Por Adalberto Agozino
La errónea e injustificada decisión del Tribunal General de la Unión Europea amenaza con distorsionar la asociación estratégica entre Marruecos y la Unión Europea.
El Tribunal General de la Unión Europea desconociendo el derecho internacional, los derechos históricos de Marruecos a su integridad territorial plena y absoluta y la realidad objetiva que impera en el Sáhara ha dictaminado insólitamente que los acuerdos pesqueros y agrícolas entre la Unión Europea y el Reino magrebí requieren del consentimiento del pueblo del Sáhara Occidental.
Sin entrar en la polémica jurídica desatada por el Tribunal General de la Unión Europea por la inconsistencia manifiesta de su resolución, solo señalamos que la argumentación esgrimida por el Tribunal comunitario repite las alegaciones tendenciosas sin sustento alguno esgrimidas durante décadas por los separatistas el Frente Polisario y sus socios argelinos, únicos beneficiarios de la intempestiva decisión.
Muy acertadamente el Reino de Marruecos ha decidido no considerarse concernido de ninguna manera por la decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que solo comprende a los miembros de la Unión Europea y al Frente Polisario debido a Marruecos no ha participado en ninguna de las fases de este procedimiento, y por consiguiente, no está afectado en modo alguno por esa decisión.
Ninguna decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea en complicidad con el Frente Polisario y Argelia puede afectar a la soberanía de Marruecos sobre su Sáhara.
Por otra parte, la Unión Europea necesita de la cooperación económica, política y de seguridad de Marruecos para complementar sus importaciones, proteger las inversiones de varios de sus países miembros en el reino magrebí, y muy especialmente para proteger sus intereses vitales en cuestiones tan sensibles como los flujos migratorios irregulares, contrarrestar las actividades de los grupos criminales ligados al narcotráfico y la lucha contra el terrorismo yihadista.
Esto explica la inmediata declaración conjunta de la presidenta de la Comisión Europea Úrsula von der Leyen y del Alto Representante de la Unión Europea, Joseph Borrell donde afirman el deseo de la Unión Europea de seguir preservando y reforzando las estrechas relaciones con Marruecos en todos los ámbitos de conformidad con el principio de “pacta sunt servanda”.
Una actitud similar se ha apresurado a adoptar algunos de los países miembros de la Unión Europea que se sienten seriamente afectados por la errónea alegación del Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
Estados europeos tales como España, Francia, Finlandia, Portugal, Países Bajos, Hungría, Italia, y otros, han expresado su firme decisión de mantener e incluso intensificar su asociación estratégica con el Reino de Marruecos.
Es necesario que estos países en forma urgente exhorten al Tribunal de Justicia de la Unión Europea para que revisen y modifiquen su arbitraria y errónea decisión que en nada contribuye a la paz en el Sáhara y que en nada beneficia a la población de origen saharaui que habita en el Sáhara Marroquí y cuyos supuestos derechos la resolución del tribunal europeo afirma defender.