El ataque de Ucrania contra el territorio ruso con misiles balísticos estadounidenses y británicos, ATACMS y Storm Shadow, respectivamente, de largo alcance y la respuesta rusa con un misil balístico intercontinental (ICBM) -según Ucrania-, o de alcance intermedio (IRBM) -según Estados Unidos- desde la región de Astracán, junto a un misil aerobalístico Kh-47 M2 y siete misiles crucero Kh-101, ha elevado el nivel de escalada entre Rusia y Occidente y tensado el pulso estratégico de disuasión nuclear ruso-estadounidense, debido a la posibilidad de carga nuclear del ICBM o del IRBM.La mayor parte de los medios occidentales están siguiendo el relato ruso de que si Occidente permitía a Ucrania el empleo de misiles balísticos de largo alcance, Rusia podía responder con diferentes ataques entre los que se encontraban los procedentes de armas nucleares y que ese incremento de la escalada sería culpa de Occidente.Lo que no se dice en dichos medios es que la guerra en Ucrania la ha iniciado Rusia y que Putin ha estado amenazando con utilizar el arma nuclear periódicamente, desde el comienzo de la guerra, en febrero de 2022, cuantas veces su llamada «operación militar especial» no le era favorable. La amenaza con el uso del arma nuclear pretende producir un miedo y terror no solo en el interior de Ucrania, donde ya ha ocasionado cientos de miles de muertos con ataques con misiles, artillería y drones, sino también extender dicho terror en Europa y en el mundo.Está en juego un nuevo orden mundial en el que el actor que domine el gran dilema geopolítico del intermarium, tendrá una baza estratégica fundamental a la hora de reconfigurar la nueva era geopolítica que se avecina en la que Trump tendrá un gran protagonismo. Es preciso impedir que se establezca un nuevo modelo geopolítico basado en el autoritarismo, en la falta de libertad y en un orden represivo que están impulsando países revisionistas.La máxima prioridad actual de Occidente debiera ser en que cuando se llegue a unas negociaciones de paz, Ucrania se encuentre en una ventajosa posición con importantes bazas estratégicas. Trump tiene la oportunidad de manejar el tablero de ajedrez mundial estableciendo, con sus aliados, un orden global en el que se respeten y defiendan los principios y valores universales de la comunidad internacional.
Fuente ABC

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