Buenos Aires, 8 de julio de 2025 – Total News Agency (TNA) –Según un extenso reportaje de The Economist, el Gobierno argentino habría retomado un diálogo militar con Reino Unido en el que el ministro de Defensa, Luis Petri, está activamente interesado para adquirir armamento y tecnología sensible restringidos desde la guerra de Malvinas.
El semanario británico titula: “Adentro del diálogo militar secreto entre Gran Bretaña y Argentina. Un acuerdo contrarrestaría a China y complacería a Estados Unidos”. El interés argentino, según fuentes del diario, consiste en persuadir a Londres para que flexibilice las políticas de exportación de armas —incluido material con componentes británicos— y permita a Buenos Aires ampliar su acceso a equipos de defensa. Hasta el momento las compras de Petri no parecen haber aprovechado el interes de EEUU en alejar a China
Durante su reciente visita a Washington, Petri solicitó a interlocutores británicos que reviertan el embargo de armas impuesto tras la guerra de 1982 —cuya lógica sigue vigente por componentes duales en aviones, buques y sistemas de comunicaciones— para materializar compras clave como los aviones F‑16 y blindados Stryker . Petri sostuvo que ese desbloqueo permitiría completar el equipamiento anunciado junto al secretario de Defensa de EE.UU., Pete Hegseth.
Desde Cancillería, en cambio, se observa cautela: reconocen la existencia de “diálogo en el área de Defensa” —orientado a confianza mutua—, pero descartan que se trate de negociaciones militares secretas o acuerdos explícitos sobre soberanía de las Islas Malvinas.
En Londres, en tanto, analistas coinciden en que el entusiasmo de EE.UU. por modernizar la defensa argentina y la postura menos hostil de Milei respecto a las Malvinas, han reabierto “una apertura para un nuevo acuerdo estratégico en el Atlántico Sur”, con foco en la desmilitarización mutua y colaboración operacional práctica .
El artículo de The Economist destaca, además, que el reclamo argentino incluiría la meta de ingresar a mecanismos como la OTAN “Global Partner” y al Grupo de Contacto sobre la guerra en Ucrania, así como mejorar la cooperación en vigilancia marítima, ejercicios combinados y participación en misiones conjuntas lideradas por Reino Unido .
Históricamente, el embargo británico post‑1982 fue levantado parcialmente en los años 90, permitiendo reparaciones en destructores y helicópteros con componentes Rolls‑Royce, pero volvió a endurecerse durante los gobiernos populares. Carlos Menem había logrado una relajación momentánea .
Este renovado diálogo se produce en el marco de los BRICS, a los que Trump no ve con simpatia y en un contexto estratégico en que Estados Unidos busca redirigir aliados —como Argentina— hacia la esfera occidental, con el objetivo de contrarrestar la influencia de China y Rusia en el Atlántico Sur.
La iniciativa de Petri —apoyada por EE.UU.— muestra la determinación de sumar capacidades militares modernas, pero deberá resolver la relación con la Cancillería, la resistencia británica sobre Malvinas y la complejidad técnica y financiera derivada del desarme institucional histórico en Argentina. En el marco del interes de EE.UU de contrarestar influencia china y rusa, Petri deberia solicitar acuerdos mas favorables en la adquisición de armamento. Este tipo de acuerdos solian contar con programas especiales de provisión de armamento usado, como los Stryker, a costos simbolicos, practicamente, pero al parecer, defensa no logro abrir esa puerta.
La continuidad de estas negociaciones será clave para definir si Argentina logra romper el cerco tecnológico británico en defensa o se mantiene dentro de una colaboración limitada que balancee soberanía y alianzas regionales. Hasta el momento sólo acuerdos de adhesión.