Por Nicolás J Portino González
Buenos Aires-12 de Enero de 2025-Total News Agency-TNA-El regreso de Donald J. Trump a la presidencia de los Estados Unidos, que se concretará el próximo 20 de enero, ha desatado un clima de entusiasmo y expectativa en Argentina. Gobernantes y ciudadanos aguardan con ansias un nuevo capítulo en la relación bilateral, que podría marcar un punto de inflexión tras dos décadas de distanciamiento impulsado por las políticas del kirchnerismo, caracterizadas por su retórica antinorteamericana y un relato pobrista que debilitó los vínculos estratégicos con Washington.
En este contexto, la presidencia de Javier Milei y su afinidad ideológica con Trump abren un escenario sin precedentes para la región. Trump, quien ha llamado a Milei su “presidente favorito”, parece decidido a profundizar una relación estratégica con Argentina, calificándola como el único aliado político confiable de América del Sur.
El entusiasmo argentino: del ciudadano común, con cierta formación, al gobierno.
El clima en Argentina es de una expectativa inusual. Para una sociedad que ha enfrentado años de crisis económicas y políticas, el alineamiento con una potencia global como Estados Unidos bajo el liderazgo de Trump se percibe como una oportunidad histórica.
En el plano gubernamental, los equipos de Milei ya trabajan en propuestas de cooperación que abarcan desde el comercio hasta la seguridad energética. Mientras tanto, en las calles, el optimismo es palpable: ciudadanos comunes ven en este acercamiento la posibilidad de inversiones directas, generación de empleo y el ingreso a mercados que durante años estuvieron vedados por la retórica anticapitalista de gobiernos previos.
Trump y Milei: un eje estratégico para América del Sur.
La afinidad entre Trump y Milei va más allá de las meras declaraciones públicas. Ambos comparten visiones sobre la economía, la desregulación y el rechazo al globalismo progresista, lo que allana el camino para una colaboración estrecha en temas clave:
- Comercio e inversiones: Argentina podría beneficiarse de un flujo renovado de inversiones norteamericanas en sectores estratégicos como el energético y el tecnológico.
- Seguridad y lucha contra el narcotráfico: La cooperación bilateral en materia de seguridad promete ser un eje central, con el compromiso de fortalecer fronteras y combatir el crimen organizado que afecta a toda la región.
- Energía y recursos naturales: Con Trump impulsando políticas energéticas que favorecen la explotación de recursos, y Argentina posicionada como un líder potencial en Vaca Muerta, las oportunidades son claras para ambos países.
El fin de un ciclo y el inicio de otro.
El kirchnerismo dejó una herencia de aislamiento diplomático y precariedad económica que Trump y Milei parecen decididos a revertir. Para Trump, Argentina representa una plataforma clave en el hemisferio sur para contrarrestar la influencia de China y otros actores. Para Milei, Trump es el aliado ideal para fortalecer la economía argentina y proyectar al país nuevamente en el escenario global.
Un nuevo vínculo para una nueva generación.
La conexión entre ambos líderes no solo redefine las relaciones bilaterales, sino que también ofrece a los argentinos una visión renovada del futuro: una oportunidad para superar la crisis y abrirse al mundo bajo la promesa de cooperación estratégica con Estados Unidos.
El regreso de Trump al poder y la consolidación de Milei como un socio confiable marcan el comienzo de una etapa que promete ser clave para Argentina. A medida que los días avanzan hacia el 20 de enero, la expectativa sigue creciendo. El potencial es inmenso, y tanto gobernantes como ciudadanos confían en que esta nueva etapa pondrá fin a décadas de aislamiento y abrirá las puertas a un futuro de prosperidad compartida.