Septiembre será un mes clave en la política argentina, con la Provincia de Buenos Aires como escenario central de una pulseada que todos pretenden ver como el adelanto de los comicios nacionales de octubre, en particular, por lo que supondría una traslación lineal de los votos de una elección a la otra.
Aunque casi 8 de cada 10 bonaerenses saben que en pocas semanas deberán volver a las urnas, el clima de apatía no persiste o al menos no como se vio en elecciones recientes de otras provincias donde la participación fue menor a la esperada. En ese sentido la expectativa de concurrencia es relativamente alta: más del 68% dice tener intención de ir a votar. Sin embargo, el rechazo es bastante más alto que hace un par de meses atrás.

La nueva medición, realizada por Management & Fit, muestra un panorama claro: La Libertad Avanza lidera la intención de voto en PBA con un 35,4% y amplía la diferencia cuando se mide en tándem con el PRO, alcanzando 41,3% y dejando atrás a Unión por la Patria (ahora Fuerza Patria), que ronda el 32,6%.
El corte etario es determinante: los menores de 40 años empujan los números de LLA, mientras que UxP retiene más peso entre mayores de 40 y sectores de nivel educativo bajo. En el Conurbano, la competencia es cerrada, pero la alianza LLA-PRO saca ventaja en el interior bonaerense.
Uno de los factores que altera la escena es el impacto de la prisión de Cristina Kirchner. Según el relevamiento, el 58% de los encuestados se mostró de acuerdo con la condena y el encarcelamiento, mientras que un 39% lo rechaza de plano.

Este hecho genera un efecto contradictorio: para un 35% fortalece al Gobierno nacional al cerrar filas con el votante kirchnerista duro, pero para otro 33% no cambia nada y deja abierta la disputa de votos blandos.
A la par, la confianza en la Justicia sigue siendo endeble: solo 3 de cada 10 creen que la condena mejora su imagen, mientras que un 35% declara que empeoró su confianza en los jueces.

Mientras tanto, las figuras que encabezan la gestión muestran un juego de espejos. Javier Milei mantiene una imagen positiva en torno al 42% en PBA, aunque su nivel de rechazo supera el 47% a nivel nacional. Axel Kicillof, en tanto, logra retener una aprobación cercana al 38% en su distrito, ligeramente por encima de la gestión presidencial.
La diferencia es sensible: entre quienes desaprueban a Milei, muchos aprueban a Kicillof y viceversa, configurando una grieta interna que también refleja la división entre el Gran Buenos Aires y el interior provincial.
En paralelo, la situación internacional se filtra en la agenda local. Consultados sobre el conflicto entre Israel, Estados Unidos e Irán, casi la mitad de los bonaerenses considera que Argentina debería mantenerse neutral.

Solo un 34% pide rechazar cualquier intervención o ataque bélico, mientras que la postura de alineamiento firme con EE.UU. e Israel, impulsada por Milei en foros internacionales, recoge apenas un 14% de respaldo. Este dato muestra una distancia entre la retórica oficial y la preferencia de gran parte del electorado.
La comparación entre la gestión nacional y la provincial ayuda a explicar la tensión subterránea. El gobernador bonaerense logra retener una imagen relativamente más alta gracias al respaldo de mujeres, mayores de 40 años y sectores con nivel educativo bajo.
Milei, en cambio, se apoya en varones jóvenes y en quienes declaran menos confianza en la política tradicional. La grieta interna de la provincia es clara: en el GBA, la desaprobación a Milei es más marcada, mientras que en el interior su aprobación crece.
Ficha Técnica
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Fecha de relevamiento: del 27 de junio al 10 de julio de 2025
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Universo: población residente en Argentina entre 16 y 75 años
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Tipo de investigación: cuantitativa, presencial, online y CATI a líneas fijas y móviles
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Casos: 2.600 efectivos (2.200 ponderados a nivel nacional)
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Margen de error: ±2.1% nacional, ±3.5% para PBA (800 casos)
Fuente El Cronista