2025 cuando, salvo un nuevo acuerdo entre el Ministerio y las autonomías, toda el diseño y gestión de este sistema de ayudas pasará a depender de la Junta de Andalucía. El arranque, no obstante, está siendo complejo al coincidir con los meses del verano. Y de ahí que los datos de Cruz Roja sean de momentos más bajos. De los potenciales beneficiarios aprobados por los Servicios Sociales, sólo 505 familias han completado hasta el momento todos los trámites y por tanto han recibido su tarjeta monedero para poderla gastar en los supermercados asignados. La previsión, no obstante, es que la cifra aumente de forma sustancial a partir de septiembre hasta acercarse a las estimaciones del Ministerio. Según los datos facilitados por Cruz Roja Andalucía, una de cada cinco tarjetas se han entregado a familias con cinco miembros y, por tanto, con el presupuesto asignado máximo de 220 euros al mes . Y otra quinta parte son de cuatro miembros y por tanto con una cuantía asignada mensual de 190 euros.
El resto, familias de tres o dos miembros, cuentan con una asignación mensual de 130 o 160 euros. No todas las provincias han avanzado de la misma forma en el arranque de este proceso de implantación del nuevo sistema de ayudas a la población más vulnerable. Según los datos de Cruz Roja, Sevilla, lidera el sistema de ayudas con 129 familias beneficiarias, seguido de Huelva con 97, Córdoba con 71 y Cádiz con 68. En el otro extremo, Granada a mediados de agosto aún no había conseguido completar ni un solo proceso.
Fuente ABC