Buenos Aires, 19 de junio de 2025 – Total News Agency-TNA–En medio de una Argentina donde las discusiones sobre la inflación se cuecen a fuego lento —aunque con bastante picante—, la diputada libertaria Lilia Lemoine sumó su propio ingrediente al debate: si la pizza está cara, cocinala vos mismo. Con una retórica que combina libre mercado, cosplay y desdén digital, la legisladora oficialista salió al cruce de una usuaria de X que se quejó por el precio del delivery de pizza: 30 mil pesos.

“Cuando uno anda mal con el sueldo o quiere cuidar a su familia, por lo general hace algo llamado cocinar”, sentenció Lemoine, en tono aleccionador, evocando a los abuelos, a la autosuficiencia y, quizás sin quererlo, al neorrealismo italiano. La respuesta de la diputada llegó acompañada de una captura de carrito virtual con salsa, harina, queso y orégano. Según sus cálculos, con poco más de \$11.000 se puede preparar al menos dos pizzas… y si uno se organiza bien, hasta cuatro. Todo un plan económico en porciones. El cruce de la pizzera Lemoine se dio en Mayo, pero vale la pena recordarlo.
Pero su razonamiento no terminó ahí. Lemoine fue más allá y explicó que los precios elevados obedecen a razones estructurales: “La pizza sale 30 lucas porque estás pagando al dueño del local que paga empleados, delivery, impuestos… con los que se financia la UBA para que vos estudies y te recibas de psicóloga”. Una clase magistral de economía aplicada, con pizca de resentimiento, queso descremado y una masa de sarcasmo.
La destinataria del mensaje, una usuaria que se había animado a invocar el nombre prohibido —“Darín” y sus empanadas a \$48.000—, recibió como réplica una diatriba que mezcló hostilidad política, marketing gastronómico y diagnóstico profesional express. “¿Te recibiste de psicóloga? ¿Y atendés pacientes? Mamita la cabeza de esa pobre gente”, disparó Lemoine, en un tono que hace pensar que su vocación por la salud mental no pasa precisamente por la empatía.

Cabe preguntarse, en este contexto, si la diputada presentará próximamente un proyecto de ley para declarar de interés público la pizza casera como herramienta antiinflacionaria, o si buscará subsidiar el orégano como producto esencial de la canasta básica. La harina, al parecer, es la nueva reserva moral de la república.
Mientras tanto, los datos oficiales siguen cocinándose: la inflación de mayo fue del 1,5%, y los alimentos y bebidas no alcohólicas subieron apenas un 0,5%. Pero el precio de la ironía en redes sigue sin regulación.