María José Catalá lidera como alcaldesa de Valencia la tercera capital de España y, al mismo tiempo, la Administración pública más importante del país en la que gobiernan en coalición PP y Vox tras la ruptura a nivel autonómico.
Un año después del pacto en el Ayuntamiento defiende haber construido una corporación sólida, «alejada del populismo» y basada «en hechos y no en palabras» que sólo podría truncarse desde Madrid por una orden en bloque y directa de Santiago Abascal.
Además, la primera edil ‘popular’ reprocha al Gobierno de Pedro Sánchez «no estar jugando limpio» con la llegada de los inmigrantes menores no acompañados y haber perpetrado un cupo catalán que «rompe la caja común» y «deja las migajas a los ayuntamientos».
—¿Cuál es el balance de su primer año de gobierno con Vox?—Hemos estado un tiempo ajustándonos, ha habido momentos mejores y otros peores, pero ahora ya funciona correctamente. Tenemos un gobierno serio de profesionales que gestionan y piensan en Valencia por encima de todo.
—¿Cómo es la relación actual con sus socios?—De absoluta normalidad.
Los agoreros decían que estando Vox no se podía aprobar, por ejemplo, una Zona de Bajas Emisiones y esta es una de las pocas ciudades de España que ya tiene en marcha su ordenanza y lo hemos hecho de la mano.
—Vox ya verbaliza que supedita los gobiernos municipales a una decisión tomada desde Madrid.
—Es la sensación que tengo, que no tiene nada que ver con el día a día o con el cumplimiento de los compromisos que adquirimos. La escenografía de la decisión en bloque que tomaron a nivel autonómico dejó un mensaje claro y es que no ha habido ningún problema con los pactos, sino que respondía únicamente a una estrategia política.
¿Teme la ruptura en Valencia?— No soy de Vox y no sé lo que pasa ahí dentro. Imagino que tendrán sus análisis y tomarán sus propias decisiones, pero lo que creo es que los partidos cuando nos presentamos a unas elecciones nos comprometemos con las personas a cambiar las cosas y esto sólo se puede hacer gobernando, porque desde fuera es muy fácil hablar de gestión. Así que, sería muy difícil explicar a la ciudadanía por qué no lo estás intentando si tienes la posibilidad de hacerlo.—¿Qué debería hacer el PP para no necesitar a Vox para gobernar?
—Estamos ya en esa senda.
Hemos pasado de una etapa de parlamentos multicolores a una coyuntura donde el votante vuelve a reagruparse en torno al PP y al PSOE y a la dinámica democrática que nos ha dado los mejores años de convivencia y estabilidad en España. Nosotros debemos concentrar a todas las sensibilidades del centroderecha y explicarles que tomamos decisiones difíciles desde la honestidad y demostrarlo con hechos y no con palabras.
Es lo que nos va a diferenciar de Vox.
—Algo que es más complicado desde la gestión.
—Claro, es que hacer política desde la oposición es mucho más fácil que cuando gestionas. Y es que el populismo no sirve de nada cuando estás gobernando.
—Vox supedita su apoyo a las medidas contra la inmigración ilegal. ¿Es un problema real?
—Sí, este verano hemos percibido cómo se ha agudizado en las grandes ciudades. Estamos desbordados, pero aquí el problema principal es que el Gobierno no está siendo serio ni está jugando limpio con la llegada de menores no acompañados, a los que envían a veces sin avisar y sin que se pueda generar una estructura social para atenderlos.Imagen de la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, durante la entrevista con ABC mikel ponce—
Es un tema complejo.
—Soy madre de dos hijos y entiendo la mochila emocional que portan estos menores, por lo que debemos ser solidarios y acogedores, pero tenemos que ser honestos con la realidad y es que el Gobierno no cuenta toda la verdad, no nos ayuda y encima juega a hacer demagogia diciendo que son las ciudades y las comunidades las que son insolidarias.
—¿Qué le pide al Gobierno de Pedro Sánchez para Valencia?
—Lo resumo en dos palabras: dinero y cariño. Al menos una cosa o la otra.
—¿En qué se debería concretar?
—Lo que no cuesta dinero es que Valencia sea Capital Verde Europea en 2024 y el Gobierno en el mes septiembre no lo haya declarado todavía acontecimiento de excepcional interés y, encima, el colmo de la hipocresía es que sí lo haga con otros eventos de Barcelona como la Copa América o el Gran Premio de Fórmula Uno.
—¿Es posible abordar la financiación local con el escollo del cupo catalán?
— El cupo catalán ha roto la caja común de la solidaridad territorial y los ayuntamientos nos vamos a quedar con las migajas. Si hay privilegios, los demás sufrimos..
—¿Qué alternativa plantea el Ayuntamiento de Valencia?—Es imperioso reformar el sistema de financiación local y el debate debe abrirse a la vez que el autonómico, porque sin los ayuntamientos cae la primera línea del escudo social. Prestamos muchos servicios, algunos de competencias impropias, y necesitamos tener una financiación adecuada, independiente de la autonómica, para dar respuesta a nuestros vecinos. Para ello proponemos la modificación de la Ley de las Haciendas Locales.
—¿Cuáles son sus principales retos?
—La vivienda es una obsesión para mí. En doce meses hemos entregado 38 pisos para alquiler asequible, mientras que el anterior gobierno sólo dio 31 en ocho años.
—¿La Ley de Vivienda ha fracasado?
—Sí. Topar los precios del alquiler es una medida casposa que nunca ha funcionado. La izquierda no ha hecho nada por la vivienda y el problema al que hoy nos enfrentamos es consecuencia directa de su inoperancia.
Fuente ABC