Aunque muchas personas no lo saben, dejar la puerta del portal abierta puede acarrear consecuencias legales si existen normas internas que obligan a cerrarla. Las comunidades de propietarios pueden fijar esta obligación mediante acuerdos aprobados en junta. Si la mayoría lo respalda, todos los vecinos deben respetarlo. Incumplirlo puede dar lugar a sanciones.
Tal como recoge Fotocasa en su consultorio legal, si un vecino actúa en contra de lo acordado y se produce un incidente, podría tener que asumir responsabilidades. En casos de robo o vandalismo, el afectado podría reclamar daños y perjuicios si se demuestra una falta de diligencia. La clave está en si hay una norma comunitaria válida.
La presencia de cámaras de seguridad o porteros automáticos no anula la obligación de cerrar el portal si hay una norma que lo exige. Las medidas tecnológicas complementan, pero no sustituyen, las decisiones comunitarias. Por eso, dejar la puerta abierta sin causa justificada puede tener consecuencias jurídicas.
Ahora bien, hay circunstancias concretas en las que mantener el portal abierto sí está permitido: por ejemplo, durante mudanzas, trabajos de reparación o mantenimiento. En estos casos, se aconseja avisar a la comunidad y limitar el tiempo de exposición. Si existe una norma de cierre, lo adecuado es cumplirla estrictamente.
Fuente El Confidencial