Gastón Parisier se ríe. Está feliz, contento. Habla por teléfono, mientras se traslada a un aeropuerto para hacer alguna de las conexiones semanales que lo tienen viviendo, prácticamente, en el aire. Cofundador de Flybondi, fundador de Bigbox, vivió, en los últimos dos meses, una adrenalina única, incomparable con toda su experiencia anterior de emprendedor serial. Parisier se puso al volante de la campaña para que Franco Colapinto llegara a la Fórmula 1, una carrera que tuvo su recta final en menos vueltas -muchas menos- de lo previsto. “¿Qué es el fenómeno Colapinto?”, ríe al oír la pregunta y se toma unos segundos. “Se están dando cambios en la sociedad argentina y abraza a los embajadores de ese cambio, como Franco”, define.
¿Cómo empezó tu relación con Colapinto?
Lo conocí en enero, cuando sus managers, María y Jamie, buscaban patrocinadores para el presupuesto de la Fórmula 2. Quise comer con él, ver quién era ese soñador. Me cautivó desde el primer día. Sabía cero de automovilismo; sigo siendo un ignorante total. Pero veía en él a un emprendedor, a un soñador. A una persona con un sueño gigante.
¿Qué te convenció de ese sueño?
Cuando le pregunté cuál era su sueño, me respondió: “Devolverle a la Argentina el lugar que merece en el automovilismo global”. Ahí dije: “Guau… Es un sueño muy grande; trasciende a la persona”. Desde ese día, me puse a su disposición para conseguir más patrocinadores. No como un fanático del automovilismo, sino de los emprendedores argentinos. Franco siempre fue eso.
¿Por qué?
Cumple con todas las condiciones que tiene un emprendedor argentino que quiere salir al mundo. Con menos recursos que otros pero un sueño igual de grande (o más) y tiene que rodearse de personas para ir empujándolo y que se haga realidad. Franco tiene humildad, disciplina y convicción de trabajar en equipo para llevar adelante todo lo que sea necesario para cumplir su sueño de llegar a la Fórmula 1. Y un factor distintivo.
¿Cuál?
En él, veía a una plataforma de comunicación que es la mejor que hay en América latina: por la manera en la que se da, de manera digital; porque entiende cómo funcionan las redes… Eso es lo que les dije a las marcas. Hoy, no hay mejor plataforma de comunicación. Es Franco y su red de comunicadores. Entre ellos, están Bizarrap, el Kun Agüero, Scaloni… Toda una red que lo empuja. Eso lo convierte en una plataforma de comunicación.
Él, también, tiene un carisma especial.
Hay gente que tiene una luz…Soñar en grande no es fácil. Marcos (Galperin), a los seis meses de Mercado Libre, ya decía que iba a armar la compañía de comercio electrónico más grande de América latina. No es fácil tener sueños muy grandes: uno es esclavo de su propio sueño. Si no lo sabés manejar, te puede hacer mal.
¿Y Franco?
Franco estaba en karting y decía que apuntaba a la Fórmula 1. Es una persona que, de muy chico, tuvo un sueño muy grande. Después, hay que llevarlo a la realidad. Visión sin ejecución es pura alucinación. Hay que ejecutarlo; si no, es un delirio. Tener esa capacidad de ejecución, que, en el automovilismo, requiere mucha disciplina, entrenamiento y patrocinio, lo convierte en un caso súper admirable.
¿Fue idea tuya que esté en el Foro Llao-Llao?
Al principio, empecé como patrocinador suyo y viajé a Bahrein, para el inicio de la F2. Ahí dije: “Quiero ayudarlo”. Así, se sumaron Quilmes, Ripio, Celulosa, Pax… Me puse muy al frente de poder abrirle puertas comerciales y nuevos patrocinios. Pero la invitación se la hicieron los organizadores: Marcos (Galperin), Martín (Migoya) y Eduardo (Elsztain). Me pareció una idea brillante.
¿Ya lo conocían?
Marcos lo conoció ahí, en el Foro. Martín ya lo había conocido en Abu Dhabi, cuando hizo su primer rookie test en el cierre de la temporada 2023. Guibert (Englebienne) también. Él es una pieza fundamental: además de ser cofundador de Globant, presidió Endeavor durante una década. Si alguien tiene ojo para los emprendedores, es él.
¿Eso es con lo que conectaron: que vieron a un emprendedor?
Es eso: una red de emprendedores que lo ayudó mucho y ve a un emprendedor. Para Franco, para cualquier corredor, buscar patrocinador es como para un emprendedor buscar capital. Nosotros, los entrepreneurs, usamos un término: runway. Son cuántos meses de vida que me quedan sin capital. A los pilotos de carrera les pasa lo mismo: viven viendo hasta dónde llegan con los sponsors que tienen. Hay muchas similitudes con el gen emprendedor.
