El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha vuelto a convertir este miércoles una comparecencia monográfica en el Congreso de los Diputados, en este caso sobre inmigración, en toda una diatriba contra la oposición del Partido Popular (PP) y Vox, a los que ha tildado de nuevo de «xenófobos» por sus políticas en la materia. Entre ellas, le ha espetado a la bancada popular, la de emplear a la Armada para que «deje de auxiliar náufragos y se dedique a hundirlos» o la de «cambiar los centros de acogida por campos de trabajo», algo que ha provocado la indignación de los de Alberto Núñez Feijóo. Aunque el jefe del Ejecutivo, avanzado su discurso, de casi cincuenta minutos de duración, ha admitido que la inmigración genera «fricciones», y que esto ocurre en aquellos lugares de nuestro país donde es mayor su presencia. No sólo eso, sino que entre los anuncios que ha desgranado, además de una nueva ley de familias y medidas para mejorar el arraigo, ha introducido un plan de integración al que el Consejo de Ministros dará luz verde, ha precisado, en un mes. «El segundo reto que nos plantea la inmigración, además de el de los flujos, es el de la integración», ha señalado Sánchez, quien tras decir que «como sociedad abierta y plural que somos, debemos respetar la diversidad de quienes se instalan en nuestro territorio», ha añadido que «también debemos reconocer que las diferencias culturales a veces generan… en fin, generan fricciones, especialmente en aquellos lugares donde hay una mayor presencia de personas migrantes». Por ello, y apelando claramente a su socios de coalición y parlamentarios, ha abogado por que «desde el Gobierno, y también desde las fuerzas progresistas no podemos ignorar estas fricciones, tachando automáticamente de xenófobas a quienes las denuncian», ha concluido. EN AMPLIACIÓN
Fuente ABC