La Brigada Provincial de Información de la Policía Nacional de Madrid ha detenido a dos jóvenes de 21 años que, presuntamente, habrían estafado a otros universitarios de la Complutense (UCM) tras falsas amenazas de atentado en fiestas y facultades . «Realmente, los ataques con armas eran algo anecdótico; el problema es que se hacían con datos bancarios de sus víctimas y abrían cuentas corrientes con esas identidades pero en las que ellos eran los beneficiarios», explican fuentes consultadas por este periódico.A finales de octubre, se celebró una fiesta universitaria en la que, según difundieron en un bulo por Instagram y WhatsApp, aseguraba alguien que se iba a producir algo parecido a una matanza. Esas amenazas las realizaban en grupos colectivos, de donde sacaban números de teléfono de personas con las que después conectaban. Así, las engañaban para conseguir sus datos personales. De manera que, con sus DNI, abrían libretas en entidades bancarias pero cuyos beneficios se redirigían a sí mismos. Una estafa de libro pero con un origen de lo más particular. Hay esclarecidos seis delitos de estafa, aunque la investigación permanece abierta y podrían darse más detenciones y víctimas.Por esas mismas fechas, hicieron correr la amenaza de un tiroteo en la Facultad de Filosofía y Letras: una foto en un grupo de WhatsApp de una pistola automática junto a una caja de balas y el siguiente texto: «Con esta [sic] os la voy a vaciar en la cara, filósofos».Noticia Relacionada estandar Si El decano presionado por la Complutense: «Sólo estoy defendiendo la verdad y la transparencia» Beatriz L. EchazarretaLas reacciones fueron inmediatas. En un chat de 2º B de Historia del Arte, alguien escribió: «No sé si os habéis enterado, pero como yo estoy en el [grupo] A y, principalmente se está hablando por ahí os lo comento también. Se está rumoreando que hay un pirado que quiere hacer un tiroteo el martes. Parecía que se quedó en un rumor, pero se presenció por un grupo y mandó una foto con un mensaje todo menos pacífico. Más que nada, porque creo que se va a contactar con cargos mayores a ver si se puede comunicar a profesores de lo ocurrido. Porque a mí personalmente me da ya miedo ir toda la semana». Fruto de aquello, hasta 6.000 estudiantes se quedaron en sus casas por miedo a ser tiroteados la jornada señalada. La vicerrectora de Estudiantes, Rosa María de la Fuente Fernández, emitió el siguiente comunicado: «Ante los hechos ocurridos el pasado jueves, cuando un individuo en estado de confusión mental y embriaguez increpó a varios estudiantes y ante la amenaza difundida por redes sociales sobre que pueda realizar una acción violenta el próximo martes en las facultades de Filosofía y Filología, queremos transmitir tranquilidad a toda la comunidad universitaria». Especificaba que «la Unidad de Control y Seguridad de la UCM» estaba «coordinando las investigaciones sobre estos hechos en colaboración con la Policía Nacional, así como tomando las medidas de refuerzo necesarias para garantizar la seguridad en el campus». Es decir, que por parte de la institución académica le vieron visos de verosimilitud. «Se ha puesto a disposición de la Policía Nacional toda la información disponible y se han realizado algunas actuaciones preventivas», añadía la vicerrectora.Tanto fue así, que se facilitó un correo electrónico para que «la comunidad universitaria» aportara «toda la información adicional». Asimismo, daban unos teléfonos para contactar con el Centro de Atención de Emergencias y Seguridad y con el Servicio de Atención Psicológica Telemática.Ahora se ha sabido que los dos detenidos habían aprovechado el temor generalizado para iniciar sus actuaciones delictivas. Llegaron a intimidar a los estudiantes que les recriminaban estos mensajes con cometer actos violentos contra ellos y sus familias.Los arrestados, con los datos telefónicos de los estudiantes que obtenían en los chats y mediante ingeniería social, contactaban con ellos telefónicamente para obtener sus datos de identidad o incluso fotocopias de los documentos personales.Una vez que obtenían esa información, llegaban a abrir cuentas bancarias para cometer estafas y otros ilícitos penales. Las gestiones llevadas a cabo por los investigadores permitieron detectar hasta seis acciones delictivas relacionadas con la apropiación de datos personales en las que ‘cometieron estafas.
Fuente ABC