Washington D. C., 3 de julio de 2025 – Total News Agency-TNA--En un movimiento que podría representar un giro sin precedentes en la política de defensa de Estados Unidos, legisladores demócratas y republicanos presentaron esta semana un proyecto de ley que autoriza la transferencia de bombarderos furtivos B-2 Spirit y municiones antibúnker GBU-57 a Israel, en caso de que se confirme que Irán continúa avanzando en el desarrollo de armas nucleares.
La iniciativa, denominada “Bunker-Buster Act”, fue impulsada por los congresistas Josh Gottheimer (demócrata de Nueva Jersey) y Mike Lawler (republicano de Nueva York). El objetivo, según detallaron, es garantizar que Israel disponga de “todas las herramientas necesarias” para enfrentar una posible amenaza nuclear proveniente del régimen de Teherán. “Irán, el principal patrocinador del terrorismo en el mundo, nunca debe obtener armas nucleares”, argumentó Gottheimer, quien calificó el proyecto como “una poderosa herramienta de disuasión y apoyo a uno de nuestros aliados más cercanos”.
El proyecto surge apenas días después de la operación “Midnight Hammer”, en la que Estados Unidos llevó a cabo bombardeos selectivos sobre instalaciones nucleares iraníes en Fordow, Natanz e Isfahán. En ese ataque, que marcó la primera vez que se utilizaron bombas GBU-57 en combate real, participaron aviones B-2 Spirit desplegados desde la base aérea de Whiteman, en Missouri.
La posibilidad de transferir este tipo de aeronaves a otro país ha sido hasta ahora impensada. El B-2, con una flota activa de apenas 19 unidades, es una de las armas más estratégicas y secretas de la Fuerza Aérea estadounidense. Capaz de evadir radares y transportar municiones de gran poder destructivo, como la Massive Ordnance Penetrator (MOP), el B-2 representa el núcleo de la capacidad de ataque profundo de Estados Unidos.
Expertos en defensa señalaron que una eventual entrega a Israel implicaría una integración operativa sin precedentes. “Esto sería mucho más que un respaldo político; implicaría una simbiosis táctica y estratégica sin antecedentes entre ambos países”, sostuvo el analista Tal Inbar al diario Yedioth Ahronoth.
Sin embargo, el proyecto no está exento de controversia. Algunos legisladores advirtieron que una transferencia de tal magnitud no debería quedar sujeta únicamente a la decisión del presidente, sin debate parlamentario. Además, organizaciones como el Arms Control Association alertaron que una medida de estas características podría empujar a Irán a abandonar toda cooperación con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), debilitando aún más los canales diplomáticos.
Aunque el gobierno israelí no ha emitido declaraciones oficiales sobre la propuesta, fuentes del Ministerio de Defensa expresaron “gran interés” en contar con capacidades ofensivas estratégicas que permitan operar “en cualquier punto del mapa”, en clara alusión a posibles intervenciones en territorio iraní.
La iniciativa será debatida en las próximas semanas en el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes. De avanzar, pasará al Senado, donde se espera un respaldo mayoritario, aunque no sin discusiones. En paralelo, crecen las tensiones en Oriente Medio, donde tanto Irán como sus aliados regionales interpretan el proyecto como un nuevo paso en la escalada que podría desembocar en un enfrentamiento de mayores proporciones.