¿El ‘Fenómeno Colapinto’ también es porque hay un cambio de época y esa narrativa hoy entra más en la sociedad?
Totalmente. No creo que los políticos cambien a las sociedades, sino que hay políticos que leen mejor cambios sociales que ya sucedieron. La sociedad tiene vida propia, cambia. Hoy, son infinitos los motivos del cambio: las redes sociales, las criptomonedas… Miles de cosas que podés hacer y antes no: informarse directamente, interactuar. Hay un cambio de época y eso genera un cambio social. Y está el político que mejor o peor interpreta ese cambio social. Eso explica la adhesión de los jóvenes a Milei. A lo que representa. ¿Él lo leyó mejor que nadie? No lo sé. Me cuesta creer que haya personas que cambien a la sociedad.
¿Cómo lo enlazás con Franco?
Se están dando cambios en la sociedad argentina que son muy valiosos y positivos a largo plazo. Y la sociedad, después, abraza a embajadores de esos cambios. Franco es un embajador del esfuerzo, del trabajo en equipo y de los sueños grandes. Es un poco lo que aspiramos como sociedad y como país. El cambio ya se dio y están las personas y los equipos que mejor lo reflejan.
Mencionaste antes a Milei. Como emprendedor, ¿cómo ves lo que está haciendo?
Primero, creo que el emprendedor argentino debe tener sueños que trasciendan el país. Desafíos comerciales y empresariales que vayan más allá del mercado local. Uno está pensando siempre en la región. En América latina o lo que se denomina Spanish Speaking Latam. Desde ese lugar, la región es súper pujante, en pleno crecimiento. La oportunidad para los emprendedores argentinos es enorme. El cambio más favorable para que eso pase es tener un país abierto y libre. Cualquier cambio macro en esa dirección es positivo. Muchas políticas de este gobierno van en esta dirección. Hay que ver cuánto tardan en implementarse y si se pueden.
¿Qué creés que falta?
Como emprendedor, tengo que poder trabajar en igualdad y colaboración con mis operaciones en Chile, Uruguay, Colombia o donde sea. Eso hará que la actividad de emprendedores y pymes, en general, sea mucho mayor. Esos son los cambios más importantes: que podamos competir en igualdad de condiciones para emprender desde la sede en la Argentina hacia la región. ¿Qué significa? Empecé Bigbox en 2009 y atravesé de todo: políticas de exportación de servicios, restricciones de divisas…La realidad es que hoy es una compañía de siete países que puede tener su sede central en la Argentina. Pero, si lo necesito para crecer, déjame pagar desde la Argentina el salario de mi gente en Colombia. Porque es parte de mi estrategia de inversión, de expansión.
¿Ahora hay más capital disponible para emprendedores argentinos?
Hay más predisposición. Lo que falta es el marco. Un inversor, hoy, quiere invertir en emprendedores argentinos. Pero, ¿lo podrá recuperar? También las leyes de contratación tienen que ser mucho más amigables. Más libres, más pro-empresa. Estudié bastante el tema sindical en la industria aeronáutica cuando empezamos con Flybondi. Es curioso que no hayan surgido líderes sindicales pro-empresa. En Southwest, por ejemplo, quieren que la empresa gane más porque el 20 por ciento de las utilidades son para los empleados. Toman decisiones para que a la compañía le vaya mejor. No puede ser que quieras que al trabajador le vaya mejor y a la compañía, peor. Es a los dos mejor. Eso sería un buen líder sindical. Alguien con visión de una compañía sustentable, eficiente y que genere divisas. Nadie estaría en contra de que eso exista.
¿Ya pensás en una experiencia de Fórmula 1 para Bigbox?
Por supuesto. Tengo muchísimas ideas. Estoy muy contento. Toda la historia de lo que pasó con Franco me pone muy, pero muy feliz desde el lugar que me tocó. Las historias de los últimos dos meses son impresionantes, mágicas. Una de las reflexiones es la importancia de trabajar para que algo que creés imposible, si se llega a dar, estés preparado.
¿Pasó eso con Franco?
Sí. Cuando terminamos de trabajar en el plan de Fórmula 2, ya estábamos trabajando para el de F1. No era algo para este año ni para 2025. Recién era para 2026. Pero se abrió la oportunidad. Se dio ese fin de semana de máxima adrenalina, cuando (Logan) Sargeant tuvo el accidente y Williams consideró reemplazarlo. El equipo de Franco estaba listo. Habíamos seguido esa premisa: trabajá para estar listo aunque no esté en tu proyecto que ese objetivo sea para hoy. Se cerró en 72 horas porque estábamos trabajando hacía meses. Si no, era imposible. Ese fue el componente. La suerte existe. Pero nunca te va a venir a buscar, a tocar a la puerta. La tenés que ir a buscar.
(La versión original de esta nota se publicó en el número 370 de la revista Apertura, correspondiente a octubre de 2024)
Fuente El Cronista