Buenos Aires-28 de febrero de 2025-Total News Agency-TNA- El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, salió a atacar al Presidente Javier Milei luego que este hablara de intervenir en su territorio. En un clima tenso tras el asesinato de Kim Gómez, una niña de siete años, Kicillof arremetió contra Milei, acusándolo de ser “el principal responsable del narcotráfico” y de la falta de recursos para enfrentar la inseguridad en el conurbano.
Kicillof, mostrándose en su actin de molesto, anunció que presentará una denuncia penal contra el presidente por sus declaraciones, considerándolas un ataque a la autonomía provincial. “Milei da un paso más hacia un sueño autoritario”, sentenció, asegurando que “el presidente ha gobernado a golpe de decreto, nombrando jueces a su antojo”.
La situación es compleja y tiene raíces profundas. Durante los gobiernos kirchneristas, el avance del narcotráfico en Argentina, y particularmente en Rosario, fue alarmante. La ciudad, que alguna vez fue un centro de comercio y cultura, se convirtió en un bastión del crimen organizado, donde las bandas narcos operan con impunidad. Recordemos el nefasto caso del triple crimen de General Rodríguez, donde los culpables estaban vinculados al entonces ministro de Seguridad, Aníbal Fernández. Este tipo de conexiones entre el poder y el crimen han dejado una huella imborrable en la sociedad argentina.

Ex Ministro Aníbal Fernanándes y los tres empresarios vinculados a la efedrina, asesinados en Gral Rodriguez
Milei, por su parte, no se quedó atrás y en un tono desafiante, pidió a Kicillof que “se corra del camino” y lo acusó de incompetente. “Si no pudo administrar un bar, menos podrá con una provincia”, disparó, mientras responsabilizaba al gobernador por el “baño de sangre” en Buenos Aires. La tensión entre ambos líderes es palpable, y las acusaciones vuelan como si fueran balas en un tiroteo.
La respuesta de Kicillof fue enérgica. Aseguró que la violencia en la provincia está íntimamente ligada al narcotráfico, un problema que, según él, el gobierno nacional no ha sabido manejar. “La Provincia no produce droga; para llegar aquí, tiene que recorrer 1500 kilómetros y cruzar fronteras”, explicó. Y aunque se esfuerzan por desmantelar puntos de venta de narcóticos, el problema persiste, alimentado por la falta de acción del gobierno federal.
El apoyo a Kicillof no tardó en llegar. Desde el kirchnerismo, figuras como Cristina y Máximo Kirchner salieron a respaldar al gobernador, denunciando un “golpe institucional” por parte de Milei. La diputada Victoria Tolosa Paz fue una de las más vocales, recordándole al presidente que debe devolver los fondos de seguridad que le fueron recortados a la provincia. “Esa plata podría significar miles de patrulleros y cámaras de seguridad”, argumentó, alineándose con el reclamo de muchos en el gobierno bonaerense.
La situación en Buenos Aires es un reflejo de una crisis más amplia en Argentina, donde el narcotráfico y la inseguridad son temas candentes. La batalla entre Kicillof y Milei no solo es política; es una lucha por el control de un territorio que ha sido arrasado por el crimen organizado, y donde las promesas de seguridad parecen más lejanas que nunca. La pregunta que queda en el aire es: ¿quién realmente tiene la culpa?