No siempre se cumple a rajatabla el dicho de que ‘el hábito hace al monje’ , pero en política es difícil que determinados cargos no terminen dejando huella en quien los ocupa. Hace justo un año, Carlos Cuerpo se estrenaba como ministro de Economía en sustitución de quien había ocupado esa cartera siempre con Pedro Sánchez, Nadia Calviño, nombrada presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI).Las crónicas daban cuenta entonces de la llegada de un independiente, sin vinculación con el PSOE, de perfil eminentemente técnico . Un burócrata o tecnócrata, centrado en los números, y con un bagaje en cargos muy específicos de la administración, como el de secretario general del Tesoro, que ocupó entre 2021 y 2023, o el de director general de análisis macroeconómico que ocupó inmediatamente antes, y al que llegó hace ahora cinco años, en febrero de 2020. El aire como de profesor distraído y bonachón de este extremeño nacido en 1980 en Badajoz, que parece asistir a los broncos plenos parlamentarios de los miércoles en el Congreso de los Diputados como un personaje de otra galaxia, hacían el resto para considerarle alguien que se manejaría con un perfil más bien bajo. Y así ha sido en líneas generales en estos doce meses, hasta que ha topado con Yolanda Díaz. El conflicto desatado con la vicepresidenta segunda y titular de la cartera de Trabajo a cuenta de la reducción a 37 horas y media de la jornada laboral semanal, sin merma de salario, ha hecho aflorar a otro Cuerpo , de un perfil más político e incluso combativo. Un ministro capaz de desmentir en público a una compañera de Gabinete y de hacerlo no sólo a través de instrumentos formales o comunicados oficiales, sino pisando terrenos difíciles, incluso mediáticamente. Véase la entrevista esta pasada semana con Carlos Herrera en la Cadena COPE, allí donde con guante blanco confrontó con Díaz. Señaló que «no me gusta hablar de manera personalista» y estableció matices a la reducción de jornada que el PSOE y Sumar comprometieron en su acuerdo de gobierno de 2023. «Es un compromiso del Gobierno que se va a cumplir», sentenció, no sin dejar de mencionar la necesidad de que esa reducción de las horas trabajas sea «sostenible» y de «acompañar» para ello a las PYMES, las compañías que por su propia naturaleza mayores dificultades tendrán a la hora de implementar eventualmente la medida. Un lenguaje claro y conciso, alejado de los tecnicismos de la llamada ‘ciencia lúgubre’ que tanto temen quienes asesoran en materia de comunicación a los dirigentes políticos.Noticia Relacionada estandar No Los expertos aconsejan a Trabajo una subida del SMI para este año hasta los 1.184 euros El Comité plantea dos opciones: aumentar el salario mínimo un 3,4% o aplicar un incremento del 4,4%, lo que le llevaría como tope a los 1.184 eurosApenas instantes después de la entrevista se encontraba con Díaz tanto en el café previo al Consejo de Ministros como en la propia reunión del Gabinete. Y veinticuatro horas más tarde ambos coincidían sin ocultar su frialdad en el Museo Reina Sofía junto al resto del Gobierno en pleno, durante el primer acto por el cincuenta aniversario de la muerte de Franco. Allí Cuerpo y Díaz guardaron las distancia, si bien el titular de Economía extremó la cordialidad con los líderes de UGT y Comisiones Obreras, José María Álvarez y Unai Sordo, precisamente con los que Díaz firmó antes de Navidad el acuerdo para la reducción de jornada, sin contar en esta ocasión con la otra pata del diálogo social , la Patronal CEOE. Otro ejemplo más de que Cuerpo empieza a manejar las claves del oficio de político, donde los gestos también cuentan, en ocasiones casi tanto como las palabras.Una antigua batallaLa fisura que comienza a abrirse en el seno del Ejecutivo entre dos de sus principales carteras, Economía y Trabajo, no es nueva. Estos días se cumplen cinco años de la primera coalición del PSOE (y la primera de cualquier color político en el Gobierno central) entonces con Unidas Podemos, que en 2023 se revalidó pero con Sumar, aunque Díaz ha estado siempre, desde el primer momento, al frente de Trabajo . Al margen de las cuestiones de fondo, que han provocado roces de envergadura afectando a áreas muy diversas del Ejecutivo, determinadas estrategias negociadoras de Díaz han provocado por sí mismas tensiones con otros departamentos, y la vicepresidenta ha reivindicado su espacio frente a Economía, la cartera con al que por naturaleza más tiende a chocar, en varios momentos. Ya con Calviño sucedió durante la larga negociación de la reforma laboral, que a diferencia de la actual norma sobre la jornada semanal sí logró el acuerdo de todos los agentes sociales antes de llegar al Congreso. Aunque una vez allí a punto estuvo de fracasar, después de que Díaz comenzase despreciando el apoyo de los nueve diputados de Ciudadanos (hoy extinguido de la Cámara Baja) que a la postre fueron, junto al sonado error del diputado del PP Alberto Casero, decisivos. Ahora se avecina otra negociación complicada , y la parte socialista, con Cuerpo a la cabeza, advierten de lo contraproducente que puede ser actuar con demasiada premura.
Fuente ABC