Uno de cada tres jubilados que demora su retiro elige mal (y acaba perdiendo dinero)Uno de cada tres jubilados que demora su retiro elige mal (y acaba perdiendo dinero)
Los planes de pensiones han sido durante años una de las herramientas más utilizadas para fomentar el ahorro a largo plazo, especialmente con vistas a la jubilación. Su principal atractivo radica en las ventajas fiscales que ofrecen durante la etapa de aportación. Sin embargo, también generan muchas dudas sobre su rentabilidad real y el impacto que puede tener su rescate en el momento de la jubilación. Ante esta incertidumbre, Natalia de Santiago, especializada en divulgación económica, ha explicado qué aspectos se deben considerar para tomar una decisión adecuada.
Durante los años de actividad laboral, las aportaciones realizadas a un plan de pensiones —hasta un máximo de 1.500 euros anuales— permiten reducir la base imponible del IRPF, aplicando esta deducción al tramo más alto que corresponda según los ingresos. Esto significa que las personas con ingresos elevados pueden beneficiarse de un ahorro de hasta el 47% sobre la cantidad aportada.
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P. M.
Ahora bien, ese ahorro fiscal no es gratuito: al recuperar el dinero acumulado en el plan, tanto el capital invertido como los rendimientos generados tributan íntegramente como si fueran ingresos laborales, lo que puede provocar un fuerte impacto fiscal, sobre todo si se opta por un rescate total en un solo ejercicio.
El peligro de concentrar el rescate en un solo año
La experta en finanzas alerta de que sacar todo el dinero de golpe puede llevar al contribuyente a escalar rápidamente en los tramos del IRPF y, por tanto, a pagar un porcentaje muy alto en impuestos. “Teóricamente te podrías poner hasta un 47% otra vez, porque va todo sobre las rentas del trabajo, entonces esto es muy peligroso.”, indica, ya que todo lo retirado se suma a la base de las rentas del trabajo en el año en que se rescata.
Para evitar este efecto, recomienda optar por un rescate progresivo. De este modo, el capital se va sumando de forma escalonada a la pensión o a otros ingresos y se evita saltar a tramos más altos del IRPF. Esta estrategia fiscal permite distribuir la carga impositiva de forma más equilibrada y reducir el importe total pagado en impuestos.
Planes de pensiones frente a fondos de inversión
La divulgadora financiera también comparó este producto con los fondos de inversión. En estos últimos, las aportaciones no ofrecen deducción inicial, pero al rescatar el dinero, solo tributan las plusvalías —no el capital invertido— y lo hacen en la base del ahorro, con tipos que oscilan entre el 19% y el 28%.
Esto supone una diferencia clave frente al plan de pensiones, donde todo lo retirado tributa como renta del trabajo, con tipos que van del 19 % hasta el 47 %. Por tanto, en muchos casos, la fiscalidad del fondo de inversión resulta más favorable si se compara con el impacto que puede tener un rescate mal planificado del plan de pensiones.
El factor decisivo: reinvertir el ahorro fiscal
Natalia de Santiago señala que la clave para que un plan de pensiones resulte realmente rentable reside en reinvertir el ahorro fiscal que se obtiene con cada aportación. “Si no los reinviertes, es muy probable que no te compense la fiscalidad de un plan de pensiones”, subraya.
Por ejemplo, si una persona aporta 1.500 euros y se ahorra 500 euros en su declaración, debería destinar esa cantidad adicional a seguir invirtiendo. De esta forma, el interés compuesto operaría sobre una cantidad mayor durante más años, aumentando significativamente el capital final disponible en el momento de la jubilación. “Si aprovechas la deducción fiscal para ahorrar más (y eliges un buen plan de pensiones) puede compensar, y mucho”, aclara.
Este enfoque a largo plazo es lo que puede marcar la diferencia entre que un plan de pensiones compense fiscalmente o no. En cambio, si ese ahorro fiscal se destina al consumo, se pierde una de las principales ventajas del producto.
Fuente El Confidencial