«Saldar una deuda histórica con Alfonso Daniel Rodríguez Castelao, homenajeando a una persona que dedicó su vida a defender Galicia y luchar por los derechos nacionales de este país». Bajo esta premisa comenzó la líder nacionalista, Ana Pontón, su intervención en la Cámara defendiendo la PNL presentada por su grupo para apoyar la declaración del 2025 como Año Castelao y reconocer su figura como la del primer presidente de Galicia en el exilio . Una proposición que parecía un «decreto ómnibus», como la definió el diputado de Democracia Ourensana, por meter en el mismo saco el reconocimiento de su figura –a lo que nadie se opone– y erigirlo presidente, cuestión en la que el BNG se queda solo. En la misma línea se pronunciaron populares y socialistas, que, aunque coinciden en la relevancia histórica de Castelao, no quieren otorgarle un cargo que nunca obtuvo. El Bloque no aceptó votar por separado los puntos de la PNL y se quedó solo en su intento de proclamar a Castelao presidente: el PP votó que no, mientras el PSOE y Armando Ojea se abstuvieron.Comenzó hablando de ese Estatuto de autonomía de Galicia de 1936, que nunca llegó a ser aprobado en las Cortes pese a contar con el apoyo del por aquel entonces presidente de la República, Manuel Azaña. «Pero el 18 de julio […] se produjo el golpe militar de Franco, que fue un ataque a la democracia republicana pero también un ataque directo a las aspiraciones de autogobierno de este país», expuso. Desde ese momento, «Castelao nunca regresa a la tierra que tanto amó» y, en el exilio, «continúa la titánica batalla para aprobar el estatuto que el pueblo gallego apoyó de forma masiva». Instalado en Buenos Aires desde 1940, « se convirtió en el líder indiscutible del galleguismo , defensor de la república» y, «sobre todo, defensor de los derechos nacionales de Galicia». La constitución del Consello de Galicia en Monteviedo fue, según los nacionalistas, un «auténtico gobierno en el exilio presidido por Castelao» que situaba a Galicia «a la par de Cataluña y País Vasco» y «homologable» con sus gobiernos. Castelao, continuó Pontón, murió sin ver cumplidas sus aspiraciones, pero la movilización y el sentir generalizado tras su fallecimiento «demostró hasta que punto era reconocido como presidente del gobierno gallego en el exilio». «Una figura equiparable a la de otros líderes internacionales como Mandela o Gandhi , que por su trayectoria de integridad, generosidad y compromiso acabaron por convertirse en símbolos nacionales», y también con la de su coetáneo Charles de Gaulle, «líder de la resistencia contra el nacismo en el exilio en Londres que, al volver a París, fue aclamado y se convirtió en el primer presidente del gobierno provisional». «Sobran los argumentos», dijo, para proclamar a Castelao como «primer presidente de Galicia en el exilio», cuya figura continúa «siendo incómoda» y por eso « intentan ocultar que Castelao fue un nacionalista de su época» y el franquismo «manipuló su figura». «Pretender convertirle en una figura desprovista de ideología y compromiso político, utilizada incluso como ariete contra los ideales que defendió constituye un fraude histórico y una negación de ese inmenso legado político en defensa de Galicia», aseguró. «Castelao es de todos, menos de los franquistas y los que atacan a lo que más amó, su lengua y su gente», zanjó. Un discurso rimbombante y emotivo que, a pesar de los nacionalistas, no consiguió ganarse al resto de grupos. Fue muy crítico en su turno el diputado del grupo mixto, Armando Ojea, de Democracia Ourensana. La PNL de los nacionalistas, dijo, era una suerte de «decreto Ómnibus», presentando dos puntos con los que todo el mundo está de acuerdo – apoyar el año Castelao y la anulación del expediente de responsabilidades políticas- junto al de proclamarlo presidente. Apeló así a tener «respeto por la historia», cuestionando, de forma irónica, si habría argumentos suficientes para que los niños, en el colegio, al recitar todos los presidentes de Galicia, empezasen por Castelao. «Yo pienso que no», dijo. Además, aseveró que la situación del gobierno vasco y catalán en el exilio no es equiparable a lo ocurrido con el caso gallego. País Vasco y Cataluña «tuvieron gobiernos legítimos durante la República» que también lo fueron en el exilio, pero en aquel momento Galicia «no tenía entidad política», era una «mera entidad geográfica » a pesar de que Castelao luchase por ponerla al nivel de las otras naciones históricas. Y sobre los ejemplos puestos por Pontón, también tuvo qué decir. Gandhi, aseguró, fue «la más acertada», porque «promovió la independencia» y «nunca fue presidente». De Gaulle, por su parte, fue designado por los americanos y, en los primeros comicios, perdió. Hacer a Castelao primer presidente de Galicia sería, bromeó, como declarar a Rosalía de Castro la primera catedrática de filología gallega de la Universidad de Santiago. Sería más comparable con la de los padres fundadores de Estados Unidos, zanjó. En su turno, también los populares arremetieron contra la proposición de los nacionalistas. Tomó la palabra el portavoz, Alberto Pazos, que dijo de Castelao que «quienes lo repudian simplemente porque no comparten su pensamiento político, subestiman la capacidad del pueblo gallego de reconocer a los suyos más allá de los matices ideológicos». Pero también condenó a «quienes quieren apropiarse de él o infravalorarlo, restringiendo su merecido reconocimiento», diciendo que solo puede ser de «los que piensan que Galicia es una nación» , en referencia a los nacionalistas. Castelao «no fue elegido democráticamente», y tampoco fue «el primer presidente nacionalista de Galicia» por mucho «que el Bloque intente arrogarse su figura ». «La bandera gallega no es del BNG, nuestro himno y nuestra lengua no es del BNG, Rosalía no es del BNG, Castelao no es del BNG, y, desde luego, la inmensa mayoría del pueblo gallego no es el BNG», condenó al final de su intervención. Finalmente, los nacionalistas se quedaron solos en la votación, tras rechazar, como pedían el resto de grupos, votar los diferentes puntos de la PNL por separado.
Fuente ABC