Por Enrique Guillermo Avogadro
“El orgullo, la paciencia, el narcisismo o la discreción de quienes gobiernan influyen en el curso de la historia, no son adornos para hacer entretenidos los libros”.
Sergio del Molino
Sherezade dispuso de mil y una noches para entretener al Sultán con sus cuentos y así evitar que la matara al amanecer, como a todas sus predecesoras; hasta la nota anterior utilicé 1001 semanas para intentar describir la cotidianeidad de una Argentina imprevisible y reiterativa, y un mundo que parece haber enfermado hasta el punto de enloquecer. La semana que terminó ayer no fue una excepción, y los síntomas se agravaron.
La carta que envió Donald Trump a Luiz Inácio Lula da Silva para informarle de las sanciones arancelarias que Estados Unidos impuso a Brasil, incluyó un fuerte reclamo para poner punto final a los procesos penales que enfrenta su amigo Jair Bolsonaro por las acusaciones de tentativa de golpe de Estado; el Presidente brasileño reaccionó con furia al considerarlo una intromisión inadmisible en los asuntos internos de su país. Visto el episodio aisladamente, Lula tiene toda la razón pero, cuando se recuerda que sólo unos días antes aprovechó una reunión del Mercosur en Buenos Aires para visitar a Cristina Fernández, sí condenada definitivamente por defraudación al Estado y obligada a devolver casi US$ 600 millones, fotografiándose con un cartel que reclamaba su libertad inmediata, su actitud actual no puede menos que calificarse de hipócrita.
En la Argentina, Javier Milei pareció recibir un duro golpe en el H° Aguantadero con la sanción de tres leyes – en especial, la prolongación de la tan injusta moratoria previsional que permite que accedan a una jubilación quienes no han efectuado los aportes necesarios – que comprometen el superávit fiscal y auguran un rebrote inflacionario pero, a mi modo de ver, el Presidente salió fortalecido de cara a la opinión pública que, aún en medio del brutal ajuste en las cuentas del Estado al que lo obligó la dramática herencia recibida del pero-kirchnerismo, lo sigue acompañando. El jueves quedó brutalmente expuesto en el Senado, sin maquillaje, el interés de las corporaciones en mantener sus privilegios, aunque ello signifique volver a hundir al país entero en el fango que la atrapa desde hace ochenta años.
Sin embargo, la gravedad de lo ocurrido – un Congreso controlado por la oposición – radica en el impacto que produjo en el ánimo de los grandes decisiones económicas, que esperaban un tránsito menos complicado hasta las elecciones que se realizarán en octubre, pese a saber que éstas no permitirán, aunque La Libertad Avanza obtenga una victoria enorme, que el oficialismo obtenga la mayoría en alguna de las cámaras. Y es sumamente probable que la expectativa se prolongue hasta las presidenciales de 2027, con el costo que ello significaría en falta de inversiones directas que generarían más trabajo y más reservas fiscales.
A partir de ahora, la lucha por el poder será descarnada y Milei ha decidido jugar sólo en ese campo, confrontando a todos los demás, a todo o nada, sean estos gobernadores, intendentes, eternizados sindicalistas, corporaciones empresarias prebendarias, desplazados gerentes de la pobreza y, sobre todo, personeros del pero-kirchnerismo ladrón. Todos ellos, unidos por el espanto que produce el desierto, intentarán llevar al Gobierno al fracaso económico y, si pueden, obligar al Presidente a renunciar anticipadamente.
En el terreno internacional, Trump no parece estar más cerca de lograr su objetivo de poner punto final a la guerra de Rusia contra Ucrania ni a la que sacude a Medio Oriente. Vladimir Putin hace caso omiso de las reiteradas apelaciones del Presidente estadounidense para que detenga su ofensiva, y Benjamin Netanyahu sigue adelante en su propósito de destruir definitivamente a Hamás y Hezbollah, aún a costa de la pérdida de apoyo internacional que produce la dura actividad de Israel en la Franja de Gaza.
Y los ayatolás no sólo afirman que Irán no interrumpirá su programa de enriquecimiento de uranio sino que han cerrado el país a las inspecciones del organismo internacional de control de armas atómicas, impidiendo las inspecciones del mismo a sus bombardeadas – se ignora con qué resultado real – instalaciones nucleares. Esta situación convierte en extremadamente frágil el cese del fuego entre Tel Aviv y Teherán y, de caerse, es probable que Estados Unidos se vea obligado a intervenir otra vez militarmente para ayudar a Israel a sobrevivir.
Un escenario más grave todavía, porque afecta ya a todo el comercio marítimo internacional, se vive en el estrecho de Ormuz, donde las milicias hutíes, chíitas socios de Irán y armadas financiadas por éste, atacaron y hundieron dos grandes buques graneleros el jueves. Si las amenazas al tránsito continúan, tendrán rápida repercusión en la economía global por el incremento en los costos del transporte, debido a las primas de seguros y a la mayor necesidad de combustible que significarían rutas más largas.
Trump considera un verdadero riesgo para el dólar, como moneda global para el comercio y reserva de valor, la intención del grupo de los BRICS de reemplazarlo por el yuan chino, y reaccionó imponiendo nuevas cargas tarifarias a los países que lo integran y amenazando a los que se incorporan en el futuro. Y es lógico que Estados Unidos se preocupe, en especial después de la aprobación por el Capitolio del presupuesto, que conlleva un fuerte incremento de la deuda pública.