El anuncio del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de llegar a una inversión en defensa del 2 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) antes del año 2029 pone a la industria militar en España ante un desafío sin precedentes. Aunque ese aumento de la inversión no esté orientado solo a gastos armamentísticos, el sector de la defensa será el responsable de absorber la mayor parte de un desembolso exprés al que la Unión Europea empuja al Ejecutivo.El actual gasto en defensa en España, de más de 17.000 millones de euros, tendrá que multiplicarse por dos en menos de cinco años si el Gobierno cumple con el compromiso adquirido este jueves en Bruselas en la reunión extraordinaria del Consejo Europeo convocada de urgencia en respaldo a Ucrania. Eso acelerará tanto los programas de defensa que ya se encuentran en marcha como la firma de nuevos contratos para continuar con la modernización y adquisición de capacidades para las Fuerzas Armadas.La industria militar está compuesta en España por unas 550 compañías que cuentan con centros de trabajo por todo el territorio nacional, como recoge el informe ‘Spain. Defence & Security Industry’, editado por el grupo Metalia. En el año 2023 generó más de 121.000 puestos de trabajo entre empleos directos, indirectos e inducidos.Noticia Relacionada estandar No Sánchez asume el 2% del gasto en defensa antes de 2029 arrastrado por los socios comunitarios J. NavasEl sector reivindica que se trata de un espacio con elevado valor añadido, tractor de la industria y creador de empleo de calidad: por cada puesto de trabajo directo, se generan otros tres empleos en el conjunto de la economía. Además, la remuneración media mensual de sus empleados es de 3.776 euros, un 71 por ciento más que la media española, según cálculos de la consultora PwC para Tedae, la asociación española de empresas tecnológicas de defensa, seguridad, aeronáutica y espacio.La industria también saca pecho con los datos de recaudación fiscal y aportación al PIB, que además se incrementarán en el próximo lustro con la inyección económica anunciada por el Gobierno. En 2023 las exportaciones de defensa y seguridad de la industria española superaron los 3.700 millones de euros y su recaudación fiscal también se situó por encima de los 3.700 millones, el equivalente al 1,4 por ciento de los ingresos tributarios en 2023.Pero el aumento de la inversión militar también obliga al sector a un esfuerzo adicional para adaptar su estructura a la nueva demanda. La industria de defensa en España señala dos déficits que son, en esencia, los mismos que afectan a todo el sector en Europa: la dependencia y la fragmentación. Desde el ministerio liderado por Margarita Robles han sido ya varios los avisos públicos dados durante los últimos meses a la industria para que asuma un mayor compromiso en el contexto actual. «Es necesario un cambio de paradigma. La industria tiene que evolucionar del concepto actual de cadena de valor y suministro hacia un modelo más ágil y eficiente para responder a las necesidades operativas. Es necesario un esfuerzo mayor», dijo hace solo una semana la secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce.Desde Tedae aseguran que las empresas militares en España están preparadas para afrontar «con éxito» los desafíos que se avecinan y reivindican que su experiencia tanto dentro como fuera de nuestro país «avalan a la industria ante este reto». El inicio de la guerra de Ucrania ya generó un importante aumento de la demanda que obligó a acelerar las cadenas de producción. «Gracias a la capacidad de producción y respuesta, nuestra industria de defensa ha demostrado su resiliencia, competitividad y relevancia estratégica proporcionado productos y servicios adecuados a las necesidades operativas de las Fuerzas Armadas», explica Tedae a ABC.Retos de la industriaEn cualquier caso, asume que el nuevo paradigma impulsado desde Bruselas obliga al sector a reforzar su crecimiento y estabilidad, para lo que reclama una consolidación de la colaboración público-privada «y asegurar una adecuada financiación que permita a las empresas españolas continuar siendo un motor de desarrollo económico esencial para la sociedad y mantener la capacidad de respuesta ante las necesidades operativas que puedan requerirse».La industria de defensa en España registró una facturación de 8.042 millones de euros en 2023, según los últimos datos disponibles. Esta cifra supone un crecimiento del 8,9 por ciento respecto al año anterior, lo que el sector reivindica que le sitúa como un «pilar estratégico fundamental» del país.Estos datos de empleo y recaudación fiscal son los que argumenta el Palacio de la Moncloa para justificar el aumento del gasto militar ante sus socios parlamentarios. Tanto Sánchez como la ministra Robles aluden repetidamente a los puestos de trabajo que genera la industria de defensa en localidades como Ferrol, Cádiz o Cartagena para defender un aumento de inversiones que no es visto con buenos ojos por sus aliados políticos.La Estrategia Industrial de Defensa divide la actividad del sector en España en tres grandes corredores –norte, centro-mediterráneo y sur–, a los que se suma un cuarto, el Corredor de la Plata, planteado como un eje de norte a sur desde Asturias hasta Sevilla.
Fuente ABC