Cuando se trata de cuidar nuestra salud, la elección de alimentos puede tener un impacto más profundo de lo que imaginamos. La neuróloga Lori Schneider reveló que comer hongos es fundamental para tener un cerebro sano.
Este alimento, a menudo subestimado en nuestras dietas, ofrece una sorprendente gama de beneficios para la salud cerebral. Incorporarlo regularmente puede ayudar a mantener tu cerebro en óptimas condiciones.
Beneficios de los hongos en la salud del cerebro
Los hongos, incluidos champiñones, setas y robellones, son una excelente fuente de antioxidantes que ayudan a proteger el cuerpo de los daños causados por los radicales libres, los cuales pueden provocar inflamación y afectar negativamente al cerebro.
La Dra. Laura Schneider explica en la revista Parade que “los antioxidantes en los hongos ayudan a mitigar los efectos de los radicales libres, ofreciendo una protección esencial para las células cerebrales”.
Además de sus beneficios antioxidantes, los hongos son ricos en fibra, un nutriente esencial para una buena salud intestinal. Según la Dra. Schneider, “la conexión entre el intestino y el cerebro, conocida como el eje cerebro-intestino, significa que lo que es beneficioso para el intestino también lo es para el cerebro”.
Así, una dieta alta en fibra, como la que aportan los hongos, puede mejorar tanto la salud mental como la función cognitiva.
Un estudio disponible en PubMed resalta otra ventaja de los hongos: su contenido en betaglucanos, una fibra soluble que fortalece el sistema inmunológico, ayuda a regular el azúcar en sangre, reduce el colesterol y puede disminuir el riesgo de cáncer.
Además, el hongo melena de león, valorado en la medicina tradicional china, se ha utilizado durante siglos por sus efectos positivos en la reducción del estrés, la ansiedad y la depresión.
¿Cómo sumar los hongos a tu alimentación?
Incorporar hongos en tu dieta puede ser fácil y sabroso, ya que es un alimento muy versátil.
- Agregalos a las ensaladas: agregá champiñones frescos o salteados a tus ensaladas para un toque nutritivo. Los hongos crudos también le dan un aporte crujiente interesante.
- En sopas y cremas: los hongos son ideales para enriquecer sopas y cremas. Podés hacer una sopa de champiñones o añadir setas a una crema de verduras para mejorar el sabor y el valor nutritivo.
- En pizzas y pastas: agregá hongos a tus pizzas o pastas. Los champiñones son un clásico en la pizza y quedan fantásticos en salsas para pasta.
- En el desayuno: incluí hongos en tus desayunos. Agregá champiñones salteados a tus huevos revueltos o a tus tortillas para un desayuno nutritivo.
- Snack saludable: probá los chips de hongos, una alternativa crujiente y saludable a los snacks tradicionales. Los podés hacer en casa o comprarlos en tiendas especializadas.
Antes de realizar o modificar un plan alimenticio, se recomienda consultar con un especialista.
Fuente El Cronista