Pyongyang, 22 de mayo de 2025 – Total News Agency-TNA--El régimen norcoreano detuvo a cuatro funcionarios involucrados en el fallido intento de botadura de un destructor naval de 5.000 toneladas, durante una ceremonia encabezada por el líder Kim Jong-un en el puerto de Chongjin. La maniobra terminó en un incidente que el propio Kim calificó como un “acto criminal”, atribuible a “negligencia absoluta, irresponsabilidad y empirismo no científico”.
De acuerdo con la prensa estatal, entre los arrestados se encuentra Ri Hyong Son, subdirector del departamento de la industria de municiones del Comité Central del Partido de los Trabajadores, quien admitió ser “en gran medida responsable” del fracaso. También fueron detenidos tres responsables del Astillero de Chongjin: el ingeniero jefe, el jefe del taller de cascos y un subgerente administrativo. El gerente general del astillero, Hong Kil Ho, fue citado a declarar y podría enfrentar cargos.

El incidente ocurrió el pasado miércoles, cuando el buque —parte del ambicioso plan de modernización militar de Kim— quedó escorado y parcialmente sumergido tras soltarse un carro de transporte en la popa. Imágenes satelitales mostraron al navío cubierto con lonas azules, en lo que fue un claro intento por minimizar el alcance del daño.
A pesar de las declaraciones oficiales que aseguraban que el barco sufrió solo daños menores y que será reparado en diez días, analistas externos consideran que la falla podría haber comprometido gravemente la estructura de la embarcación.
La reacción del régimen sorprendió por su dureza. La Comisión Militar Central ordenó sanciones y dejó claro que “los responsables no podrán evadir su crimen”. A diferencia de ocasiones anteriores, en las que Kim mostró indulgencia ante errores técnicos, esta vez el tono fue severo, reflejando la importancia estratégica del buque en su agenda militar.
El destructor fallido es el segundo de una serie que Corea del Norte ha promocionado como parte clave de su esfuerzo por reforzar su Armada. El primero, presentado semanas atrás, fue calificado por el régimen como “el más poderoso” de su flota, capaz de portar misiles de ataque, incluyendo armamento nuclear.

Este revés técnico y político también remite a las purgas que caracterizaron los primeros años del mandato de Kim Jong-un, cuando eliminó a decenas de altos funcionarios para consolidar su control. Aunque esas prácticas se habían reducido en los últimos años, la reciente respuesta sugiere un posible retorno a métodos más represivos para preservar la autoridad en sectores sensibles del régimen.